En la astrología india se hace referencia a constelaciones
de estrellas que no se pueden ver en el cielo desde hace noventa y cinco mil
años y que ahora, al reproducirlas con ordenadores, nos revelan lo antigua que
es la mirada del hombre hacia el cosmos.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 10
Si la astrología ha llegado hasta nuestros días es porque
tiene algo más que ofrecer que una sencilla respuesta al anhelo de querer
conocer el futuro. De hecho, el verdadero valor de la astrología, hoy en día,
poco tiene que ver con las predicciones.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 13
… (la astrología es) la herramienta más concreta y profunda
que existe para conocernos a nosotros mismos. La astrología, al volverse
psicológica, ha perdido en capacidad de predecir hechos concretos, pero se ha
vuelto más rica en la interpretación. Actualmente, una misma carta puede tener
muchas más vías de expresión que hace unos siglos, o incluso unas décadas.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 15
Las críticas a la astrología siempre fueron hechas por
poderes fácticos a los que no les ha interesado la emancipación y el poder
individual que aporta el conocimiento astrológico, o bien por personas que no
estudiaron en lo más mínimo aquello que tratan de refutar.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 19
Las afirmaciones psicológicas derivadas de nuestra carta natal
pueden llegar a ser tan concretas que nosotros mismos, si nos conocemos lo suficiente,
podemos contratar su validez con respecto a nuestra manera de ser y a nuestra
forma de ver el mundo. Saber si la astrología tiene o no que ver con nosotros
mismos se encuentra al alcance de todo el que quiera tomarse la molestia. El
conocimiento astrológico está ahí, de forma más pública y universal que nunca,
abierto a todas las constataciones y verificaciones. Sin ellas, podemos caer en
la ignorancia de aceptar lo que no conocemos o, peor aún, en la de rechazar
algo de lo que no sabemos nada.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 21
El hecho de que la astrología no sea científica
sencillamente quiere decir que la ciencia no es capaz de explicarla. Por ello,
el día que la ciencia pueda dar cuenta de cómo funciona el fenómeno astrológico
no será un gran día para la astrología. ¡Será un gran día para la ciencia!
Implicará que ha desarrollado formas de percibir y medir la realidad mucho más
sutiles que las actuales.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 23
La astrología, como sucede con cualquier otra disciplina,
está siempre condicionada por la ética y el nivel de conocimientos del astrologo
que la practica, pero ello no puede menoscabar su valor intrínseco una vez
demostrado.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 27
Para mí, escribir sobre astrología es hacerlo sobre
psicología. La expresión astrología psicológica es casi un pleonasmo, una
redundancia. En las próximas décadas la astrología no se volverá más psicológica
–pues ya lo es enteramente- sino que la psicología se volverá más astrológica.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 61
No es exagerado afirmar que ir a visitar a un psicólogo sin
contar con un mapa como el astrológico es como ir a ver a un traumatólogo sin
disponer de una radiografía.”
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 64
A partir de mi propio proceso personal y por haber
acompañado a cientos de personas en algún momento de sus propios procesos, fue
emergiendo con claridad la idea de que este camino individual –desde lo prepersonal
a lo transpersonal- podía dividirse en las siguientes cinco etapas:
No sé quién soy.
Sé cómo soy.
Sé por qué soy como soy.
Sé para qué soy como soy.
Sé quién soy.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 65
El objetivo de la astrología no es el de simplificarnos sino
el de describirnos, mostrándonos toda la riqueza de nuestros matices. Por ello
la astrología no es una disciplina sencilla, y no podría ser de otra manera,
porque trata de cartografiar un territorio tan complejo como nuestra psique.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 71
Si leemos un informe astrológico hecho por un ordenador
enumerando todos los planetas, veremos que está lleno de contradicciones. No
porque el estudio esté mal hecho sino porque esas contradicciones están dentro
de nosotros. Por ello es interesante que la interpretación no la haga una
máquina que no puede ponderar los elementos, no sabe sintetizar un propósito
vital ni es capaz de dialogar con la persona, que es mucho más que la suma de
las partes. Además, una carta natal por sí misma no nos dice nada de nuestro
nivel de conciencia.
De todos modos, aunque nos la explique un astrólogo profesional en lugar de un ordenador, las contradicciones van a seguir estando allí. Por eso es que tantas veces nos cuesta ser coherentes con nosotros mismos. La coherencia con “uno” mismo pasa por conocer y conciliar a los “muchos” que habitan dentro de cada uno.
