Marek Edelman

"Los alemanes no esperaban resistencia de ningún tipo, y mucho menos que tomaríamos las armas."

Marek Edelman


"Me llamo Marek Edelman. Soy el antiguo comandante adjunto de la Organización militar judía en Polonia, uno de los jefes de la insurrección del ghetto de Varsovia. En el año memorable de aquella insurrección, en 1943, luchábamos para la supervivencia de la comunidad judía en Varsovia. Combatíamos por nuestra vida, no por un territorio ni una identidad nacional. Nos movía una determinación desesperada, pero nuestras armas nunca se dirigieron contra poblaciones civiles indefensas, nunca matamos mujeres ni niños. En un mundo como aquél, despojado de principios y valores, a pesar del constante peligro de la muerte, permanecimos siempre fieles a aquellos ideales.

Estábamos aislados en nuestro combate y, a pesar de ello, el poderoso ejército al que nos enfrentábamos no logró vencer a aquellos muchachos y muchachas apenas armados que éramos entonces. Nuestra lucha en Varsovia duró varias semanas y luego continuamos en la clandestinidad y durante la insurrección de Varsovia, en 1944.

Sin embargo, en ningún lugar del mundo puede un grupo de partisanos alcanzar la victoria definitiva, en ninguna parte una guerrilla puede ser vencida por ejércitos regulares, por muy bien equipados que estén. Vuestra guerra tampoco tiene solución. La sangre será derramada en vano y se perderán vidas en ambos lados.

Nosotros nunca despreciamos la vida. Nunca enviamos a nuestros soldados a una muerte segura. La vida es eterna. Nadie tiene derecho a quitarla a la ligera. Ya va siendo hora de que todo el mundo lo comprenda.

Mirad a vuestro alrededor. Mirad Irlanda. Después de cincuenta años de una guerra sangrienta, ha llegado la paz. Antiguos enemigos mortales se han sentado a la misma mesa. Mirad lo que sucede en Polonia, Walesa y Kuron. Sin gran dificultad, el criminal sistema comunista desapareció. De igual manera, ustedes y el Estado de Israel deben cambiar radicalmente de actitud. Deben hacer las paces para salvar cientos y quizá miles de personas, para ofrecer un mejor porvenir a sus seres queridos, a sus hijos. Sé por experiencia que, tal como se presentan los acontecimientos, eso depende de los jefes militares. La influencia de los actores políticos y civiles es mucho menor. Algunos de ustedes estudiaron en la Universidad de mi ciudad, Lodz, y me conocen. Los creo lo bastante sabios e inteligentes como para comprender que, sin paz, no habrá futuro en Palestina y que la paz no puede obtenerse más que a cambio de concesiones en ambos lados.

Le pido también al [ex] Presidente Bill Clinton, al ministro Bernard Kouchner y al diputado Daniel Cohn-Bendit que apoyen mi petición. Quiero recordarles a ustedes nuestra posición común con respecto a la guerra en Yugoslavia. Quién sabe si esta guerra, la guerra que nadie puede ganar, podría detenerse para que la sustituyan portavoces capaces de llegar a un acuerdo.

Quizá deberíamos buscar un mediador, que no ha de ser un político, sino más bien una personalidad de autoridad moral incontestable, alguien que sitúe la vida con dignidad y la paz para todos por encima de cualquier objetivo político."

Marek Edelman
Carta abierta que en el año 2002, dirigiera a los jefes de organizaciones palestinas



"Nosotros, que hemos sobrevivido, nosotros os encomendamos la tarea de conservar siempre viva la memoria."

Marek Edelman


"Sabíamos perfectamente que no teníamos ninguna posibilidad de ganar. Luchamos simplemente para no permitir que los alemanes eligieran solos el momento y el lugar de nuestras muertes. Sabíamos que íbamos a morir. Al igual que todos los demás que fueron enviados a Treblinka... Su muerte fue mucho más heroica. No sabíamos cuándo recibiríamos una bala. Tuvieron que lidiar con una muerte segura, desnudos en una cámara de gas o parados al borde de una fosa común esperando una bala. en la nuca... Era más fácil morir peleando que en una cámara de gas."

Marek Edelman
















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