María Lefebre Lever

Brindis

En mi copa está el vino,
Bebedor ¿Que esperas?
Todo es para ti
Quiero verte embriagado

Para ti he guardado
mi primera vendimia
y en mi copa te ofrezco
lo que nadie ha probado

En mi copa está el vino
Bebedor que esperas
Aún nadie ha podido
conocer su sabor

Es vino de viña
Fuerza de mi tierra
Bebe, bebe
Y serás creador

María Lefebre Lever



... Como saeta disparada al viento
Sin rumbo fijo y al acaso voy
Dentro del alma una congoja siento y
si acaso canto es porque triste estoy.  

Anda canción sin nombre y sin destino
Vuela sin rumbo, cual mi vida va
Y si alguien te detiene en tu camino
Dile que eres canción de un peregrino
Mas no le digas mi secreto mal.

María Lefebre Lever



El hijo

Señor, que nunca llegue, que lo lleve dormido,
siempre en el corazón; déjalo en la cunita
de tan hondo cariño, señor, que nunca llegue.
Escúchame, señor.

Si lo amo tanto, tanto, cómo querer Dios mío,
Entregarlo a la vida; déjame mi tesoro.
Por él, señor, soy buena, mientras vaya con él
No marcharé perdida.

Quién pudiera besarlo, tenerlo entre los brazos,
Sollozo en mi dolor; pero tú sabes, Dios,
que no quiero dañarlo, déjamelo dormido
Envueltito en mi amor.

Y al pensar que lo llevo así, lleno de gracia,
Gozar con la emoción de sentirlo tan mío.
Señor, que nunca llegue, siempre en el corazón,
¡Déjamelo dormido!

Si lo amo tanto, tanto, cómo querer, mi Dios,
entregarlo a la vida.

María Lefebre Lever



En mi copa está el vino, bebedor ¿qué esperas?
Todo es para ti; quiero verte embriagado:
para ti yo he guardado mi primera vendimia
y en mi copa te ofrezco lo que nadie ha probado.

En mi copa está el vino, bebedor ¿qué esperas?
aun nadie ha podido conocer su sabor:
es vino de mi viña, es fuerza de mi tierra,
bebe, ¡bebe y serás creador!

María Lefebre Lever



Humo

Mientras yo me desnudo
con desgano y pereza
va surgiendo entre encajes
mi soberbia esbeltez,
Y hay como un aleteo
de la luz en la pieza
cuado frente a la lámpara
se alza mi desnudez.

Mientras yo me desnudo
vas urdiendo quimeras
las axilas, los pechos,
las esbeltas caderas,
hacen que en el reposo nocturno
más me adores.

Y mientras en un sueño fantástico
me sumo, me vas viendo
a través de las volutas de humo
como en un cuento de Rabindranath Tagore.

María Lefebre Lever


"Los seres no son viejos ni jóvenes, sino permanentemente buscadores de un destino."

María Lefebre Lever









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