Una parte interna promete dejar de fumar mañana y al día siguiente otra enciende un cigarrillo. Una voz nuestra quiere ser fiel en el matrimonio y la otra acaba siendo infiel, aunque sea con el pensamiento. Y es que ¿cómo vamos a serle fiel a otra persona si no nos hemos sido fieles a nosotros mismos? Y ante eso: ¿cómo vamos a sernos fieles a nosotros mismos si o sabemos quiénes somos?
Pues bien, el gran valor de la astrología y en el que no tiene parangón, es que nos muestra cuáles son todas esas voces internas y cómo es la relación entre ellas. Por muchos años de trabajo psicológico que hayamos hecho, difícilmente podremos ver muchos aspectos de nuestra psique poruqe gran parte de ella permanece en el inconsciente. Ahí es donde la astrología psicológica nos devela cualidades internas que, por nosotros mismo o a través de cualquier otro tipo de terapia, tardaríamos muchos años en poder descubrir e integrar.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 71-72-73
Cuando nos atrevemos a mirar nuestra carta natal nos damos
cuenta de que no hay nada que temer. Todos tenemos la mejor carta que nos
podría haber tocado para hacerlo que hemos venido a hacer. El hecho de que
alguien nos la explique –de forma constructiva y psicológica- solo nos puede
hacer bien. No nos adivinará el futuro ni nos dirá cosas que vayan contra la
verdadera naturaleza de nuestro carácter; tampoco nos hará cambiar de vida
radicalmente, a menos que lo estemos deseando, sea el momento propicio y la
carta nos acabe de dar la confianza al confirmarnos el camino que ya intuíamos.
Conocer nuestra carta nos aporta una mayor conciencia de nosotros mismos, lo que nos permite reforzar la singularidad que nos habita y potenciar aquello que somos. Podemos darle a nuestra semilla las condiciones de agua, luz y tierra más afines a su naturaleza para que se desarrolle: ir a favor de nuestra carta es ir a favor nuestro. Podemos obviar al mensajero y no pasará nada, pero si lo escuchamos –si tomamos conciencia de nuestra carta- sucederá un cambio en nosotros y en nuestra vida solo por el hecho de tomar conciencia.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 92-93
El objetivo es conocerse, no tanto cambiarse. El oráculo de
Delfos no decía “cámbiate a ti mismo” mientras que hoy en día existen muchas
terapias enfocadas directamente en la transformación.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 99
No se trata de que cambiemos para ser otros sino para dejar
de ser lo que no somos.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 100
La mayor contribución que se puede hacer hoy en día dentro
del campo de la astrología es darla a conocer al gran público; quitarle esa
pátina supersticiosa. Siento que el propósito de mi vida es contribuir a que
esto suceda.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 115
La astrología psicológica es una herramienta de
autoconocimiento y realización de gran valor, y la visión no dual puede
aportarnos una profunda paz y aceptación, si es que conseguimos resonar son
esta filosofía. En cualquier caso, para mí no hay nada más radical y directo
que el advaita para desandar el camino de vuelta a casa.
(…)
Etimológicamente hablando, advaita surge del prefijo a-sumado al término dvaita, “dualidad”, donde el primero niega lo segundo. En verdad, pues, no afirma nada en positivo, sino que niega que haya dos. Eso es lo que postula: que la realidad no está fragmentada. Esta filosofía no tiene un origen concreto en el tiempo, sino que permea transversalmente a todas las tradiciones que han llegado hasta el final de la búsqueda: el vedanta, el zen, el sufismo, el taoísmo, el tantra, el misticismo cristiano, etcétera.
