Ricardo Nieto

"¿Para qué los libros, para qué, Dios mío si este amargo libro de la vida enseña que el hombre es un pobre pedazo de leña que arrastra en sus ondas fugaces un río? ¿Para qué los libros, para qué, Dios mío?"

Ricardo Nieto

Paz

"Señor, dame la paz, la paz que miro

Esta tarde otoñal en mi ventana,

mientras se tiñe la extensión lejana

con la diáfana sangre de un zafiro.

A esta dulce quietud es cuanto aspiro:

ser el árbol que nace en la sabana

y no sabe por qué; que cae mañana

y no tiene en sus hojas ni un suspiro.

¡Señor! pón en mi espíritu la suave

serenidad de la naturaleza

que de la duda y el dolor no sabe...

¡Señor! ya nada quiero, nada ansío,

y sólo pido a tu gentil largueza

que me transformes en rosal o en río."

Ricardo Nieto

Sueño de la vida

"A través de los campos otoñales

regresan ella y él: alta y fornida,

es una rosa que nació escondida

a la sombra de salvias y trigales.

El contempla sus formas virginales,

y al mirarla a su lado enrojecida

como un rojo clavel siente la vida

que corre por sus venas a raudales.

Como turba de pájaros traviesos

que dejase al salir rosadas huellas,

de las bocas escápanse los besos;

y como recompensa a sus fatigas,

arriba, en el azul, brotan estrellas,

abajo, en el trigal, brotan espigas..."

Ricardo Nieto