Manuel Almudévar

CXXVI
(sin título)

Yo conozco el lugar escondido donde se halla el camino de la divina exaltación.Por él se alcanza la región serena donde el poeta percibe los más sutiles matices de la inmortal belleza y su música interior despierta el eco le-jano de las liras tañidas por sus abuelos: ninfas, faunesas y centauros.Yo sé dónde se halla la solitaria y no aprendida senda; pero la indolente pereza de toda mi raza pesa sobre mí reteniéndome en las tierras bajas del afán vulgar.Yo conozco el paraje encantado donde las acacias y los paraísos en flor llenan el aire de un perfume enervante de voluptuosa fecundidad.Alguna vez bajo su sombra deleitosa, escuché las lecciones del divino Esculapio, bello como Apolo en senectud, fuerte como Heracles tris-megisto.Él me adoctrinó en su ciencia revelándome el extraño misterio, la cruel afinidad del goce y el dolor, el amor y la muerte, y bajo aquella fronda tremante en espasmo genésico, yo me sentí capaz de engendrar una raza y de morir por ella.¡Oh! divina mujer, poder misterioso, ser contradictorio y turbador!Yo quiero hacer contigo una gran tarea, que se dilate en el espacio y perdure en el tiempo.Deja primero que me llene de ti y en ti me anegue y aniquile como en un sepulcro para resucitar como Cristo, nimbado de gloria al tercer día.

Manuel Bescós Almudévar


"En estos momentos en que todas las plumas se desatan combatiendo por medio de la predicación o de la sátira la libertad que en sus costumbres va adquiriendo la mujer, el reverendo Cone Fletcher, pastor en los Estados Unidos de la iglesia metodista, que goza de gran autoridad entre losfieles por sus enseñanzas morales, ha declarado clara y terminantemente que la mujer de hoy le parece mucho menos censurable que la de hace veinte años.La flapper del día tiene, sobre todo, la buena condición de no recatarse y, por lo tanto, sus actos, aunque escandalicen más porser más visibles, son menos graves que hace cuatro lustros, cuando una ola de inmoralidad se había adueñado del mundo.¿Qué importancia tiene que la mujer se corte el pelo? Ninguna. Bien mirado, una larga cabellera era un halago a la vanidad delaposeedora y un adorno lujurioso.La melena es higiénica y supone cierto desdén hacia la peligrosa coquetería.Otro tanto puede decirse de la falda corta. Un 95 por 100 de las muchachas no dan importancia ninguna a la exhibición de las piernas, lo cual prueba su inocencia, y las contadas que buscan en la exageración de la moda una provocación en los instintos del hombre se van convenciendo de que éste, habituado a no poner la imagi-nación al servicio de sus concupiscencias, apenas reparan ya ven que la mujer busca más o menos extensión de unos miembros tan necesarios.Antes, en el pensamiento de una jovencita ejercía más pernicioso efecto la advertencia de la madre o de la hermana mayor de cualquier descuido que pusiera al descubierto sus piernas, e inconscientemente sentía el deseo de lucirlas al ver que los hombres ponían empeño en atisbar lo que recataban.La falda larga fomentaba la coquetería e inducía a la peligrosa curiosidad del pecado.Los bailes no son hoy tampoco más inmorales que hace un cuarto de siglo. Hoy se busca en ello una demostración de agilidad y antes, tendían siempre a producir impresiones de voluptuosidad.Las flapper puede llegar a ser cínica si exagera sus libertades; pero de todos modos siempre es preferible el cinismo a la hipocresía. Estamos en un periodo transito-rio que por su novedad y por la rapidez en la evolución nos escandaliza; pero es seguro que cuando la mujer llegue a igualar al hombre en traje y libertades... el mundo será ¡mucho más moral!"

Manuel Bescós Almudévar


"¿Hasta cuando, el viejo rebaño de Panurgo seguirá criando ardorosos moruecos y ovejas tímidas? ¿Y hasta cuándo estas ovejas seguirán pariendo inermes corderillos?"

Manuel Bescós Almudévar también conocido por su pseudónimo Silvio Kossti



"Nunca la de mi casa fue lo que llama el pueblo puerta de Caridad; pero fue siempre puerta de Justicia. Cuando esta virtud hu-yó del mundo ante los desafueros de los hombres, al fenecer la edad de oro, la Caridad entrando solapadamente, usurpó su puesto en el solemne estrado de las virtudes teologales. La Caridad, injuria a la Justicia; pero florezca ésta en el corazón y en la mente de todos los humanos y aquélla hipócrita y sola-pada tornará a su viejo solar, al redil de los vicios."

Manuel Bescós Almudévar


"¿Qué ha de ser república?, ¿monarquía?, dictadura?, ¿demonios colorados? me es igual. Todo es accidental y adjetivo (...). ¿Qué sólo un dictador es capaz de sacudir la inercia milenaria del rebaño? Pues venga ese dictador..."

