"A la filosofía pertenece examinar las causas de las cosas."

Padre Feijoo


"A favor de la lengua francesa se añade la utilidad, y aún casi necesidad de ella, respecto de los sujetos inclinados a la lectura curiosa, y erudita. Sobre todo género de erudición se hallan hoy muy estimables libros escritos en idioma francés, que no pueden suplirse con otros, ni latinos, ni españoles."

Padre Feijoo



“A quien no persuadieren la experiencia y la razón, no ha de convencer la autoridad.” 

Padre Feijoo



“A tanto se ha extendido la opinión común en vilipendio de las mujeres, que apenas admite en ellas cosa buena.” 

Padre Feijoo


"Aun aquellas proezas que inmortalizó la fama como últimos esfuerzos del celo por el bien público acaso fueron más hijas de la ambición de gloria que del amor de la patria."

Padre Feijoo



"Busco en los hombres aquel amor de la patria que hallo tan celebrado en los libros; quiero decir aquel amor justo, debido, noble, virtuoso, y no le encuentro. En unos no veo algún afecto a la patria; en otros sólo veo un afecto delincuente, que con voz vulgarizada se llama pasión nacional."

Padre Feijoo


"Ciertamente, como se pongan en secuestro las pruebas experimentales (acaso no bien examinadas), que puede haber por la sentencia común, no dudaré de seguir la del Marqués Maffei, porque por discurso Filosófico no pudo alcanzar otra cosa. Que se enciendan varias exhalaciones en los senos de las nubes bien se entiende; pero que encendiéndose allí, bajen a la tierra encendidas, y con el vigor que es menester para hacer los grandes estragos, que ejecutan, es para mí inconceptible. Una exhalación, cuando se enciende, se enrarece; y tanto más, y más prontamente se enrarece, cuanto más violentamente se enciende. Enrareciéndose mucho, se disipa. Todo esto es prontísimo; con que no se puede entender, que la exhalación encendida en el seno de la nube sin desunirse camine el largo trecho que hay de la nube a la tierra; mucho menos que después de andar tanto espacio, llegue a la tierra con la fuerza, que es menester para los graves destrozos que ejecuta."

Benito Jerónimo Feijoo
Teatro crítico universal


"Creo que generalmente se puede decir, que no hay conocimiento alguno en el hombre, el cual no sea mediata o inmediatamente deducido de la experiencia."

Padre Feijoo



Cuando la tradición es de algún hecho singular, que no se repite en los tiempos subsiguientes, y de que, por tanto, no pueden alegarse testigos, suple por ellos para la confirmación cualquiera vestigio imaginario, o la arbitraria designación del sitio donde sucedió el hecho.”

Fray Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro


"Cuando la tradición es de algún hecho singular, que no se repite en los tiempos subsiguientes, y de que, por tanto, no pueden alegarse testigos, suple por ellos para la confirmación cualquiera vestigio imaginario, o la arbitraria designación del sitio donde sucedió el hecho."

Padre Feijoo


"De buen humor estaba Vmd. cuando le ocurrió inquirir mi dictamen sobre la Historieta del Obispo de Jaén, de quien se cuenta, que fue a Roma en una noche, caballero sobre la espalda de un Diablo de alquiler: ¡Triste de mí, si esa curiosidad se hace contagiosa, y dan muchos en seguir el ejemplo de Vmd. consultándome sobre cuentos de niños, y viejas! Parece que le hizo alguna fuerza a Vmd. para no disentir enteramente la circunstancia añadida a la Historia, o completiva de ella, que aún hoy se conserva en Roma el sombrero de aquel Prelado; como si la ficción de este aditamento tuviese más dificultad, que la del cuerpo del cuento. ¿Qué testigos calificados deponen de la existencia del sombrero? Puede ser que en alguna Iglesia, de tantas como hay en Roma, se guarde, como reliquia, el sombrero de algún Obispo Santo y a algunos Españoles simples, otros Españoles dobles les hayan embocado, que es el sombrero del Obispo de Jaén. Supongo, que los que publican la conservación del sombrero, dan por motivo de ella, perpetuar la memoria del prodigio, de que amaneció en Roma cubierto de la nieve, que aquella noche había caído sobre él en el tránsito de los Alpes. ¿Pero cómo se compone esto con el chiste, que hace parte de la Historieta, de que llevándole el Diablo acuestas sobre el Mar, con un ardid quiso hacerle pronunciar el nombre de Jesús, para dejarle caer sobre las hondas; y el Obispo, oliendo la maula, le dijo, como si le batiera con el acicate: «Arre diablo»; con que lo hizo avivar el paso, y guardar sus engañifas para mejor ocasión? ¿Cómo se compone, digo, ir de Jaén a Roma por los Alpes, y hacer el mismo viaje navegando el Mediterráneo? Sólo de este modo pudo correr el prodigio por Mar, y por Tierra. De cualquiera modo que fuese, discurro, que el Obispo había dejado el Pectoral en casa; porque como la Cruz es tan pesada para el Diablo, no podría, llevándola acuestas, hacer tan largo viaje en tan poco tiempo."

