El Arca


Ivika, la actual “comandante” del grupo de apunianos que nos contacta. En la última entrevista personal que tuve con ella ⎯en el Valle de la Luna, en Chile⎯, me afirmó: “La verdad les unirá…” “Deben recordar el futuro porque nosotros somos ustedes.”

Ricardo González
El Arca, página 16


“Muchos de nosotros hemos dejado, o perdido, nuestros mundos de origen, viajando muy lejos, hasta llegar a la Tierra. Vivimos de base en base, sea esta orbital o instalada en lugares secretos de su mundo. Perdimos la conciencia del hogar. Pero hoy sentimos que la Tierra también es nuestro hogar, y se lo transmitimos con mucho respeto. Por esa razón también nos sentimos parte de la paz planetaria, porque todo lo que ocurra con ustedes nos afecta a nosotros…”

Antarel
Ricardo González
El Arca, página 17


Está ocurriendo, pero en otra línea de tiempo que tu llamarías futuro”, me dijo Ivika en aquel entonces. “Tu sueño es en realidad una captura holográfica que estamos haciendo ahora mismo de la experiencia. Esa captura es enviada a tu pasado como una imagen mental, mientras estás descansando en tu dormitorio.”

Ricardo González
El Arca, página 19


Con certeza puedo decir que lo más impactante no fue el contacto en sí, sino la información recibida. Una historia que, al margen de resultar sorprendente, encaja a la perfección con viejas informaciones que ya habían transmitido los extraterrestres y nuestras sensaciones de que “algo poderoso” nos unía a ellos. En esta entrevista los apunianos me explicaron que en un futuro la convivencia humana entraría en una crisis global, encendida por la sobrepoblación, y atizada por hechos de violencia, discrepancias ideológicas, guerras y por si ello fuera poco la explotación irracional de los recursos naturales de la Tierra. El hambre y la confusión campeaban en casi todo el mundo. Esta crisis, que entró en un punto de no retorno, obligó a distintas superpotencias del mundo a crear una alianza para preservar la supervivencia de la especie humana. El proyecto, que llamaremos “El Arca”, se basaba en el hallazgo de una nueva tecnología, aplicable a la navegación espacial. Se trataba de una fuente de energía, poderosa, mágica, que había sido detectada con los grandes Aceleradores de Hadrones. Los apunianos ya conocían ese “Santo Grial” cósmico. Le llaman Minius. “El Arca” procuraba enviar naves espaciales fuera de la Tierra, con cientos de astronautas humanos entrenados para colonizar un mundo con condiciones de vida. Empezar de cero. De acuerdo a los apunianos, estas naves llevaron consigo dos importantes archivos: una “supermemoria”, que reunía la historia, arte, descubrimientos, y todo tipo de aprendizaje de la raza humana y cómo ésta se desarrolló en el planeta Tierra; y una “supersemilla”, que atesoraba una muestra genética de numerosas especies vegetales y animales de todo el mundo. Este enorme emprendimiento no podía asegurar la supervivencia de todos. Solo pudieron enviar a unos cuatrocientos viajeros, que tenían la misión de crear un nuevo hogar del hombre, en el espacio. Estos astronautas eran adolescentes, sin duda personas muy jóvenes, pero que habían sido entrenadas para este fin desde antes que nacieran... En primera instancia los viajeros fueron seleccionados por sus antecedentes genéticos, siendo ellos descendientes de importantes hombres y mujeres que destacaron en distintos campos del saber humano. La segunda etapa de la selección fue el entrenamiento al que fueron sometidos desde que nacieron. El lugar del despegue fue situado en la región de Atacama, en Chile. El objetivo del viaje espacial: el sector cósmico de Alfa Centauro, una estrella doble ubicada a unos 4.2 años luz de la Tierra. En esa coordenada estelar había más de un mundo habitable. Pero algo sucedió con este viaje. Las naves de “El Arca”, empleando la nueva tecnología que les permitió acortar la descomunal distancia que los separaba de su objetivo ⎯unos 42 billones de kilómetros⎯, arribaron a Alfa Centauro en una época remota. La distorsión del espaciotiempo, según la explicación de Ivika, los había llevado al “pasado” de Alfa Centauro, cuando esos mundos estaban siendo colonizados por una civilización extraterrestre de aspecto humano. Los “ancestros” de Antarel. Por si ello fuera poco, los astronautas humanos perdieron buena parte de su memoria al llegar a su destino. Según el relato de los apunianos, las colonias extraterrestres que ya se encontraban allí los rescataron y asistieron. Con el tiempo, esos humanos se mezclaron con esa raza extraterrestre que genéticamente era compatible con el hombre

