"Los pleyadianos nos cuentan de que fue hace 626 billones de años, desde la formación de una bola de gas que eventualmente vino a ser la Tierra. La mayoría de ese tiempo se ha venido desarrollando una evolución de energía espiritual hacia un mundo físico que sostenga la vida. Sin embargo, no fue sino hasta hace unos 400 a 500 millones de años que la vida humana en la Tierra se detectó. La ciencia moderna cree que el homo sapiens apareció primeramente cerca del mediterráneo cerca de 500 mil años atrás, y sólo ha sido desde hace alrededor de 6 mil años atrás que los detalles (historia) han sido registrados. Nuestra civilización actual no es sino un breve periodo en la larga historia de la Tierra. A través de los Pleyadianos descubriremos como viajeros de diferentes mundos han venido a la Tierra y se han asentado aquí. Al menos sabremos como la diferencia de colores, tamaños, razas en la Tierra pueden encontrarse en la historia de las colonias alienígenas que llegaron a la Tierra a lo largo de los últimos millones de años. Pero más importante son las colonias de los últimos 100 mil años. Los Pleyadianos han estudiado todas las lenguas que se han hablado en la Tierra durante un periodo de un millón de años. Ellos poseen registros de las diferentes colonias que se colocaron aquí para dar pie a la mixtura que es hoy el Hombre. No hemos sido dejados solos en nuestra evolución como muchos otros planetas lo han hecho, sino que en cambio somos una mixtura de muchas y diferentes razas que están todas a niveles espirituales diferentes de evolución y que ha permitido se dificulten los tiempos en los que estamos viviendo. Muchos planetas tienen sólo una raza; y por ello tienen mucho menos problemas. También, muchas razas “bélicas” han venido aquí y contribuido en el árbol genealógico de la humanidad. Un periodo no-registrado de la historia de la Tierra ha dejado detrás una miríada de misterios sin resolver en nuestro planeta como las pirámides, la isla de pascua, las antiguas civilizaciones de Nazca, y muchos más acertijos sin resolver que están conectados con nuestro pasado. Los Pleyadianos nos informan de que sus antepasados son nuestros antepasados. Ambos, somos descendientes de una raza llamada los Lirianos; estos han poblado la Tierra en diversas ocasiones. Es por esta genealogía común que ellos nos ven como una familia distante  y están tratando de ayudarnos. Los pleyadianos ven a las personas en la Tierra como una sociedad demente, corriendo apresuradamente hacia su propia destrucción que puede ser evitada por medio de un cambio masificado de la consciencia. Ellos transmiten ideas, visiones, pensamientos, etc., a niveles de consciencia que pueden ser tomados por nuestro subconsciente al dormir. Estas ideas forman parte de nuestros sueños, y luego despertamos con una “gran idea”, sin tener noción de su origen. De esta manera los Pleyadianos dicen que no sienten que intervienen de forma directa en nuestro derecho o libre albedrío. Pues muchas personas toman la idea pero pocas la llevan a cabo. Al entrar el siglo XX, decidieron iniciar comunicación física con alguien de la Tierra. Esto había sido intentado muchas veces antes, pero en la mayoría de esos casos la persona seleccionada carecía de sinceridad y no era utilizable para la misión. El propósito era observar como la humanidad reaccionaban ante la idea de que no estaban solos en el universo. Los pleyadianos han estudiado los pensamientos de las personas a lo largo y ancho del planeta, pero no estaban seguros de cómo reaccionarían sus habitantes a la idea de vida en otros mundos. Es por eso que tomaron la decisión de escoger a alguien que lleve el mensaje al mundo de que no están solos. No diré en mi libro el nombre de la mujer escogida por los pleyadianos para esta misión. Esto debido a que ese plan pareció no funcionar bien. Ella fue sujeta a diversos contactos físicos con los pleyadianos y fue educada tocante a diversas formas de vida a lo largo de la galaxia, así como del desarrollo de la vida en la Tierra. A ella se le pidió que fuera al público con la información para enterar a las personas de lo que había aprendido. Desafortunadamente, este experimento no funcionó bien; sus primeros intentos la sumieron en el ridículo ante sus familiares y amigos, la consideraron loca. Rápidamente ella cedió en la idea de narrar sus contactos debido al miedo por su vida y su posición en la comunidad. Las gentes, al parecer, no estaban dispuestas a abrir sus mentes con información que retara los puntos de vista de las grandes religiones las cuales dominaban sus mentes por completo. Se aprendió rápidamente que las personas en la Tierra eran demasiado inseguras en su desarrollo espiritual para tomar la responsabilidad por ellas mismas; les era más fácil aferrarse a “mitos”, o cuentos folclóricos de “dioses” que los cuidaban, y aprovisionarse con cualquier escusa que justificase por qué les iba mal con la salud, el dinero o la vida misma. Se descubrió que a las personas les resultaba más fácil responder: “Así es como Dios lo quiere…”, o “Es la voluntad de Dios…”, en lugar de tomar responsabilidad de las decisiones propias, errores, logros y dudas. Los pleyadianos se dieron cuenta así de que no estábamos listos, y por esto detuvieron los contactos replegándose de vuelta a una posición de “observación”. Era el año 1965, y 250 pleyadianos que vivían y trabajaban en el vasto complejo subterráneo en Suiza habían adquirido relativamente poco interés en el joven Eduard “Billy” Meir, quien estaba a cargo de Sfath (este era el nombre del pleyadiano encargado de guiar la educación de Billy Meir en torno a la consciencia de quien era. Decían que Billy era un espíritu muy antiguo que vino a la Tierra a exponer la presencia de pleyadianos y alienígenas en la Tierra). Los pleyadianos estaban muy ocupados con sus tareas normales como monitorear los pensamientos de los líderes mundiales en la Tierra y estudiar los efectos de la Nueva Era en la consciencia colectiva. Pero ahora era tiempo de escoger a alguien para que le diera a Eduard una atención especial, y prepararlo para la serie de contactos físicos que serían necesarios en la educación del futuro “profeta”. Una mujer pleyadiana llamada Semjase se ofreció voluntaria en la misión de ser la profesora de Eduard Meir. Ella nunca había estado en la Tierra y no era parte tampoco del equipo en el complejo subterráneo en Suiza que observaba nuestro planeta desde hacía 310 años. Ella estaba fascinada de trabajar con personas de la Tierra. Semjase vivía en Erra, el planeta hogar de los pleyadianos, donde el nivel de consciencia era muy diferente que el de los humanos. Ella primero aprendió alemán, el lenguaje que hablaba Billy. La información almacenada en los sistemas pleyadianos tenía el “Alemán del Rey” que era el alemán hablado en la Tierra durante los siglos XVI y XVII. Era muy parecido al alemán-suizo que hablaba Billy y le permitiría a ella monitorear los pensamientos de él una vez iniciada. Semjase se introdujo diciendo que ella venía de un pequeño grupo de estrellas llamadas las pléyades. Ella le dijo que había venido escuchando sus pensamientos por varios años ya en preparación para ese encuentro y entendía su carácter bastante bien. Ella sabía que Billy era un hombre valiente con cuya integridad podía contar. Por algún tiempo, ella y su gente habían querido venir y realizar un contacto en la Tierra con un ser humano que fuera sincero y quisiera cooperar con su misión. Semjase le dijo que ella y su gente estaban preocupados de escuchar muchas personas alegar haber hecho contacto con los pleyadianos, y haber viajado en sus naves espaciales (Beamships que significa “naves de haz de luz”, según la palabra utilizada por Randolph Winters); esto no era verdad dijo ella. Pues ellos no han realizado contacto físico con nadie de la Tierra por mucho tiempo ya. Ella dijo que habían estado viniendo a la Tierra por miles de años y que no se habían involucrado con gobiernos ni líderes políticos. Solo esporádicamente habían realizado contacto con alguna persona aislada, así como Billy, y había sido para el despertar de las personas. Otro punto que ella quería aclarar consistía en que los pleyadianos no eran súper-humanos, y no tenían súper poderes. No lanzaban rayos laser por los ojos, y no tenía cada uno la fuerza de 10 hombres. En realidad eran seres humanos como la gente de la Tierra, solo que su conocimiento y sabiduría era mucho más grande, especialmente en las áreas técnicas y espirituales. Es precisamente su alto conocimiento espiritual lo que les permite utilizar ciertos poderes que parecen magia a nuestros ojos, como la telepatía, la telequinesis y el acceso a reinos elevados de la consciencia. Estas habilidades yacen en el ser humano de forma implícita, pero no están desarrolladas. Debo advertirles, dijo Semjase, que muchos engañadores en la Tierra pretenden haber tenido contacto con los seres humanos de otros planetas en nuestro sistema solar, incluso alegan haber viajado en sus naves. Esto no  es verdad puesto que los planetas que mencionan están tan desolados que la vida humana sería imposible allí. Otros planetas, en contraste, han estado sin vida por mucho tiempo o están apenas en los primeros niveles de desarrollo y no soportan la vida aún. No hay otra vida humana en el sistema solar más que aquí en la Tierra y en algunas bases dispersas manejadas por los pleyadianos y otras razas. Otros sistemas solares más allá del nuestro existen con diversas formas de vida, y no exclusivamente humanos. Existen muchas formas animales e incluso plantas que han evolucionado a altas formas de vida. Es tiempo para las personas de la Tierra que sepan que existen muchas más formas de vida que han alcanzado conocimiento avanzado y viajan a través del universo, en ocasiones incluso visitan la Tierra. Muchos de estos viajeros interestelares podrían considerarse malévolos (maliciosos) y tomarse como muy peligrosos. La gente de la Tierra debe estar alerta contra estos seres, pues acostumbran pelear y destruir todo lo que se les oponga. En ocasiones han llegado a destruir planetas así como civilizaciones completas y forzado a sus habitantes al esclavismo. Parte de la misión de Semjase era advertir a los terrícolas acerca de estas creaturas, porque el tiempo se acerca rápidamente en el que un conflicto con alguna de estas especies alienígenas devenga inevitable. Otra parte de la misión de Semjase consistía en el tema de las religiones y el subsecuente sub-desarrollo del espíritu humano.  