Padre Feijoo
Cartas eruditas y curiosas
Tomada del libro Viajes inexplicables de Chris Aubeck y Jesús Callejo, página 15


"Duélome del tiempo que se pierde en la lectura de las materias, tanto filosóficas, como Teológicas; y aún más en las de las segundas, que de las primeras. ¿Qué quiero decir? ¿Qué la lecura, como tal, es inútil? Nada menos. No sólo la juzgo utilísima, sino indispensablemente necesaria. Culpo los accidentes, no la substancia; no la entidad, sino el modo. No digo, que se pierde todo el tiempo, que se emplea en la lectura, sino buena parte de él. Ni tampoco esta censura comprende a todos los Maestros, sino a algunos, aunque no muy pocos."

Padre Feijoo
Teatro crítico universal, tomo VIII, discurso III, "Dictado de las Aulas"



"El miedo que tengo de que algún día caigas en esta corrupción me mueve a darte ahora un excelente preservativo contra las tentaciones de las dádivas."

Padre Feijoo


"El padre Fuentelapeña, en su libro del Ente dilucidado, prueba muy bien que los duendes ni son ángeles buenos, ni ángeles malos, ni almas separadas de los cuerpos (…). Puesto y aprobado que los duendes ni son ángeles buenos, ni demonios, ni almas separadas, infiere el citado autor que son cierta especie de animales aéreos, engendrados por putrefacción del aire y vapores corrompidos. Extraña consecuencia y desnuda de toda verosimilitud. Mucho mejor se arguyera por orden contrario, diciendo: los duendes no son animales aéreos, luego sólo resta que sean o ángeles o almas separadas. La razón es porque para probar que los duendes no son ángeles ni almas separadas sólo se proponen argumentos fundados en repugnancia moral; pero el que no son animales aéreos se puede probar con argumentos fundados en repugnancia física. Por mil capítulos visibles son repugnantes la producción y conservación de estos animales invisibles; por otra parte, las acciones que frecuentemente se refieren de los duendes, o son propias de espíritus inteligentes, o por lo menos de animales racionales, lo que este autor no pretende, pues sólo los deja en la esfera de irracionales. Ellos hablan, ríen, conversan, disputan. Así nos lo dicen los que hablan de duendes, con que, o hemos de creer que no hay tales duendes, y que es ficción cuanto nos dicen de ellos, o que si los hay, son verdaderos espíritus. Realmente es así, que puesta la conclusión negativa de que los duendes sean espíritus angélicos o humanos, el consiguiente que más natural e inmediatamente puede inferirse es, que no hay duendes. A la carencia de duendes no puede oponerse repugnancia alguna, ni física ni moral. A la existencia de aquellos animales aéreos, concretada a la circunstancia de acciones que se refieren de los duendes, se oponen mil repugnancias físicas. El argumento, pues, es fortísimo, formado de ésta: los duendes, ni son ángeles, ni almas separadas, ni animales aéreos, no resta otra cosa que puedan ser. Luego no hay duendes."