Ricardo González
El Arca, página 21-23


En el contacto, Ivika me explicó que más tarde hubo un “evento” cósmico que permitió a una misión especial de Alfa Centauro venir a la Tierra. Esta misión estaba conformada por una tripulación mixta: extraterrestres de linaje puro, como el caso de Antarel, e “híbridos” entre extraterrestres y los humanos que llegaron en las naves de “El Arca”. Ivika era una de esas mestizas
(…)
De acuerdo a estos seres ⎯y advierto que esto será muy difícil de digerir⎯ el viaje hacia Alfa Centauro se hizo en varias ocasiones… Como si se tratase de un “loop” de la humanidad que se va replicando en distintas membranas de realidad. Los extraterrestres sostienen que vivimos en un multiverso en donde cada experiencia se combina, se une, y “alimenta” el tejido inteligente que envuelve esta parte de la creación. El objetivo es cortar ese “loop”, el “momento en que la humanidad se equivocó”, salir de un círculo vicioso para que nuestra experiencia como “especie programada en un mundo escuela” ⎯la Tierra⎯ pueda afectar positivamente la evolución, la nuestra y la de otras civilizaciones en el cosmos.No, no es ningún delirio. Nuestros estudios humanos en física cuántica nos han venido revelando esos otros universos a los que me referiré más adelante: distintos planos de realidad que se organizan a través de la ecuación información-experiencia.Somos, pues, seres multidimensionales por naturaleza

Ricardo González
El Arca, página 23-24


En relación a las bases subterráneas, aprendimos en la experiencia de contacto que buena parte de los diversos grupos extraterrestres que nos observan poseen esas instalaciones. El caso del nevado Huascarán ⎯la base principal de los apunianos en los Andes peruanos⎯ es un ejemplo. En algunas ocasiones los extraterrestres aprovechan inmensas grietas naturales en montañas y volcanes para establecer esas bases; en otras circunstancias eligen los fondos oceánicos. No todas son “instalaciones físicas”: la mayoría de esos puntos son solo “ventanas” de entrada y salida. La actividad es básicamente “interdimensional”. Monte Perdido es uno de esos puntos seleccionados por los extraterrestres. Un “vórtice”.

Ricardo González
El Arca, página 32-33

Aunque los extraterrestres los denominan “cristales”, son, en realidad, pequeñas dosis de una sutil energía que el ser humano ya dispone como elemento potencial en su interior. La experiencia con el Minius es, según los extraterrestres, un “activador temporal

Ricardo González
El Arca, página 39

Soy Ivika:
… El Minius, como ya te dijimos, es la fuente primera de energía, la esencia del origen del universo. Es la llave del principio y su proyección, una ecuación de eternidad que permite accionar en lo visible y lo invisible. No deben interpretarlo solo como un conocimiento cientí- fico sobre la naturaleza del cosmos.Es, por encima de ello, un mensaje espiritual, más allá de su aplicación práctica en la tecnología de viajes espaciales. Podrán comprender un poco más su naturaleza si se adentran en ustedes mismos, en el nodo de fuerza que atesoran, que pulsa, que vive en lo más profundo de su energía. El Minius es similar a lo que ustedes llaman “agujero negro”: es una “puerta” de entrada y salida. Y su fuerza lo penetra todo. Lo transmuta todo. Así como las radiaciones cósmicas que ante sus ojos son invisibles y, sin embargo, existen, el Minius ha permanecido silente dentro de la propia estructura de código genético de vida. Los hombres de ciencia de la Tierra aún no han podido desentrañar este secreto, que está presente en todo el universo. Pero intenta acercarse a esta revelación a través de un denodado estudio del mundo subatómico.

Ricardo González
El Arca, página 40


Crestone es un pueblo con diversos reportes de avistamientos ovni ⎯nos explicaba Harris, durante el ameno viaje en coche⎯. Allí se filmó el documental “Sirius”, del Dr. Steven Greer, en el cual colaboré como asesora. Pero lo que hace más interesante a esa localidad es que conviven diversas religiones. Verán varios templos allí.

Ricardo González
El Arca, página 52


Los apunianos insisten en que el hombre “existe” en múltiples planos, en donde todas las realidades se abrazan. Sostienen que llegado el momento lo “recordaremos”.

Ricardo González
El Arca, página 90


El hallazgo de lo que denominan “bosón de Higgs” no es lo que dicen los científicos. Es incompleto y tampoco es la solución que termina de dibujar el mapa que tienen del microuniverso. Lo saben. Pero tuvieron que potenciar ese descubrimiento para no perder financiamiento. En los próximos días verán más noticias sobre lo que se está trabajando aquí. Lo que han venido hallando los científicos de la Tierra empieza a tambalear el acuerdo general del modelo físico. Los científicos están llevando al acelerador a su límite. Concientes de ese peligro procurarán construir otro más poderoso. Han visto algo pero por un brevísimo lapso. Saben que allí está el secreto. Han acariciado, por un instante, el punto en donde se une lo que el ser humano denomina “ciencia” y lo “sobrenatural”.Pero, en realidad, no hay nada “sobrenatural”: son leyes y mecanismos del universo que aún no conocen.