Manuel Bescós Almudévar




Testamento espiritual de Manuel Bescós Almudévar (Silvio Kossti)
Huesca, 29 de febrero de 1928


A los Señores D. Manuel Marraco y D. Ramón Acín
Mis queridos amigos:

Por circunstancias especiales que ustedes no ignoran es probable que la Iglesia Católica Apostólica y Romana, pretenda dar a mi tránsito de la vida los caracteres de una conversión a sus doctrinas y dogmas, con abjuración de las que yo he mantenido como verdades relativas trascendentes al progreso humano y asequibles dentro de la limitación de nuestros sentidos y facultades.
Si tal sucede y hay quien tira de la cuerda y pretende que yo he confesado, dicho y deferido a ritos y credos contrarios a mis convicciones científicas,yo les ruego que den la debida publicidad a estas líneas y ese será el mejor homenaje que su vieja y leal amistad pueda tributar a mi memoria.
No tengo vocación de mártir, pero sí de confesor ya que juzgo como un noble e ineludible deber del hombre el aportar su grano de arena a la obra perenne del progreso humano, afirmando y dando público testimonio a las generaciones venideras de las verdades por él adquiridas.
Es pues mi voluntad libérrima y consciente, morir y muero manteniendo firmes mis convicciones científicas, filosóficas, políticoeconómicas y sociales, planteadas, enunciadas y defendidas en mis libros “Las Tardes del Sanatorio” y “Epigramas”; si es que la vida mía no se dilata lo suficiente para que yo resuma y propugne en un último libro todas las verdades por mi adquiridas como transcendentes, dentro de su relatividad humana.
“Nada se crea y nada se aniquila”
Muero unitario y no dualista ni creacionista.
“Espacio Tiempo Masa” –mi inteligencia no concibe nada más grande ni que pueda abarcar y estar por encima de estos mis primeros y últimos conceptos de las cosas y del Universo todo.
Mi religión pues, tiene por símbolo en lugar de la cruz de los cristianos el C.G.S. (centímetro, gramo, segundo) clave y emblema de toda ciencia positiva y fecunda.
Creo que las religiones, sectas y ritos varios que invocan la omnipotencia y representación en la tierra de uno a más Dioses y que giran letras de felicidad y de justicia pagaderas en una vida futura donde no han de ser protestadas, son el anestésico del dolor humano y el estupefaciente de los perseguidos y explotados en esta vida terrestre, única de que disponemos y en la que debemos pagar nuestras deudas y realizar la Justicia.

En política muero republicano considerándome español de la primera mitad del siglo XX y desde tal punto de vista, republicano de urgencia y dada nuestra estructura nacional de variedad grande y profunda, republicano partidario de una República Ibérica donde pudieran integrarse en una gran confederación de Pueblos, Regiones y Estados de hablas Ibéricas todos los de la América del sur y Méjico, Antillas, Portugal y España con sus regiones autónomas. Tal fuera el medio de conseguir que nuestra raza Ibérica fuera respetada y pesara en los destinos del mundo, en esta edad histórica en que la política mundial cristaliza en grandes grupos de Estados poderosos que se unen y alían con carácter ofensivo y defensivo. Base firme de tal Confederación la unión aduanera de todos los Estados Confederados.
En economía muero convencido y ferviente libre-cambista y unitribuista (sic) partidario del impuesto único sobre el valor del suelo libre de mejoras según las doctrinas de Henri George.
Y digo a los hombres que me sobrevivan: mientras la producción y distribución mundial de la riqueza no pueda organizarse con libertad absoluta, sin más leyes ni trabas que las naturales de oferta y demanda y de mínimo costo con máximo rendimiento, mientras existan aranceles y aduanas entre Estados soberanos, la humanidad vivirá en estado de guerra, ya sea guerra en latencia (guerra de tarifas con frentes arancelarios, con sus secuelas de carestía de la vida, explotación capitalista, miseria, depauperación y muerte del proletariado, de la masa oprimida y vencida) o bien guerra en virulencia: de cañones, gases asfixiantes, bloqueos, etc.
que a tanto monta y abrevia el padecer.
El estado de paz relativa y duradera que puede alcanzar la humanidad, solo puede advenir por la cordura y perfecta solidaridad de las mayorías de proletarios y pequeños burgueses, que se impongan a las minorías plutocráticas gobernantes y militares para hacer saltar los frentes arancelarios en todos los países y no acudir cuando sean llamados a los frentes de batalla.
Se hace preciso para ello que la mentalidad del hombre se moldee de nuevo y modifique de manera que el concepto de Patria y Nacionalidad no se extienda ni refiera más que a lo lingüístico, geográfico, jurídico y artístico-literario y en manera alguna a lo económico cuyo estatuto debe ser mundial, sin patria ni fronteras; con lo que la producción y distribución de la riqueza en el mundo se organizaría automáticamente según la ley natural de mecánica trascendente “obtener con el mínimo costo o esfuerzo el máximo provecho o rendimiento”.
Yo digo al morir a todos los proletarios: estableced el libre cambio en el mundo y lo demás os llegará automáticamente de añadidura. Lo demás, es el bienestar de cada ciudadano multiplicado por cien.
La igualdad no es posible entre todos los hombres; pero un más alto grado de justicia sí y una mayor estabilidad de la paz entre Estados soberanos también; pero tales bienes solo vendrán, solo pueden venir, mediante la libertad económica establecida de buena fe entre todos los Pueblos de la Tierra.
He aquí la grande y trascendente Revolución que está por hacer.

Huesca a 29 de febrero de 1928

Manuel Bescós. “Silvio Kossti”

(Posdata manuscrita) De este escrito,especie de testamento espiritual, guardo las cuartillas originales escritas de mi piuño y letra en mis carpetas y firmo al margen cada una de las tres hojas de las copias a máquina, compulsadas y autorizadas por mí.

M. Bescós










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