George A. Filler III

"Estuve en la Fuerza Aérea de EE. UU y mi rango final fue el de Mayor. Fui navegante de varios aviones y aparatos de transporte de mercancías y oficial de inteligencia la mayor parte de mi carrera. En ese periodo, a menudo informaba a generales y miembros del congreso sobre nuestras capacidades y las amenazas sobre nuestras fuerzas. Bien, era oficial de información y llegaba a mi puesto de trabajo a las 4:00 de la mañana. En la mañana del 18 de Enero de 1978, iba conduciendo a través del puente principal de McGuire, cuando noté que había luces rojas por la autopista, y que probablemente algo estaba pasando allí. No le di mucha importancia hasta que llegué al Puesto de Mando 21 de la Fuerza Aérea, que es donde yo trabajaba. Yo era el Director de Inteligencia para el Comando 21 de la F.A., que controlaba la mitad de los aviones militares encargados de transportar a presidentes y gente importante, desde el Río Mississippi hasta la India. Teníamos unos 300 aviones, y volábamos en todo tipo de misiones; casi todo lo que estuviese relacionado con vuelos militares, lo dirigíamos desde allí. Esa mañana en particular, cuando llegué al puesto de mando, se me acercó el jefe del puesto de mando, y me dijo que había sido una noche muy excitante, que habíamos tenido ovnis sobre McGuire toda la noche, que uno aparentemente había aterrizado o posiblemente se había estrellado en Fort Dix, y que un policía militar se había acercado a un alien, había sacado su arma y le había disparado. [En Estados Unidos llaman ‘alien’ tanto a los extraterrestres como a los inmigrantes/ Yo le dije, ¿extranjero, esa clase de alienígena? Estaba algo confundido cuando dijo alienígena. Y respondió: ‘No, un alienígena del espacio exterior’. Fue muy específico sobre el hecho de que un alienígena del espacio exterior había sido disparado en Fort Dix y que después de ser herido había salido corriendo, dirigiéndose a McGuire. McGuire y Fort Dix están separadas por una valla y, aparentemente, el alienígena saltó la valla o pasó por debajo, el caso es que entró en McGuire y murió al final de un camino. La policía militar llegó, capturó el cuerpo y lo guardaron. Él me dijo que un C-141 procedente de la base de Wright Patterson estaba en camino para llevarse el cuerpo. Este hecho me resultó extraño, porque yo no sabía que en Wright Patterson tuvieran C-141 (pensaba que el Comando Militar del Puente Aéreo eran los únicos que tenían aviones C-141) así que me decía a mí mismo:    Dios!, ¿qué está pasando aquí?’ Él me dijo: ‘Queremos que nos prepare un informe para la reunión general de hoy por la mañana y que nos explique que ha pasado con todo el mundo’. Y yo le respondí: ‘¿Quiere que le diga al General Tom Sadler y a todo el mundo del puesto de mando que hemos capturado un alienígena?!’ Y me respondió: ‘Sí, queremos que les informe por la mañana’. Bien, hice un chequeo por la zona y llamé al Puesto de Mando Militar 38 del Puente Aéreo para comprobar con ellos si la historia era la misma que me habían contado. Me dijeron que sí, que habían oído la misma información; dijeron que había sucedido de verdad, que habían encontrado un alienígena en la base. A lo largo de la mañana, me dijeron que habían decidido no hacer el informe para la reunión general, así que no lo hice. Más tarde, fui a la oficina del General Sadler, noté algo de conmoción allí, y vi que había varios miembros de la Policía Militar con un aspecto algo desaliñado. Puesto que el General Sadler era muy estricto a la hora de tener buena presencia, me sorprendió ver a esas personas, que obviamente necesitaban un afeitado y se les veía fatigados, así que supe que eso encajaba con la historia que había oído. Después de la reunión me dirigí al laboratorio fotográfico; casi todos los días iba allí porque en esas instalaciones disponíamos de cuatro grandes pantallas y tenías que llenarlas con imágenes y cosas así. Allí, indicaron que habían tomado fotografías de algo extraordinario, y dije: ‘Bien, déjenme verlas’. El sargento me las estaba entregando, cuando su sargento primero dijo: ‘Él no puede verlas’. Así que todo lo que sé es que habían tomado fotografías que no me dejaron ver, aunque normalmente, siendo el documentalista del General, nunca me habían prohibido ver ninguna de las fotografías que tenían. Era una operación muy seria. En la base hay activos nucleares ( solían transportar armas nucleares hasta y desde Europa) y hablé con uno de los policías militares que afirmaban haber estado ahí fuera. Me indicó, esencialmente, que había visto un pequeño cuerpo que podría ser como un niño, aunque parecía tener la cabeza más grande de lo normal. Una cosa interesante es que gran parte del personal clave de la base en aquel momento que tuvo conexión con este suceso, fueron transferidos rápidamente, desde el comandante de vuelo hacia abajo, indicando que si sabías algo, intentarían deshacerse de ti, por decirlo así, para que no pudieras hablar sobre ello. Esto se hizo en el transcurso de dos semanas. El policía militar me dijo que él fue transferido en dos días y, de hecho, fue llevado a Wright Patterson en uno o dos días, donde fue interrogado por unas cuantas personas, y esencialmente le dijeron que no hablase sobre ello nunca más. También oí que todos escucharon aquello mientras iba sucediendo, en las radios, y que oyeron que la búsqueda estaba en marcha; que el alienígena había sido disparado en Fort Dix. Le estaban siguiendo en dirección a McGuire (por alguna razón, eligió correr en dirección a la Base Aérea de McGuire) y que tanto la policía del estado como la policía militar estaban persiguiendo a esta persona o alienígena que vino de lo que parecía un ovni. Por lo que yo sé, era una nave con forma de disco. Ellos me indicaron que el ovni había sido visto por la zona esa noche durante un rato, que lo habían captado en el radar, y que la torre de operaciones también lo había captado. Otros aviones en la zona al parecer también lo vieron. Había seis u ocho personas guardando el cuerpo, después estaba el Comandante de la Policía Militar, y unos cuantos de nosotros en el puesto de mando (que sabíamos de este evento). Supongo que el General Sadler fue informado sobre ello."

George A. Filler III
Tomada del libro Extraterrestres: el Secreto Mejor Guardado de Rafael Palacios, página 107











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