(…)
Si el paradigma astrológico puede ser radical para muchas mentes, el advaita contradice mucho más todo lo que hemos aprendido; pero, en verdad, no puede existir lo uno sin lo otro; astrología y advaita se complementan y se validan mutuamente. La astrología funciona porque en el fondo todo es uno; al mismo tiempo, una vez que la hemos puesto a prueba y verificamos que es real, ésta confirma el modelo holístico, no dual, que postula el advaita.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 162-163-164
Todos los elementos de nuestra carta nos hablan de cómo es
nuestra cristalización y el centro (de la carta) nos recuerda que nuestra
verdadera naturaleza, más allá de la forma que tome, es agua. No somos una ola
en el océano; somos el océano en una ola. El círculo central remite a lo que
todos somos en común: la vida misma. Por eso podemos mirar miles de cartas y el
centro siempre permanece inmaculado e inmutable, sin ser atravesado por ninguno
de los aspectos. Si levantamos la mirada, de él nacen todas las
cristalizaciones distintas del Ser, sus “formas” de “ser”.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 170-171
Mucha gente teme acercarse a la astrología por pensar que
pueda ser determinista. Pues bien, la astrología no lo es, pero la vida parece
que sí. La astrología es una gran simplificación de la vida: un mapa en dos
dimensiones de algo infinitamente mayor. Nuestra carta natal es una hoja de
ruta que nos da las claves para conocer al caminante y a su camino, con la
suficiente claridad como para alumbrarnos, pero sin anticipar el camino, lo que
le restaría misterio a la vida y le sumaría la condena de saber el porvenir.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 178
Es evidente que nosotros elegimos; pero de ello no se deriva
que lo hagamos libremente. Muchas preguntas surgen aquí: ¿por qué solo
consideramos un número determinado de opciones a la hora de elegir sobre algo,
siendo siempre mucho mayor el abanico de posibilidades?, ¿cómo aparecen las
opciones en nuestra mente?, ¿de qué estamos hablando cuando hablamos de
libertad?, ¿podemos afirmar que hay una parte nuestra que está separada del río
de la vida y que nos permite tomar decisiones al margen de ésta?
Para mí, el concepto de libertad va quedando tan restringido, relativo y condicionado que cabría trasladar la cuestión hacia la existencia de un libre albedrío anterior. Nos cuesta aceptar una respuesta que niegue el libre albedrío porque nos gusta sentir que somos sujetos con voluntad propia. Sin embargo, no respiramos por nuestra propia voluntad, nuestro pelo crece o deja de hacerlo automáticamente, el corazón late solo, el feto se desarrolla por sí mismo en el útero materno sin que la madre haga nada conscientemente. Todo indica que la vida hace sus procesos y nosotros, con nuestros pensamientos, nos arrogamos su autoría, mientras ni siquiera el hecho de creernos sujetos depende de nosotros. Es como una hipnosis divina. La totalidad juega y se olvida de sí misma para que el juego pueda desarrollarse.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 180-181
Para concluir con el tema de la libertad, me gustaría
recordar este pasaje de la película Matrix entre Neo y el Oráculo:
Neo: Tú ya sabes si voy a aceptarlo.
Oráculo: Menudo oráculo si no lo supiera.
Neo: Pero, si tú ya lo sabes, ¿cómo voy a escoger?
Oráculo: Porque si estás ahora aquí no es para escoger de nuevo. Tú ya elegiste; has venido a entender por qué lo hiciste. A estas alturas, ya deberías saberlo.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 182
Aquello que a primera vista parece negativo para nuestros
intereses puede ser un regalo encubierto, y lo que consideramos bueno al
principio puede acabar siendo muy perjudicial. Muchas veces los errores no son
más que aciertos que todavía no hemos sabido ver. El tiempo nos dirá el porqué
de cada situación. Mientras tanto, solo podemos hacer lo que creamos que es
mejor y dejar que la vida se ocupe del resto. Todo lo que ocurre es necesario y
oportuno para un plan mayor del que nosotros no podemos conocer su complejidad.
Bajo esta mirada es mucho más sencillo entender y aceptar que lo que viene
conviene, que nada sucede por azar.
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 186
Finalmente, entendiendo a la muerte como liberación última,
¿quién dice que es mejor estar vivo que muerto?
Andrés Zuzunaga
Cosmograma, página 188
Lo que hace la Astrología es abrirte puertas, no te dice que sólo puedes hacer algo específico. De hecho las posibilidades que hay en tu carta no te las terminas ni en diez vidas.
Cosmograma, página 10
Cosmograma, página 13
Cosmograma, página 15
Cosmograma, página 19
Cosmograma, página 21
Cosmograma, página 23
Cosmograma, página 27
Cosmograma, página 61
Cosmograma, página 64
No sé quién soy.
Sé por qué soy como soy.
Sé para qué soy como soy.
Sé quién soy.
