Wadih Saadeh

Azucena

La muerte no danzaba solo en las plazas
sino cerca de las floridas
cresta del gallo y boca del pez, y de la albahaca
y avanzaba con el agua de la fuente
hacia sus mesas.
La muerte danzaba
y en las plazas la gente
se mezclaba con el asfalto.
A los inclinados sobre las flores, los disparos
portaban hacia lo alto
Y en el espacio se convertían
en azucenas.

Wadih Saadeh



La muerte no danzaba solo en las plazas
sino cerca de las floridas
cresta del gallo y boca del pez, y de la albahaca
y avanzaba con el agua de la fuente
hacia sus mesas.
La muerte danzaba
y en las plazas la gente
se mezclaba con el asfalto.
A los inclinados sobre las flores, los disparos
portaban hacia lo alto
Y en el espacio se convertían
en azucenas.

Wadih Saadeh


La noche no tiene hermanas

Saldrás con camisas chillonas para enfrentarte con tus soledades
De día o de noche
Saldrás
Y buscarás en los campos de las estaciones
Sin encontrar el tesoro de tu vida
De día o de noche
Los océanos horadarán tus trajes
Y en vano buscarás la aguja del sol.
Sabe que nunca el sol será tu amante
Aunque tu vestido esté horadado 
Y sabe que serás el agua perdida
Cada vez que gotees sobre el arroyo del alma
Cada vez que alinees tus suspiros en el espacio
Erigidos como una multitud de recuerdos.
Tú 
Aunque tengas una pequeña estrella
Aunque la noche abra a veces su vida
A tus cerillas
Tomarás otro camino y no la luz
Y aparecerás en un momento inoportuno a la ventana del mundo.

Wadih Saadeh o Wadih Sa'adeh




Los nombres de los muertos

Abrió la mano y contó con los dedos
Los nombres de los muertos,
Luego usó los dedos de la otra mano.
Añadió a la lista los colores que le rodeaban,
Las ramas del árbol que estaba frente a su casa,
Las plantas del camino y las hojas del bosque.
Y antes de dormirse,
Añadió su propio nombre.

Wadih Saadeh



Mi madre

Puso la última gota de agua de su cubo sobre la albahaca
Y se durmió junto a ella.
La luna se ocultó, el sol salió
Y ella siguió durmiendo.
Los que oían su voz cada mañana
Invitándoles a tomar café
No oyeron su voz.
La llamaron desde sus balcones y jardines
Pero no oyeron su voz.
Cuando la encontraron,
Vieron una gota de agua
Rezumando de su mano
Y cayendo en la albahaca.

Wadih Saadeh


Tiene que haber otro camino

Tiene que haber otro camino
hacia el bosque,
la cuerda tendida entre mis ojos y los árboles
está a punto de romperse.
¡Palabras, mi bosque,
mi árbol seco en mi boca!
A lo largo del camino hay arroyos y flores,
piedras para los fatigados,
un sol para el día, una luna para la noche,
y sobre tus letras no hay ningún pájaro que anime.
Tiene que haber otro camino.
Las voces son jaulas.

Wadih Saadeh


Un país

Tomó su nombre del agua
Y comenzó a fluir.
La espuma que vimos sobre las olas
Era su gente
Y la hierba sobre las dunas
Sus costillas.
Un país
Cuyos hombres se habían marchado.
Por eso las mujeres se habían casado
Con los árboles.

Wadih Saadeh








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