Macchu Picchu

"somos hijos del mar
del sol, de la tierra, de la luna"
Himno al sol

I

«amanecer
sin el aroma azul de tu aliento
es ahondar
la soledad marina del deseo
en suaves delirantes extravíos
como olas de vergel
negadas por el viento
toscos galeones
desvían inciertos
el timonel emblema de los entes
y yo me pregunto
-tallador de jaguar en mis labios-
hasta cuándo
he de verme reflejado en los
espejos
¡babilonia de cemento aluminio
y de neón!»

II

de lejanos y agrestes
parajes vengo
a ofrendar
en culto
mi callada y lenta agonía
tan latente como el silencio
asolador ritual de los
tiempos
en el reino del bronce y del no-ser
soy la sonrisa letal de marfil
ante el cual
la lógica formal del mundo
se destruye estrepitosa en pedazos

III

CAPRICORNIO
EN
CONJUNCIÓN
CON
SATURNO

el ritual se ha iniciado
y sobrias prostitutas
se erectan ahora en mi mente
y no sé ahora en realidad
quién soy
si tal vez un incógnito
amauta
pronunciando alguna oración
oculta hacia el sol
o un oscuro corsario
asolando algún puerto
desconocido del sur

IV

espíritu de la noche
espíritu de la noche
guíame sin temor por estas
tierras abruptas
espíritu de la noche
espíritu de la noche
condúceme por el sendero del fuego
que todo lo devora y purifica
arrojado estoy al abismo
insondable de la nada
y nada ahora me pertenece

V

el viento se estrella
violento en mi rostro
cuarto creciente
la luna marca exacta de mis pasos
los perros han huido
hacia el norte
el trineo ha quedado
hacia el sur
y yo cara a cara
al crepúsculo
voy camino
a la abolición total de mi cuerpo
al fin de mis muertes
o
mi definitiva liberación

Leo Zelada es el seudónimo de Braulio Tupaj Amaru Grajeda



Poética

I

Has despertado con el rozar de un ratón por encima de tu cabeza joven escritor y te estremeces hasta el ultimo vello de tu cuerpo

Mas un roedor que se desliza agazapado entre tus cabellos:

«Es sólo un roedor buscando a otro roedor»

II

Siempre hay una banca vacía para reposar la soledad del poeta. En los claustros de la pontificia catedral se desliza como dragón sigiloso el bardo tratando de ocultar su inmanente presencia.

Duro es entonces el trabajo del aedo, cincelar fonemas en hermosas gemas de mampostería, atrapar imágenes como mariposas de colores a lo eterno: revelación, ataraxia, energía esencial, puro conocimiento.

La poesía no es solo texto.

III

Amarga es la vida de un poeta
mientras escribe soterrado en el averno
aquí el Azul de Darío es el cielo gris de Lima y
Adán el atardecer «el crepúsculo más
hermoso del mundo».

—mediodía y soy la noche—

Converso con un genio incomprendido
que lúdico me muestra sus bocetos,
él intuye, mi callada amargura, mi depresión profunda
con historias insólitas y bromas
extravagantes nos hace sonreír
La ironía de Borges no llega a alcanzar su sabiduría.

Las calles en Quillca despiden un antiguo
esplendor
cada balcón esconde un verso de Vallejo,
mas no una noche estrellada:
«El poeta es, en ese eterno jirón de la amargura,
el poema y la desesperación.»

Leo Zelada es el seudónimo de Braulio Tupaj Amaru Grajeda


Templo de las manos cruzadas

I

frío, glacial, exacto
se comprimen en aros de papel mis nervios
cantata de oboes
apuntando al nefasto
orden del estío
sinfonía de fuego
anulando la esencia sacra de las cosas

II

y
deliro
y violentos dragones
serpientes-cactus
me lanzan sus llamas
por el sendero del halcón
que posa su rapiña incólume en mis ojos
góticas columnas
punzan la fobia intratable del suicidio
e ingreso al templo
me dirijo al retrato oscuro del niño
ya estoy harto
mi nombre es Belcebú —¡oh Jesús!
y derramo mi semen
sobre su hermosura

III

el temor ha cesado
la luna conduce ahora mi mente
y me he tornado en la iguana
que cava su tumba en el delirio

Leo Zelada es el seudónimo de Braulio Tupaj Amaru Grajeda




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