Fray Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro
Tomada del libro Duendes de Carlos Canales y Jesús Callejo, página 37


"El Problema que Vd. me propone, más ejercicio dio a mi admiración, que a mi discurso. No puedo comprehender, que haya fundamento alguno para pensar, que una arroba de lana pese más que una de metal. Si una, y otra materia se supone tener el peso de una arroba, y no más, ni menos, ambas se suponen iguales en el peso. Si iguales en peso, ¿cómo puede pesar una más que otra?
Vd. me insinúa, que en mis Escritos halló motivo para inferir, que pesa más la arroba de lana. Quisiera ver individuado en qué parte de ellos, en qué Discurso, Aserción, o Máxima; pues yo, volviendo los ojos a todas partes, en ninguno le encuentro.
Antes bien por uno de los principios, que tengo establecido en mis Escritos, y que tienen admitido ya todos los Filósofos, me ofrezco a probar por la contraria, que tomando tanta cantidad de metal, que en la romana represente exactamente el peso de una arroba, y tanta cantidad de lana, que también en el examen de la romana represente justísimamente el mismo peso; tan lejos está de poder decirse, que la lana pesa más que el metal, que antes, en rigor filosófico, se infiere con evidencia, que el metal pesa más que la lana. Vaya esta Paradoja para diversión de Vd.
El principio que tomo para esto, es únicamente el peso del aire. Es cierto, que a proporción de la mayor esponjosidad de la lana, hay mucho mayor cantidad de aire contenido en los poros, e intersticios de la lana, que en los intersticios, y poros del metal: a proporción que la cantidad es mayor, es mayor su peso: luego pesa mucho más el aire contenido en los intersticios de la lana, que el contenido en los intersticios del metal: luego si juntos el peso de la lana, y el del aire contenido dentro de ella, son iguales al complejo del peso del metal, y del aire contenido dentro de él; esto es, están en equilibrio en todo con el otro, tomando precisamente el peso propio del metal, y el peso propio de la lana, sin considerar el peso del aire contenido dentro de uno, y otro, es mayor el peso del metal, que el de la lana. Luego en rigor filosófico, en el cual el peso del aire, como de cuerpo extraño, no debe computarse, se debe decir, que el metal pesa más que la lana.
Esto, no sólo es evidente por la razón alegada, mas también lo ha hecho palpable la experiencia. El célebre Filósofo Mr. Homberg, habiendo, por medio de la Máquina pneumática, extraído el aire de un globo de vidrio hueco, de menos de dos pies de diámetro, le pesó. Dejó después entrar en su cavidad el aire, y pesándole segunda vez, halló que pesaba dos onzas, y medio adarme más, que en la primera. Este experimento se hizo en el Estío, y en tiempo serenísimo. Le repitió por el mes de Enero, en tiempo friísimo, y halló, que el globo lleno de aire pesaba cuatro onzas y media más, que vacío. Esto se ve testificado en la Historia de la Academia Real de las Ciencias del año de 1698, donde se da también la razón, por qué el aire contenido en la cavidad del vidrio pesa mucho más en tiempo frío, que en el caliente: la cual se toma de la mayor compresión del aire en tiempo frío, que hace entre en el hueco del vidrio mayor porción de aire, y al mismo paso menos de materia sutil.
Así como en los citados experimentos, el vidrio vacío de aire pesaba menos que lleno, el metal, y la lana, que pesaban cada uno una arroba justa, si se les extrajese el aire que contienen, pesarían menos que arroba; mas con esta diferencia, que el metal, por contener poquísimo aire, perdería poquísimo de su peso, v. gr. un grano; la lana, por contener mucho aire, perdería del peso mucho más. Acaso en tiempo medio, y estando medianamente comprimida, perdería de cuatro a seis onzas. Luego computando precisamente el peso propio de una, y otra materia, (como debe computarse para hablar filosóficamente) y prescindiendo de lo que pesa el aire contenido, se debe decir, que el metal que en la romana pesaba una arroba, tiene más peso que la lana, que asimismo pesaba en la romana una arroba, que es lo que arriba había propuesto.
De aquí se infiere, que aquella pregunta, que muchas veces por juguete se hace: ¿Cuál pesa más, una libra de plomo, o una de lana? se puede hacer muy seriamente: y que los que sorprendidos, o sin hacer reflexión sobre la calidad de la pregunta, responden, que más pesa la libra de plomo, con que prestan motivo de risa a los circunstantes, dan una respuesta en cierto sentido verdadera, aunque están muy distantes de conocerlo."