Ricardo González
El Arca, página 96


Los científicos saben del Minius. Algunos creen que es la quinta fuerza. Otros que es la partícula definitiva que se remonta al origen del espacio-tiempo. Pero aún no la han mapeado. Todo lo que han venido encontrando son elementos precursores. La humanidad se halla cerca de una ciencia que lo cambiará todo. Pero la humanidad debe cambiar primero para que esa ciencia no la hunda, aún más, en la separación y el egoísmo. Todo ha empezado. Se halla en marcha. Pero ustedes también han sido activados y preparados para este tiempo. Si no hubiese esperanza, una puerta, una oportunidad, no estaríamos teniendo este encuentro…
Aquel fue parte del mensaje del “emisario”.

Ricardo González
El Arca, página 97-99


El pequeño se había fracturado el brazo y varias costillas, y acusaba signos avanzados de infección. Los familiares no quisieron llevarlo al hospital más próximo. Esperaban que los apunianos lo curasen… De acuerdo a Vlado, los extraterrestres aparecieron, y se llevaron al niño dentro de su nave: un disco metálico que se había posado en un paraje cercano al pueblo andino de Quitaracsa. Al cabo de unos minutos, la criatura bajó del aparato sin acusar ningún signo de enfermedad.Kapetanovic, anonadado, observó todo esto al lado de los lugareños, que eran muy celosos de compartir estas experiencias. Aquello fue una excepción.¿Cómo lo hicieron? ⎯preguntó Kapetanovic a los extraterrestres⎯.“Ellos” contestaron: “Nosotros tenemos varias formas de curar; una de las más positivas es la desintegración e integración. Desintegramos las células del cuerpo del paciente hasta sus más pequeñas partículas, y luego integramos un cuerpo perfectamente sano...”. “Hace mucho hemos descompuesto el átomo a su mínima partícula. La llamamos Minius... Es la última partícula antes de la nada...” De acuerdo a los apunianos, el Minius es el núcleo de las fuerzas. Se encuentra en todas partes. Lo impregna todo… Viajando al centro de poder de soles, planetas y criaturas, se descubre las poderosas fluctuaciones del Minius. Es así que en el centro de fuerza del ser humano, ubicado en el plexo cardíaco, también se halla latiendo.Vive, pues, en el centro de la Tierra, en el núcleo del Sol y en las entrañas de nuestra galaxia, que es una puerta hacia otras realidades. A esta relación criatura-planeta-estrella-galaxia, los extraterrestres la llaman “ecuación divina”. El hilo conductor es el Minius.

Ricardo González
El Arca, página 109-110



Ivika nos proporcionó una técnica de meditación de cuatro pasos para trabajar con el Hipercubo. Aunque es difícil de describirla en un texto, la resumiré: El primer paso es crear, a través de la visualización, un enlace con los núcleos de fuerza del Minius que laten en nuestro ámbito de existencia; esto es: el punto de singularidad del cuerpo humano (ubicado en el plexo cardíaco), el núcleo del planeta, el núcleo de nuestra estrella, y finalmente el corazón de la galaxia a la que pertenecemos. El segundo paso es visualizar la manifestación de un hipercubo en torno a nuestra figura, como una suerte de campo de fuerza luminoso.“Construir” mentalmente un Teseracto a nuestro alrededor. La tercera etapa es el movimiento del Teseracto, que se basa en seis rotaciones o movimientos físicos que podemos comprender partiendo desde nuestro cuerpo como eje. Esto es hacia “adelante”, hacia “atrás”, hacia la “izquierda”, hacia la “derecha”, hacia “abajo”, y finalmente hacia “arriba”. La duración de estos movimientos responde al sentir del prácticante. La cuarta fase, es la “séptima rotación”, que es simbólica, en donde el hipercubo se “desarma”, “desaparece”, precipitando así una meditación más profunda, más allá del concepto espacio-tiempo.
(…)
Esta técnica mental del hipercubo en movimiento es una herramienta poderosa. De acuerdo a los extraterrestres, ayuda a equilibrar nuestro campo de luz, y nos conduce hacia la comprensión de otras dimensiones

Ricardo González
El Arca, página 113-114

El Teseracto es una “nave del tiempo”para conectar con el universo

Ricardo González
El Arca, página 116

El mensaje de los apunianos era claro: antes de intentar acercarnos científicamente a los misterios que encierran nuevas tecnologías subatómicas, tenemos que “sentir” la fuente de esa energía viva. Aquello de que el verdadero contacto empieza con nosotros mismos. El Minius, aunque es buscado “afuera”, se halla dentro de cada ser.

