John Maxson Stillman

"Sea cual fuere el juicio final en cuanto a la importancia relativa de Paracelso en el desarrollo de la ciencia médica y la práctica de la medicina, hay que reconocer que emprendió su carrera en Basilea con el afán y la seguridad en sí mismo propios de quien se cree inspirado por una gran verdad y destinado a producir un gran avance en la ciencia y la práctica de la medicina. Era, por naturaleza, un observador entusiasta e imparcial de lo que se pusiera a observar, aunque también es probable que no fuera un analista demasiado crítico de los fenómenos observados Resulta evidente que fue un pensador independiente como pocos, aunque el grado de originalidad de sus ideas se presta a legítimas diferencias de opinión. Sin duda, cuando tomó la decisión de rechazar —por la combinación de influencias que fuese— las opiniones consagradas de Aristóteles, Galeno y Avicena y después de encontrar lo que le pareció un sustituto satisfactorio de los antiguos dogmas en su propia modificación de la filosofía neoplatónica, no dudó en quemar sus naves.
»Tras desprenderse del galenismo imperante en su época, decidió proclamar y enseñar que las bases de la ciencia médica del futuro debían ser el estudio de la naturaleza, la observación del paciente, la experimentación y la experiencia, en lugar de los dogmas infalibles de unos autores fallecidos mucho tiempo atrás. Con el orgullo y la confianza en sí mismo propios de su entusiasmo juvenil, en el que no tenía cabida la duda, no calculó bien la fuerza tremenda del conservadurismo contra el cual dirigió sus ataques. En todo caso, su experiencia en Basilea lo desengañó, sin duda. A partir de entonces volvió a errar por el mundo —unas veces sumido en la máxima pobreza y otras viviendo con cierto desahogo—, a pesar de su desilusión manifiesta con respecto al éxito inmediato de su campaña, aunque sin dudar jamás de que acabaría por prevalecer, porque, en su opinión, sus nuevas teorías y formas de practicar la medicina estaban en armonía con las fuerzas de la naturaleza, que eran la manifestación de la voluntad de Dios, y terminarían por imponerse."

John Maxson Stillman
Tomada del libro Las enseñanzas secretas de todos los tiempos de Manly Palmer Hall, página 664-665

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