Benito Jerónimo Feijoo
Cartas eruditas y curiosas



“El que más sabe, sabe que es mucho menos lo que sabe que lo que ignora; y así como su discreción se lo da a conocer, su sinceridad se lo hace confesar.” 

Padre Feijoo



“El valor de las opiniones se ha de computar por el peso, no por el número de las almas. Los ignorantes, por ser muchos, no dejan de ser ignorantes. ¿Qué acierto, pues, se puede esperar de sus resoluciones?.” 

Padre Feijoo


“En caso que por razón del nacimiento contraigamos alguna obligación a la patria particular o suelo que nos sirvió de cuna, esta deuda es inferior a otras cualesquiera obligaciones cristianas o políticas.” 

Padre Feijoo


"En esta Ciudad de Oviedo hay un pobre Ganapán, llamado Pedro Moreno, de quien se cuenta en substancia casi lo mismo que del Obispo de Jaén. Refiérese el caso de este modo. Se le habían entregado unas Cartas para que las llevase a Madrid con más que ordinaria diligencia, porque importaba la brevedad. A poca distancia de esta Ciudad encontró un Fraile; (nómbrase la Religión) que se le ofreció por compañero de viaje. Resistióle algo, con el motivo de que iba con mucha prisa, y no podría el Religioso seguir su paso; mas al fin éste le redujo, y al mismo tiempo le entregó un báculo, que llevaba en la mano, para que usase de él. Con esto emprendieron el viaje, y fue tan feliz, que habiendo de aquí a Valladolid cuarenta leguas, fueron en el mismo día a comer algo más allá de aquella ciudad. El resto del viaje se hizo con la misma brevedad. Este cuento estaba esparcido por todo el Pueblo, y creído de todo el Vulgo (pienso que también de algunos fuera del Vulgo), cuando llegó a mis oídos. El sujeto de la Historia era el testigo que se citaba, el cual la había referido a infinitos. Hícele llamar a mi Celda, para examinarle. Ratificóse en que era verdadero el hecho; pero con preguntas, y repreguntas sobre las circunstancias, le hice caer en muchas contradicciones. Fuera de esto hallé, que a diferentes sujetos había referido el caso con mucha variedad. Lo que saqué en limpio fue, que había oído el caso del Obispo de Jaén, y le pareció se haría hombre famoso, haciendo creer de sí otro semejante. Pienso que después, extendiéndose la noticia de mi pesquisa, se desengañaron muchos. Pero antes de hacer esta averiguación, ¡a cuántas partes llegaría la especie de este viaje prodigioso, adonde no llegará jamás el desengaño! Acaso, si no lo estorba este escrito, será algún día poco menos famoso en España el viaje del Ganapán Pedro Moreno, que el del Obispo de Jaén."

Padre Feijoo
Cartas eruditas y curiosas
Tomada del libro Viajes inexplicables de Chris Aubeck y Jesús Callejo, página 16





“En todo caso debe mantenerse en la posesión la doctrina antigua mientras no presente mejores derechos la nueva.” 

Padre Feijoo



"Error, como aquí le tomo, no significa otra cosa que una opinión que tengo por falsa, prescindiendo de si la juzgo o no probable. Ni debajo del nombre de errores comunes quiero significar que los que impugno sean trascendentes a todos los hombres; bástame para darles ese nombre que estén admitidos en el común del Vulgo o tengan entre los Literatos más que ordinario séquito. Esto se debe entender con la reserva de no introducirme jamás a juez en aquellas cuestiones que se ventilan entre varias escuelas [...] Para escribir en el idioma nativo no se ha menester más razón que no tener alguna para hacer lo contrario. No niego que hay verdades que deben ocultarse al vulgo, cuya flaqueza más peligra tal vez en la noticia que en la ignorancia; pero ésas ni en latín deben salir al público, pues harto vulgo hay entre los que entienden este idioma y fácilmente pasan de estos a los que no saben más que el castellano. [...] Aunque mi intento solo es proponer la verdad, posible es que en algunos asuntos me falte penetración para conocerla y en los más fuerza para persuadirla. Lo que puedo asegurarte es que nada escribo que no sea conforme a lo que siento. Proponer y probar opiniones singulares sólo por ostentar ingenio téngolo por prurito pueril y falsedad indigna de todo hombre de bien. En una conversación se puede tolerar por pasatiempo; en un escrito es engañar al público. La grandeza del discurso está en penetrar y persuadir las verdades; la habilidad más baja del ingenio es enredar a otros con sofisterías."

Padre Feijoo
Prólogo» al Teatro crítico universal, vol. I




"Es poderosísima la fuerza de la costumbre para hacer no sólo tratables, pero dulces, las mayores asperezas."

Padre Feijoo



“Eso que tanto se clamorea de que nacen arrinconados hombres de grandes prendas, es mera fábula; salvo que ellos voluntariamente se arrinconen o que, juntamente con las grandes prendas, tengan grandes defectos.” 

Padre Feijoo



“Hay hombre tan maldito, que dice que una mujer no es buena solo porque ella no quiso ser mala.” 

Padre Feijoo


"La conciencia que tiene precio no es más que una mercancía."

Fray Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro



“La consideración de la muerte, a quien no aprovecha para la enmienda, sólo sirve de tortura.” 

Padre Feijoo



"La cortesía da más lustre al que la prodiga que al que la recibe."

Fray Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro


"La Fábula del Barquero Carón, que por la Stigia conducía las almas de los muertos, recibiendo un óbolo (moneda Ateniense, según Nebrija, que valía como seis maravedís nuestros) de cada una por el transporte, fue derivada de una Historia Egipciaca, referida por Diodoro Sículo. Había en Egipto un Lago, donde embarcaban los cadáveres después de embalsamados, para darles sepultura en la opuesta orilla; y había Jueces señalados para examinar el modo de vivir que habían tenido los difuntos, y pronunciar conforme a él, si eran dignos, o indignos de sepultura: ministerio que ejercían con tanta severidad, que a algunos cadáveres Reales se negó este común honor. Añádese a esta Historia, una tradición que el citado Abad Fourmont dice dura aún en aquella parte de Egipto; y es, que hubo un Tirano, Administrador de Rentas de uno de los Faraones, el cual estableció sobre este transporte una especie de tributo, que le produjo grandes riquezas. Ve aquí en el Egipto, y Grecia hallados materiales verdaderos para la Fábula de la Laguna infernal: la Barca conducidora de los muertos al Abismo, y el avaro Barquero Carón.
El Río Infernal Lete, o Leteo, cuyas aguas, según la Fábula, son obligados a beber los muertos para perder la memoria de cuanto han visto, o sabido en la Región de los vivos, es también originario de la África, como la barca de Carón. Nace este Río cerca de la gran Sirte; y metiéndose debajo de tierra, por donde corre oculto algunas millas, vuelve a la luz cerca de la Ciudad de Berenica; (hoy Bernich, o Bernicho) pero muy engruesado de caudal, por haber recibido muchas aguas en los senos subterráneos: lo que ocasionando la aprehensión de que no es el mismo Río, que antes se había visto sepultarse, dio lugar a la ficción de que sale del Infierno."

Benito Jerónimo Feijoo
Origen de la fábula en la historia



"La sospecha debería inducir al examen, nunca a la decisión."

Fray Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro



“Lo nuevo place, pero no en los primeros días.” 

Padre Feijoo


"Más, ¿qué hemos de decir del amor que no esté ya dicho infinitas veces?"

Padre Feijoo



"No hay más infiel balanza para pesar el mérito que la de la pasión, y ésta es la que comúnmente usan los hombres."

Fray Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro




"¡Oh, cuántas impertinencias he tenido yo que sufrir a estos sicofantes! ¡Cuántas veces se me ha repetido, que pudiera, y debiera emplear la pluma en asuntos más útiles! ¿Y cuáles son esos asuntos más útiles? Son, según ellos quieren dar a entender, la Teología Escolástica, la Moral, la Expositiva. ¿Y ésos son asuntos más útiles? Distingo: absolutamente hablando, y prescindiendo de las circunstancias de tiempo, regiones: y otras, lo concedo: contrayendo la proposición a las circunstancias en que nos hallamos, lo niego. Explícome. Yo escribo principalmente para España. ¿Y qué es más útil para España? ¿Escribir sobre aquellas Facultades, en las cuales está llena de muchos, y muy excelentes Autores? ¿Quién lo dirá? ¿Para qué llevar agua a la mar? ¿O escribir aquello, en que España está pobrísima de Autores, y noticias? Esto sí que le puede ser, y en efecto le es muy útil."