Ricardo González
El Arca, página 116



De acuerdo a los extraterrestres, Atacama forma parte de un inmenso cuadrante energético en América del Sur. Este “Portal del Tiempo”, como lo definen, se inicia en el Cusco, se extiende hacia el lago Titicaca, y llega hasta el desierto de Atacama. Los diferentes nodos de todo el continente están conectados con este “núcleo” principal de fuerza.

Ricardo González
El Arca, página 134


Sí, creo en el mensaje que nos han transmitido. Lo creo porque lo he experimentado. He visto sus consecuencias positivas en nuestras vidas y como todo esto ha afectado positivamente a los demás.

Ricardo González
El Arca, página 139


“Chajnantor”, en el dialecto atacameño Kunza, significa: “El lugar del despegue…”

Ricardo González
El Arca, página 140


“Para ustedes seríamos extraterrestres, porque no nacimos en la Tierra. Pero algunos de nosotros estamos estrechamente vinculados a la humanidad porque somos, en cierta medida, sus descendientes…” 

Ivika en el contacto de Yungay
12 de abril de 2015
Ricardo González
El Arca, página 144




¿Esa singularidad lleva hacia una “galaxia gemela”? Me resulta difícil describir lo que los extraterrestres me mostraron en el contacto de Atacama. Recuerdo que en ese momento me preguntaba si la civilización extraterrestre de “Apu I” surgió en esa “galaxia espejo” o migró hacia ella desde nuestra realidad galáctica. Solo tuve una sensación, una corazonada: ellos habían estado antes en nuestra galaxia. De alguna u otra forma era consciente de que estaba contemplando la historia de una raza alienígena de aspecto humano que había logrado establecerse en ese “otro lado”. Entonces lo comprendí: hubo un prólogo antes de “Apu I”, y ese prólogo se había escrito en nuestra Vía Láctea…

Ricardo González
El Arca, página 161-162

De acuerdo a estos seres, la especie humana fue “sembrada”. Una misión científica extraterrestre arribó a nuestro mundo en la noche de los tiempos y trajo consigo patrones de vida, que depositaron en los viejos océanos. Intervinieron con su ciencia a los primeros antropoides y de ello surgió el hombre moderno. Revelaron conocimientos cósmicos y hasta fueron parte del génesis de las primeras culturas humanas. Vivieron entre nosotros. Y tuvieron desacuerdos sobre nuestro futuro. Así, quienes apoyan el “proyecto” en la Tierra, decidieron, finalmente, ser solo observadores de lo que el hombre pudiese lograr por mérito propio. Le ayudarían en lo posible, pero no directamente. Tratarían de pasar desapercibidos. De hecho, algunos de ellos nacieron como humanos en la Tierra como parte de esta agenda de estudio y asistencia. El mensaje era claro: si el hombre da el salto en su aprendizaje, los extraterrestres también crecen. Es la dinámica del universo. Todo está conectado. Supimos entonces que los grandes errores del hombre, que han derivado muchas veces de guerras y experimentos, también fueron parte del proceso que enfrentaron los seres del espacio. Tenemos, pues, una “herencia”. Somos hijos del cosmos. Y también una posibilidad para enrumbar las cosas y no repetir viejos patrones de origen extraterrestre. Aunque resulte increíble, la revelación de los apunianos nos advierte que podemos ser en el futuro “padres” de otras iniciativas. De este modo, nuestro “pasado extraterrestre” se entrelaza con un “futuro extraterrestre”.

Ricardo González
El Arca, página 165-166



⎯ ¿Por ello los sobrevivientes de “Apu I” viajaron hacia la Vía Láctea? ¿Su misión estaba relacionada con el agua que se puede hallar en esta región del universo? ⎯recuerdo que le pregunté, tratando de hilar todo esto.
“Es mucho más complejo ⎯dijo Ivika⎯; el agua es la pista para hallar a nuestro Ancestro Común…”

Ricardo González
El Arca, página 166


Mientras esté en este cuerpo físico, seguiré investigando y difundiendo todo aquello que denominamos “misterio”, porque en esa búsqueda está el recuerdo del ser cósmico que realmente somos.

Ricardo González
El Arca, página 193


La ciencia debe dudar, no negar.

Ricardo González
El Arca, página 196


¿El mensaje? Podemos cambiar el futuro.
Estamos a tiempo.

Ricardo González
El Arca, página 205









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