Narciso Alonso Cortés

"Cervantes, a no dudar, llegó a saber quién era su émulo. Es natural que en un principio, cuando le sorprendió la noticia del Quijote fraudulento mientras escribía la segunda parte del suyo, ignorase aún quién se ocultaba bajo el seudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda, y así le aludiera con vagas referencias. Pudo parecerle de primera impresión que se trataba de un aragonés, porque "tal vez escribe sin artículos"; pero bien pronto se enteraría de su nombre y condición, y ya nunca volvió a referirse a su patria, eso que siguió aludiéndole con no poca frecuencia. Por lo demás, varios de los eruditos autores que han escrito sobre este asunto, han demostrado que no existe motivo alguno para suponer aragonés al Fernández de Avellaneda.
Al escribir el prólogo de su segunda parte. Cervantes ya debía saber a punto fijo quién era su rival, pues da por cierto que "encubría su nombre" y "fingía su patria", y, viendo que no se las había con un cualquiera, dice que "la aflicción que debe de tener este señor sin duda es grande" ¿Por qué no reveló su nombre? Porque, a mas de ser innecesario, había de tener en cuenta que se trataba de un ministro del Señor. Y acaso por algo más. El arzobispo don Bernardo Sandoval y Rojas, gran protector de Cervantes, tenía en singular estima a Fray Cristóbal de Fonseca. ¿Cómo había de meterse con él, si quizá estaba arrepentido de haberlo hecho una vez, y aun acaso había recibido de su mecenas alguna bondadosa advertencia?"

Narciso Alonso Cortés
El falso Quijote y Fray Cristóbal de Fonseca


“Para muchos, por supuesto, no existe tal problema porque en Castilla, según ellos, no hay espíritu regional, ni hay pueblo, ni hay nada. No somos, por lo visto, más que un hato de borregos. Creen hacernos un favor, diciendo que el alma castellana es tan grande y generosa que, lejos de contenerse en los límites de su suelo, se expandió pródigamente hasta los últimos confines de la Tierra. […] Pero vamos más allá todavía y admitamos hipotéticamente que no existe el espíritu regional castellano. En tal caso será necesario crearlo, de igual manera que al mediar el siglo XIX se creó, o al menos se resucitó, el espíritu regional catalán. Las circunstancias mandan. La organización federalista o autónoma se hecha encima […] Hemos de igualarnos a otras regiones españolas […] Debemos proclamar la inquebrantable unidad nacional; pero, junto a ella, la emancipación del centralismo funesto.”

Narciso Alonso Manuel Cortés



Por comarca desierta,
caminaba el Amor, libre de miedo,
cuando tú y yo, que estábamos alerta,
a la vez le agredimos con denuedo.
Y sin que su niñez nos diera pena
le arrojamos maltrecho por la arena.
No le valió su arrojo
ni sus bríos gallardos,
y víctima le hicimos de un despojo
al caer derrotado en la contienda:
tú el carcaj le robaste con los dardos,
yo le robé la venda.

Narciso Alonso Manuel Cortés



"Que algo muy suyo, muy propio tenía Castilla que cantar lo demuestra el simple recuerdo de su for-mación histórica. Cuando los condes de Castilla, nobles y heroicos, alzaron la bandera de la indepen-dencia, consiguieron romper el dominio de los monarcas leoneses, pero no por eso se borró la uniforme contextura de los territorios extendidos desde el Bernesga al Adaja."

Narciso Alonso Manuel Cortés



Un trono en las montañas se desploma.
El monarca cercano al cataclismo,
prende en los escarpados de una loma
el último jirón de su heroísmo.
Cansado de luchar, se rinde y doma,
bajo la magnitud del cetro mismo,
y, rasgando en su veste policroma,
se hunde majestuoso en el abismo.
El viento a sus corceles espolea;
la luz sigue al monarca moribundo
con profusión de tintas y de rasgos;
y las nubes, en guisa de pelea,
se agrupan como ejército iracundo,
de monstruos, de gigantes y de trasgos.

Narciso Alonso Manuel Cortés










No hay comentarios: