"La relación entre Bosnia-Herzegovina y Europa es muy paradójica. Si bien en lo que se refiere a los visados la burocracia europea nos trata como al resto de los Estados “normales” (lo que por otro lado es nuestro mayor deseo: ser un “Estado normal”), también demuestra tener un despiadado daltonismo político (no sabemos si deliberado o no). Con la excusa del principio de igualdad del que tanto presume, la UE favorece radicalmente la desigualdad étnica y refuerza los sentimientos antieuropeístas de una parte de la población.
Desde el punto de vista de la dolorosa realidad étnica de nuestro país, el problema se plantea de forma clara y sucinta: mientras que los bosnio-croatas tienen derecho al pasaporte del Estado croata y por lo tanto se benefician desde hace tiempo de un sistema en el que no hace falta visado para entrar en la UE, los serbios y los bosnios musulmanes no tienen derecho a acceder a ese mismo sistema y se les condena a realizar un proceso interminable, humillante y caro frente a las ventanillas de las embajadas europeas. El uno de enero de 2010, cuando se elimine el sistema de visados con Serbia, los serbo-bosnios se beneficiarán también del mismo tratamiento que reciben los bosnio-croatas y por lo tanto este sistema discriminatorio se mantendrá en vigor únicamente para los bosnios musulmanes."

Ivan Lovrenović

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