¡Capitán, capitán!
¡Capitán, capitán! Ven a nuestro camarote
cuando duermen los ánimos cansados,
cuando el aliento de pueblos se une y mezcla
y el aire se vuelve una llamarada encendida
y sollozan hasta los muros de acero
y por las cuchetas corren lágrimas ardientes,
y doloridos rechinan y se quejan los lechos de paja
deseosos de que los escuche alguno al menos.
¡Capitán, capitán! Cómo puedes dormir ahora
sin ser torturado por las imágenes oscuras
que aparecen en sueños y exigen airadas
por aquellos que en sus propios lechos,
desnudos, sarnosos, no encuentran consuelo,
¡capitán!. ¡Capitán!.
Moishe Dovid Guiser
Prodigios de las calles santiaguinas
Por Las Calles De Santiago
Ruido, Estrépito Y Confusión.
Un Carro Anda Entre Silbidos
Como Embrujado Por Varitas Mágicas
Y Chiquillos Venden Su Desnuda Tristeza
Con Vocecitas Trágicas.
Qué Hermosas Sois, Muchachas Santiaguinas,
En Vuestros Ojos Arde Un Diamante;
Muchachos Vagabundos
Andan Por Las Calles, Los Brazos Colgantes
Y Los Automóviles Vuelan Impetuosos Y Ciegos
Por Caminos Zigzagueantes.
¡Oh, Prodigiosas Ferias De Frutas Santiaguinas
Con Criadas, Esclavos Y Señores,
Con Racimos De Uvas, Peras Y Manzanas!
Yo Agradezco Con Mis Versos
Tu Dramatismo, Dulzura Y Hermosura
Abrazados Por Mágicas Montañas.
Moishe Dovid Guiser
No hay comentarios:
Publicar un comentario