Es importante, decía ella, que los seres humanos sepan del poder que reside en la vida y muerte de las creaturas. Estudiando los pensamientos de los terrícolas, los pleyadianos han aprendido que han venido viviendo bajo la errónea idea de los dioses con la Creación misma. Nos hemos guiado confusamente al creer que un ser humanoide llamado Emanuel fue el hijo de Dios y el Señor del universo. En futuros contactos, Semjase le prometió a Billy que le explicaría el rol de los dioses en la creación y le facilitaría el entender y aprender la verdad acerca de las enseñanzas de Emanuel a quien llamamos Jesús. (Winters, 1994) Aquí quiero hacer un paréntesis para penetrar un poco más lo que entiende Semjase por Dios y Jesucristo. Desde el texto: “Pleiadian Cosmonaut” (Cosmonauta pleyadiano) de 1975 Semjase dice: “El hombre debe entender que Dios (Fuerza) es simplemente la Creación, y que el ser humano, ya sea venga de altas esferas espirituales o sea elevado a esas esferas luego de numerosas vidas terrestres, está sujeto a la Creación y respectivamente es complementario a ella. Entre más alto se eleve, más fuerte y evidente se torna su poder. Como sea, uno no puede identificar a Dios separadamente de la creación porque Dios mismo es parte de ella, lo mismo ocurre para con todos los seres y demás creaturas, aunque estas se designen a sí mismas como “dioses”. Un ser espiritualmente desarrollado, como parte de la creación, reconoce la creación en todas las cosas, inclusive el más pequeño microbio, y el guiarse a una vida creativa causa que los miedos y las dudas se desvanezcan como la lluvia justo antes de la salida del sol. Por la vía del pensamiento creativo el hombre adquiere conocimiento y sabiduría y un sentido de fuerza ilimitada que le desvincula de las limitaciones de lo convencional y los dogmas. La vida material en la Tierra es sólo un evento pasajero, un fenómeno que se desvanece con el tiempo. Como sea, antes y después de él la presencia creativa continúa existiendo en el universo. Cuando el espíritu, este ser universal, se manifiesta así mismo en el ser humano a través de amor constante, sabiduría y verdad, entonces el hombre se desvincula de los velos que le rodean que eliminan la urgencia por lo material, la avaricia, el odio, la ira, y allí, y sólo allí alcanza el destino de su existencia. Es por ello que no se viene ni venimos en nombre de nadie a decirles esto a los seres humanos, sino que es una obligación para con el proceso de creación mismo” Semjase, Cosmonauta Pleyadiana, 1975. Otro punto a subrayar aquí consiste en que ni los pleyadianos ni demás razas alienígenas que están visitando la Tierra vienen en nombre de ningún Dios para traer la tan esperada paz al planeta. Los humanos deben aprender que nunca un dios puede arrogarse el rol de la Creación o controlar el destino de un ser humano. Un dios es simplemente un ser físico, un “gobernador”, e inclusive un ser humano que ha evolucionado lo suficiente hasta alcanzar el mayor nivel de entendimiento y conocimiento a través de millones de vidas. Ganando poder a través de este conocimiento, estos seres usualmente ejercitan el control sobre sus creaturas. Todos aquellos que son menos desarrollados pensarán que los seres o el ser superior es Dios y tiene poder sobre sus vidas, pero no es tal el caso. La Creación es la fuerza espiritual que tiene el conocimiento de crear un universo, en el cual Dios es sólo un ser material con entendimiento de la forma humana y es sujeto a la Creación así como todas las demás formas de vida. No es cierto tampoco que los pleyadianos vinieron a la Tierra de parte de ningún dios, pues ellos no son gobernados por ningún dios, y ahora viven completamente libres, disfrutando su conexión espiritual con la Creación. La Creación misma nunca da órdenes ni mandatos de adoración de ninguna índole pues carece de ego, no es una fuerza que emita juicios de valor. Es conocimiento eterno que guía el crecimiento del universo, y tal conocimiento nunca está en necesidad de órdenes, agrupaciones o religiones. Los pleyadianos queremos acercar esta verdad a la luz del mundo y hacerla entendida por los seres humanos. Es una parte importante de su misión. Si esto no sucede, entonces es posible que la humanidad se autodestruya paulatinamente, o caiga en una completa obscuridad espiritual."

Randolph Winters
Tomada del libro de Esteban Perentz Ufología:Volumen II






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