Padre Feijoo
Cartas eruditas, tomo III, Carta XXXI, 19




“Para quien ama la lisonja, es enemigo quien no es adulador.” 

Padre Feijoo



"Por conclusión noto aquí, que aquella visión nocturna, que en algunos Países llaman Hueste, y quieren que sea procesión de brujas, es mera fábula, a que dieron ocasión las exhalaciones encendidas, que los Físicos llaman fuegos fatuos. El vulgo, viendo aquellas luces, y no pudiendo creer que fuese cosa natural, lo atribuyó a operación diabólica. Sobre este supuesto fabricó mil quimeras, y dio ocasión a que algunos embusteros contasen mil patrañas."

Padre Feijoo
Teatro Crítico
Tomada del libro Seres y lugares en los que usted no cree de Jesús Callejo y Carlos Canales, página 114



“Porque alguno halla alguna vena de oro cavando la tierra, ¿no será en mí locura ocuparme en abrir pozos por los cerros?” 

Padre Feijoo


“Quien quisiera hacer buenas a todas las mujeres, convierta a todos los hombres. Puso en ellas la naturaleza por antemural la vergüenza, contra todas las baterías del apetito; y rarísima vez se le abre a esta muralla la brecha por la parte interior de la plaza...” 

Padre Feijoo



"Si los hombres se conviniesen en hacer el aprecio justo de los oficios o ministerios humanos, apenas habría lugar a distinguir en ellos, como atributos separables, la honra y el provecho."

Padre Feijoo



"Si por espíritus altos se entiende un género de nobleza del ánimo, que le inclina a ser dulce, benigno, complaciente, humano, liberal, obsequioso, convengo en que los genios amorosos están dotados de esta buena disposición."

Padre Feijoo



“Sólo de un modo se puede acertar; errar, de infinitos.” 

Padre Feijoo


“Sólo el que está ciego se va con serenidad al precipicio.” 

Padre Feijoo






“Tiene la ciencia sus hipócritas, no menos que la virtud, y no menos es engañado el vulgo por aquéllos que por éstos. Son muchos los indoctos que pasan plaza de sabios.” 

Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro



"Todo hombre es mentiroso: Omnis Homo Mendax, y esa inclinación es mucho más fuerte respecto de aquellas mentiras en que se fingen cosas prodigiosas y prenaturales; porque hay en esas narraciones cierto deleite que incita a la ficción, más que en las comunes y regulares."

Fray Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro
Cartas eruditas y curiosas



“Todos los que saben poco quieren mostrar en todas partes lo que saben. No hay conversación donde, sin esperar oportunidad, no saquen a plaza sus escasas noticias. Entre los verdaderos sabios y estos sabios de poquito hay la misma diferencia que entre los mercaderes de caudal y los buhoneros. Aquéllos dentro de su lonja tienen los géneros, para que allí los vayan a buscar los que los hubieran menester; éstos se echan a cuestas su mísera tiendecita y no hay plaza, no hay calle, no hay rincón donde no la expongan al público.” 

Padre Feijoo


"Un afecto, que es el primer móvil de todas las acciones humanas, príncipe de todas las pasiones, monarca cuyo vasto imperio no reconoce en la tierra algunos límites, máquina con que se revuelven y trastornan reinos enteros, ídolo que en todas las religiones tiene adoradores; en fin, astro fatal, de cuya influencia pende la fortuna de todos, pues según sus varios aspectos (quiero decir, según su mira a objetos diferentes), a unos hace eternamente dichosos, a otros eternamente infelices; un afecto, digo, dotado de tales prerrogativas, bien merece algún lugar en este Teatro."

Padre Feijoo


"Yo, ciudadano libre de la República de las Letras, ni esclavo de Aristóteles ni aliado de sus enemigos, escucharé siempre con preferencia a toda autoridad privada lo que me dictaren la experiencia y la razón."

Padre Feijoo








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