– Mientras sea senador, jamás dejaré de asistir a mis obligaciones aunque no diga una sola palabra-, dijo Helvidio Prisco.
– Pero si estás presente algo tengo que preguntarte-, dijo el emperador (Tito Flavio Vespasiano)-.
-Si no me pregunta, no hablaré, más, si lo haces, diré lo que tengo que decir-, dijo Helvidio Prisco.
-¿No sabes que en mis manos está quitarte la curul y aún más, hasta disponer de tu vida?-, dijo el Emperador en tono amenazante.
-¡Bien!-, dijo el senador. Tú dirás lo que te convenga y yo cumpliré con lo que manda mi conciencia en defensa del pueblo. ¿Acaso os he dicho que soy inmortal?
Helvidio Prisco
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