David Carse

"Al nivel más profundo, las distinciones entre el sabio y el que no lo es carecen esencialmente de importancia. Ni siquiera existen como tales. Esas distinciones existen sólo en apariencia.
Por parte del denominado sabio, esto es sabido. Ambos son organismos cuerpo-mente dotados de un condicionamiento, a cuyo través afloran emociones y suceden acciones. La única "diferencia" es que el sabio ve que no hay "alguien" ahí, que sólo se trata del funcionamiento impersonal de la Presencia a través de esos instrumentos llamados organismos cuerpo-mente, mientras que la persona ordinaria reivindica la emoción o la acción, y piensa que es responsable de ellas y las llama suyas."

David Carse


“¿Dónde está escrito que los maestros no pueden trabajar para subsistir por sí mismos y que necesitan vivir de sus seguidores?”

David Carse


"El sabio sabe que él no es un cuerpo-mente, que ni siquiera es una persona. ¡No hay nadie ahí que pueda ganar nada!"

David Carse



"Una persona corriente de un sabio se diferencian solo en la Comprensión. Sólo en el ver, en el saber; eso es todo. Sencillamente, en la Paz que sobrepasa todo entendimiento. ¿Y qué hay de bueno en eso? Podría decirse que nada en absoluto. Buda dijo: "En verdad, no he obtenido nada de la iluminación". Y Huang Po escribió: "Sólo hay una misteriosa comprensión tácita, y nada más". El sabio no es un superhombre, no es una persona corriente con algo añadido. El sabio es una persona corriente con algo menos; ha desaparecido el sentido de ser un yo separado, de ser un individuo separado. No hay nadie en casa."

David Carse




"Los estudiantes de la Enseñanza suelen esforzarse por conciliar la idea del libre albedrío con la del determinismo; la idea de que 'eres ya siempre Todo Lo que Es y no hay nada que puedas hacer para lograrlo', con las admoniciones a embarcarse con ahínco en la autoindagación, en el cuestionamiento y la investigación. pero no hay conflicto: la enseñanza de eres Eso 'ya y siempre' no implica que hayas de abandonar todos tus esfuerzos. ese abandono sería, en sí mismo, ¡un esfuerzo!

   Si estás destinado a comprender la enseñanza, entonces 'tú', en tanto que ego, en tanto que un 'yo' definido, tendrás la motivación de llevar a cabo lo que sea necesario para que ocurra tal comprensión. Si han de ocurrir estudios o meditaciones o tareas, ocurrirán. eso, en sí mismo, es parte del 'ya y siempre'. No es algo que sea relevante en sí mismo, pero ocurrirá si es que ha de ocurrir.
  
   No es probable que ocurra la Comprensión total mientras estás sentado sobre tu trasero evitando los elementos de la enseñanza, rehusando afrontar tus concepciones erróneas y pensando solamente en cualquier otra cosa. Pero lo que aparece como motivación y deliberación, como empeño y determinación, como elección y acción, no es más que el mero funcionamiento del mecanismo mediante el cual se despliega toda la manifestación. El malentendido reside en tomárselo personalmente, como si fuera tu motivación, tu deliberación, tu elección y acción. Todo cuanto sucede es completamente impersonal, no es más que la totalidad desplegándose tal cual ella es. Es lo que ya y siempre eres.

 Es cuestión de tener una comprensión esencial: las prácticas y las tareas y todo lo relacionado con el vivir se asumen de modo impersonal, y no como un intento personal, o como si fueran una meta a alcanzar, o para ser mejor persona, o para salvar al mundo, o como un 'deber'. Hay simplemente un contemplar cómo el cuerpo/mente (que no es lo que tú eres) le suceden pensamientos, le brotan motivaciones, le surge ejecutar acciones..., o no. Solo hay absoluta simplicidad, una apertura, un consentimiento a permitir que suceda lo que ha de suceder y un dejar que las ideas erróneas se desvanezcan."

David Carse
Perfecta Brillante Quietud









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