"El juego es una cosa muy seria. Huizinga lo explicó perfectamente en Homo ludens. Y Aristóteles ya le decía a Nicómaco que trabajamos para estar ociosos. El juego puede implicar esfuerzo y competición, tensión creativa. Es una gran escuela, y no precisamente de pereza. De hecho, la palabra escuela viene del latín schola –a su vez del griego scholé–, que significa ocio, tiempo libre. Tiempo para el cultivo del espíritu, decían los clásicos. Los niños juegan. Los adultos podemos jugar sabiendo que lo hacemos. La escena de un niño jugando, sin el papel pautado de nuestras normas, es una invitación a repensar el sentido profundo de la libertad."

Jorge Casesmeiro Roger



"España está en la raíz de América y los frutos de esa raíz cambiaron España para siempre. España no se entiende sin América. La frase de Ortega se refería, hace cien años, a esa visión de lo americano como porvenir, futuro e innovación. Mientras que Azorín queda asociado no tanto a España, sino a la melancolía del recuerdo. Pero actitud que, efectivamente, es más posible cuanto mayor es el peso de la historia. George Steiner decía que no es lo mismo pasear por la Calle 84 que por la Avenida de Balzac. La primera es típicamente americana, funcional. La segunda, europea, exhibe su identidad, su pasado, que también pesa… Si lo aplicara a mi libro, diría que no se puede educar de espaldas a la tradición. Pero tampoco cerrados a lo nuevo, a lo imprevisto. Nuestra responsabilidad es entregar un mundo a nuestros hijos. Heredar, rechazar o conquistar esa entrega será su decisión, y la responsabilidad por la que tendrán que responder ellos el día de mañana."

Jorge Casesmeiro Roger


"La TV se ha apuntalado sobre su peor defecto: su capacidad para fabricar y repartir masivamente entretenimiento de perfil bajo. No siempre fue así. La historia de la TV es muy interesante. Porque es un medio que debido a la aceleración tecnológica ha cumplido ya su estrella, pero cuyo nacimiento aún nos queda cerca. En España comenzó hace sesenta años. Todavía convivimos con personas que la pusieron en marcha, y con la generación que empezó a consumirla. Por lo que resulta sencillo trazar su génesis, auge, plenitud y decadencia. Y cuando tiras de la hemeroteca o teleteca digital, entonces ves que la breve historia de la TV es la de un perfeccionamiento técnico que ha corrido parejo a su propio deterioro cultural y humanístico. Quizá, entre otras cosas, porque la primera televisión estaba hecha por gente de libros, o formada entre libros. Esa impregnación fue desapareciendo. Y se nota."

Jorge Casesmeiro Roger


"Los niños suelen hacer lo que ven, no lo que se les dice que hagan. Si no leemos, no podemos contagiar el entusiasmo, la gozada de una buena lectura. Cuando la lectura está presente y viva en una casa, hace hogar, participa de la mesa, de la conversación. Y los hijos se dan cuenta de que leer configura el pensamiento, que dilata el ancho de conciencia. Si encima hay libros de papel, estos ocupan un espacio y además de ser: están, lo que no es poca cosa. De todas formas, si a uno esto de leer le interesa lo justo, dejemos entonces que lean con otros. Facilitemos a nuestros hijos el acceso a experiencias y modelos que les estimulen a leer y a pensar entre lecturas. Un padre no puede ser ejemplar en todo. Pero puede ofrecer a sus hijos oportunidades que compensen sus carencias."

Jorge Casesmeiro Roger


"Sería hermoso que una mayor erudición nos hiciera mejores, más buenos. Y una ilustración orientada al bien puede cultivar una mejor personalidad. Pero es ya un dictado antiguo que la ciencia, por sí misma, no trae necesariamente una brújula moral. A la ciencia lo que es de la ciencia, como decía el humanista uruguayo José Enrique Rodó, y a la voluntad inspirada lo que pertenece a las inspiraciones de la voluntad."

Jorge Casesmeiro Roger




"Somos hijos de nuestros padres, pero también de nuestro tiempo. Perdón por el tópico. Pero aclara. Los dispositivos móviles están ahí, y nuestros hijos nos ven usarlos a todas horas, cada vez para más tareas. Nuestra vida sucede entre pantallas. Y por lo tanto nuestros hijos se dicen: eso es el mundo, ahí está todo, ahí es donde suceden las cosas y yo también quiero mi ración. ¿Y entonces, qué les decimos? A veces les pedimos que apaguen el ordenador mientras nosotros contestamos un sms sin mirarles a la cara. En fin. Tendremos que supervisar su iniciación, acompañarles, enseñarles a racionalizar su uso, a optimizarlo formativamente. Y sobre todo recordarnos y mostrarles alternativas, la vida fuera de las pantallas, con su olor, sus sabores y hasta con sus microbios. Hay desarrolladores informáticos de Silicon Valley (California), la cuna de la revolución digital, que retrasan la edad de dar a sus hijos tabletas o móviles, y que los llevan a colegios donde no se permite el uso de ordenadores. O sea, que el tema es complejo."













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