José de Alencar

"Amigo mío, En la conversación que mantuvimos hace algunos días, me expresó usted el deseo de adentrarse en una peregrinación literaria, plagada de algunos detalles íntimos de nuestro propio periplo vital, que por lo general queda relegado a las sombras, o permanece al abrigo de la familia, o reservado a la verdadera amistad.
Conociendo de antemano sus ingentes esfuerzos con vistas a enriquecer al ilustre autor de El Diccionario Bibliográfico sobre copiosas noticias difícilmente atendidas acerca de los escritores brasileños, sin un factor coadyuvante tan digno de encomio en este estudio glosológico. Estimé que no había razón para quedar eximido de satisfacer su deseo y contribuir con mi pequeña aportación para amortizar esta deuda contraída con nuestra literatura, aún en ciernes.
Como muy bien reflexionó usted acerca de la existencia de rasgos comunes en la vida diaria de nuestros escritores que, sin duda, ejercen una notable influencia en sus trabajos a nivel individual.
Estos hechos que a menudo pasan inadvertidos a la propia persona en medio de la monotonía, conforman las señas de identidad de su biografía y entretejen la urdimbre de cada narrador, que ve el mundo con una tonalidad diversa. He recordado reseñar todo esto en mi autobiografía, incluyendo las partes más intrincadas de mi historia. He habitado en los estantes del señor Garnier.
Éste sería un libro que reharía sin crónica apatía un viaje alrededor de cuarenta y cuatro años, completado con curiosas anécdotas literarias, además por supuesto de otras nimiedades, como la inspiración de Guarany, escrito hace veintisiete años, al cruzar los bosques y desiertos sitos en el norte de Ceará hacia Bahía.
Es pronto para trasladar al papel todas estas impresiones conformadas en un pequeño borrador.
Téngase en cuenta que mi espíritu siente predilección por la forma literaria novelada."

José Martiniano de Alencar
Cómo y por qué soy un novelista?


"Aurelia amaba a su amor más que a su amante; era más poeta que mujer; prefería el ideal al hombre."

José de Alencar


"Después de todo, ¿qué es todo en este mundo sino una ilusión, por no mencionar una mentira?"

José de Alencar


“El amor, en cambio, es contagioso, con especialidad en la soledad, donde el alma necesita un compañero, y cuando no encuentra ninguno, se divide en dos: uno, esperanza; el otro, anhelo.”

José de Alencar


"El amor sin esperanza no tiene más refugio que la muerte."

José de Alencar


"El elogio es una forma muy utilizada, pero siempre nueva, de rendirse a la vanidad."

José de Alencar


"El honor no consiste en jactancia que infla la vanidad; sino en el contentamiento interior de sí mismo, que es la savia robusta de la que se nutre su existencia."

José de Alencar



"El joven cazador transita a la orilla del gran río. Apoya el arco sobre sus robustos hombros, olvidado e inútil. Las flechas duermen en el sueño de Uiraçaba. El ciervo salta de los arbustos y retoza en la hierba, burlándose del cazador. El jaguar no percibe el tímido ardid; sus ojos buscan a un enemigo capaz de resistir un robusto brazo. El rugido del jaguar sacude las entrañas del bosque y pone de manifiesto su desprecio por el cazador hastiado de vencer. Llama ferozmente al jaguar, fijos los ojos en su floresta. ¿No trata el enemigo de vencer a la terrible muerte en combate? El jaguar ha llegado a una edad en la que su caza otorga fama perenne al cazador. Para ser aclamado como guerrero por su gente ha de realizar una gran hazaña. Piensa en Jandira, la hermosa virgen que guarda en sí el seno de su esposa. El sol, más allá de las montañas de Aratuba, guiña tres veces el entorno circundante al cazador, sin mostrarle un enemigo digno de valor. La sombra poco a poco desciende desde la montaña y el peso del dolorido valle cae sobre la faz del jaguar. El joven cazador empuña una lanza de dos puntas, hecha de púrpura craúba, más rígida que el hierro.
Ningún guerrero ha blandido jamás su arma con tal fiereza. Permanece el joven en medio de la pradera, su mirada, torva e irascible, atisba la bóveda celeste y de sus labios se pierde un grito de guerra. El rugido retumba terrible a lo largo de los bosques y muere en las cuevas de la montaña. Otro terrible lamento se apresura a desafiarle, mientras el jaguar arremete contra la lanza, que vibra en el aire como las frondosas ramas agitadas por el viento, y gime hasta su raíz. El cazador reposa a la sombra de su lanza."

José de Alencar
Ubirajara



"El poder nace del querer. Siempre que un hombre aplique la vehemencia y la energía perseverante de su alma hasta un fin, superará obstáculos, y si no alcanza el objetivo, al menos hará cosas admirables."

José de Alencar


"Es la era de la ambición la que demuestra el coraje de los hombres."

José de Alencar



"La mujer es una flor que se estudia, como una flor de campo, por sus colores, sus hojas y sobre todo su perfume."

José de Alencar


"La ocasión hace al hombre."

José de Alencar


"No quiero que Dios me dé un día más para vivir del que no pueda estar orgulloso."

José de Alencar


















No hay comentarios: