Pavel Antokolski

Al intelectual polaco
Le quiero recordar un hecho y no una leyenda,
Hubo un tiempo, no tan lejano,
Cuando bajo la misma capa dos hermanos,
Dos luces, dos demócratas
A los pies de la estatua de Pedro el Grande
Para no separarse nunca se encontraron.

Pavel Antokolski o Antokolsky


Palabras negras como el negro pan y pena
Te digo una vez- ¡y me despido ya!
El amor vivía y quemaba, juraba y cargaba.
Servía como podía, temiendo lo trivial.

Y todo era raro y difícil, sin amplitud,
Sin lámpara en la habitación, sin aire en el pecho.
Como un camarote se mecía la juventud,
Y la calma salobre nos marcaba el trecho.

Y ya bastantes suelas hemos desgastado,
Bastantes leguas y jornadas vagabundas.
Por eso su calor nos da significado,
Su duro pan es  tan preciado y rotundo.

Y vivo yo contigo, me envejezco incluso
Por lluvia, extravagancia, queja, carestía.
Pero tú no eres ilusión, ni música, ni musa.
No eres una niña. Eres vida mía.

Pavel Antokolski












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