Tong-gyu Hwang

Carta no mandada

Al barrer el patio en la madrugada,
encontré un gorrión muerto de frío.
Jamás pensé que fuera tan liviano.
El pico y los ojos bien cerrados,
las patas dobladas,
como si estuviera dormido.
En un rincón del patio, los bambúes pálidamente congelados,
temblaron durante un rato, no había viento.

Tong-gyu Hwang



Corazón herido

Todo árbol grande donde hay gente
tiene heridas;
¿dónde habrá un alma sin heridas?.
Hoy, mi cuerpo sufre una herida;
del cuerpo mana el plasma todo el día,
cubre y recubre la herida,
todavía no logra taparla toda,
siento dolor.

Tong-gyu Hwang



El poeta debe sufrir mucho

El poeta Songbok Lee preguntó:
«El poeta para ser poeta debe sufrir mucho, ¿verdad?
Recuerda a Baudelaire, Rimbaud y Du Fu».
¡Vida dura!
Homero, poeta ciego,
llenó todo el Mediterráneo de vino rojo;
Qu Yuan, poeta neurótico,
pintó el nacimiento del río Yangzi en blanco y negro.
¡Difíciles colores!

El poeta debe sufrir mucho…»
Por un momento, corto el hilo del pensamiento y miro el paisaje exterior.
La ventisca cierra y abre mis ojos;
en esa apertura vuela lejos un pájaro descalzo.

Tong-gyu Hwang

















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