Cosmograma, página 65
Cosmograma, página 71
De todos modos, aunque nos la explique un astrólogo profesional en lugar de un ordenador, las contradicciones van a seguir estando allí. Por eso es que tantas veces nos cuesta ser coherentes con nosotros mismos. La coherencia con “uno” mismo pasa por conocer y conciliar a los “muchos” que habitan dentro de cada uno.
Una parte interna promete dejar de fumar mañana y al día siguiente otra enciende un cigarrillo. Una voz nuestra quiere ser fiel en el matrimonio y la otra acaba siendo infiel, aunque sea con el pensamiento. Y es que ¿cómo vamos a serle fiel a otra persona si no nos hemos sido fieles a nosotros mismos? Y ante eso: ¿cómo vamos a sernos fieles a nosotros mismos si o sabemos quiénes somos?
Pues bien, el gran valor de la astrología y en el que no tiene parangón, es que nos muestra cuáles son todas esas voces internas y cómo es la relación entre ellas. Por muchos años de trabajo psicológico que hayamos hecho, difícilmente podremos ver muchos aspectos de nuestra psique poruqe gran parte de ella permanece en el inconsciente. Ahí es donde la astrología psicológica nos devela cualidades internas que, por nosotros mismo o a través de cualquier otro tipo de terapia, tardaríamos muchos años en poder descubrir e integrar.
Cosmograma, página 71-72-73
Conocer nuestra carta nos aporta una mayor conciencia de nosotros mismos, lo que nos permite reforzar la singularidad que nos habita y potenciar aquello que somos. Podemos darle a nuestra semilla las condiciones de agua, luz y tierra más afines a su naturaleza para que se desarrolle: ir a favor de nuestra carta es ir a favor nuestro. Podemos obviar al mensajero y no pasará nada, pero si lo escuchamos –si tomamos conciencia de nuestra carta- sucederá un cambio en nosotros y en nuestra vida solo por el hecho de tomar conciencia.
Cosmograma, página 92-93
Cosmograma, página 99
Cosmograma, página 100
Cosmograma, página 115
(…)
Etimológicamente hablando, advaita surge del prefijo a-sumado al término dvaita, “dualidad”, donde el primero niega lo segundo. En verdad, pues, no afirma nada en positivo, sino que niega que haya dos. Eso es lo que postula: que la realidad no está fragmentada. Esta filosofía no tiene un origen concreto en el tiempo, sino que permea transversalmente a todas las tradiciones que han llegado hasta el final de la búsqueda: el vedanta, el zen, el sufismo, el taoísmo, el tantra, el misticismo cristiano, etcétera.
(…)
Si el paradigma astrológico puede ser radical para muchas mentes, el advaita contradice mucho más todo lo que hemos aprendido; pero, en verdad, no puede existir lo uno sin lo otro; astrología y advaita se complementan y se validan mutuamente. La astrología funciona porque en el fondo todo es uno; al mismo tiempo, una vez que la hemos puesto a prueba y verificamos que es real, ésta confirma el modelo holístico, no dual, que postula el advaita.
Cosmograma, página 162-163-164
Cosmograma, página 170-171
Cosmograma, página 178
Para mí, el concepto de libertad va quedando tan restringido, relativo y condicionado que cabría trasladar la cuestión hacia la existencia de un libre albedrío anterior. Nos cuesta aceptar una respuesta que niegue el libre albedrío porque nos gusta sentir que somos sujetos con voluntad propia. Sin embargo, no respiramos por nuestra propia voluntad, nuestro pelo crece o deja de hacerlo automáticamente, el corazón late solo, el feto se desarrolla por sí mismo en el útero materno sin que la madre haga nada conscientemente. Todo indica que la vida hace sus procesos y nosotros, con nuestros pensamientos, nos arrogamos su autoría, mientras ni siquiera el hecho de creernos sujetos depende de nosotros. Es como una hipnosis divina. La totalidad juega y se olvida de sí misma para que el juego pueda desarrollarse.
Cosmograma, página 180-181
Oráculo: Menudo oráculo si no lo supiera.
Neo: Pero, si tú ya lo sabes, ¿cómo voy a escoger?
Oráculo: Porque si estás ahora aquí no es para escoger de nuevo. Tú ya elegiste; has venido a entender por qué lo hiciste. A estas alturas, ya deberías saberlo.
Cosmograma, página 182
Cosmograma, página 186
Cosmograma, página 188
No hay comentarios:
Publicar un comentario