Maxwell Anderson

Hijos del polvo descarriados entre las estrellas
Hijos de la tierra a la deriva en la noche
Qué hay en nuestra oscuridad o nuestra luz
Para demorarse en la prosa o reclamar un aliento de canto
Salva la breve historia de la vida en la muerte.

Maxwell Anderson
La inscripción en su lápida



"Ofarre. ¿Has deseado a alguna otra mujer? ¿Te has lamentado de aquellos días en que me amaste por vez primera?
Nathaniel. Jamás.
Ofarre. Porque si así hubiera sido, yo podría perdonarte, pero no a ella ni a mí misma.
Nathaniel. ¿Por qué pensar acerca de ello?
Ofarre. El fuego que derrite las barreras montañosas y que se precipita en forma de lava por la roca, si se dejara enfriar quedaría como un una pieza congelada entre nosotros, gélida, vidriosa e impenetrable.
Nathaniel. Se enfriará cuando el ígneo fuego bajo las montañas se enfríe, Ofarre, no hasta entonces. Cuanto más tiempo permanezca la quietud más arderá la madera.
Ofarre. ¿Arderá?
Nathaniel. Lo hará con la misma locura como cuando yo te toco sobre este suelo y permanecemos ante un paisaje de coral mientras me giro y te beso. Una diosa que emerge de aguas poco profundas para hacer de mí un semidiós y mantenerme aún en ese estado.
Ofarre. Desearía que hubiera una costa en esta tierra que no fuera ni tuya ni mía. Me siento extranjera aquí. Tú eras para mí un extranjero cuando yo te amaba. ¿No hay en ninguna parte un reino que pudiera acogernos? ¿Ninguno?
Nathaniel. ¿Podríamos regresar?
Ofarre. (Tomándolo por el rostro) No.
Nathaniel. Entonces quedémonos aquí y tratemos de que se le parezca."

Maxwell Anderson
Wingless victory



"Pausanias. Puedes marcharte (el sátiro los deja)
Una cosa más debo decirte, Sócrates. Mi trabajo es saber lo que la gente piensa. Es lo que he de hacer. Si Atenas volviera a ser una democracia, no estarías seguro aquí. Serías juzgado por esa misma felonía que te imputaron anteriormente. Y en una votación podrías ser encontrado culpable. Así que elige un hombre honesto, estúpido, con no más cerebro del que yo tengo y se un déspota con él. Elige un buen amigo. Es posible que necesites protección.
Sócrates. Te preferiría a ti, necio. Tú posees esas entrañables cualidades de la clase francamente criminal -pero en los tribunales serías mi mejor salvaguarda.
Pausanias. Hablo muy en serio. Permíteme situar a un amigo tuyo y dejaré que obtenga beneficio para ti, ya que en caso de problemas lo primero que un hombre necesita es dinero.
Sócrates. Jamás he necesitado dinero.
Pausanias. Entonces nunca has estado en apuros.
Jantipa. Nosotros siempre necesitamos dinero.
Sócrates. No dinero robado.
Jantipa. ¡No me importa el modo de conseguirlo!
Sócrates. Es estúpido enviar a alguien a un hogar a saquear, estrangular y quedarse a cargo del dinero y las propiedades.
Pausanias. Sabes que no me importa lo que pienses acerca de mí. No soy más que un estúpido monarca y no me importa lo que me suceda. Pero esto te concierne a ti. ¿Quién fue el hombre más excelso que conoció Atenas?
Sócrates. Pericles, probablemente.
Pausanias. ¿Y quién fue su preceptor?
Sócrates. ¿Él tuvo un maestro?
Pausanias. Sabes que estudió filosofía, retórica y física con...
Sócrates. ¿Anaxágoras?
Pausanias. Así es, Annex -ése era su nombre. Este Annex era un famoso maestro y lo adoctrinó para convertirlo en un egregio hombre de estado, pero cometió un error. Dijo en público que el sol no era una divinidad sino una bola de fuego. ¿Y qué le sucedió?
Jantipa. Sufrió la pena del exilio. Fue expulsado por voto popular.
Pausanias. Ciertamente. Se le dio a elegir entre beber la cicuta o marcharse. Y luego vino otro -agoras, no Annex, tú debes haberlo conocido.
Sócrates. Protágoras. Sí, lo conocí.
Pausanias. ¿Y qué fue de él?
Teódoto. Escribió un tratado acerca de los dioses, diciendo que no sabía si su existencia era cierta no, de modo que fue condenado al exilio.
Pausanias. ¿Por votación popular?
Jantipa. Fue llevado ante un jurado de quinientos jueces y encontrado culpable de irreligiosidad."

James Maxwell Anderson
Barefoot in Athens










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