Mieke Bal

"Cada acto de ver o de leer recae en un ámbito personal. Para cada uno es distinto. Pero al mismo tiempo compartimos mucho, en la sociedad nadie está aislado. En general, todos tenemos un contexto que no podemos controlar, pero podemos llenarlo un poco más con ideas. De esta manera, creo que lo que hace la exposición es contribuir a un fondo ya existente en cada uno. Cada uno va a tomar algo de los vídeos, de las ideas. Creo que en el mundo de hoy es muy importante reconocer y aceptar la relación entre la razón y la imaginación. Es por esto por lo que he hecho el proyecto sobre Descartes, que tiene la reputación de hiperracionalista, separación de cuerpo y alma… y todos eso es completamente falso. Su reputación está basada en una lectura simplista de los textos que él nos ha dejado. Yo quería establecer un Descartes alternativo, bastante loco y paranoico…"

Mieke Bal


"Contaminación es un término positivo, no negativo. No se trata de enfermedades, sino de dominios culturales que no se pueden separar. Cuando lees, estás imaginando. Cuando imaginas, haces imágenes mentales. Un artista hace imágenes visuales en la base de la misma imaginación. Para el conocimiento y la cultura se necesitan los tres términos. No es posible ser un académico seco que solo se basa en los hechos porque los hechos también necesitan interpretación e interpretación quiere decir imaginar como fue la situación…"

Mieke Bal


“El intercambio entre personas de distintas culturas es, para mí, un tema esencial.”

Mieke Bal


“El término de ‘no ficción’ es impreciso y jerarquiza.”

Mieke Bal


"Hay historiadores del arte que dicen que yo no trabajo históricamente. Pero no tienen razón. Yo defiendo que mi trabajo es histórico, ya que en este sentido yo mantengo un diálogo más que una competencia o celos, porque trabajamos juntos que es lo más importante."

Mieke Bal



"La pareja conformada por la historia y el presente también arroja luz, o sombra, a la obra en sí misma. El presente del arte contemporáneo está, como nos cuenta la obra de Torfs, enredado en su propia historia. Tal percepción subyace a la utilización de la fotografía en blanco y negro en la era de la imagen en movimiento y de la fotografía en color. Volver a la fotografía en blanco y negro no es un gesto nostálgico, como lo ha sido con frecuencia, ni un enunciado histórico; lejos de esto. Aunque la obra está realizada principalmente con fotografías, la temporalidad con la que las diapositivas aparecen y desaparecen también caracteriza al medio cinematográfico. La historia del cine, mudo y en blanco y negro, vuelve a emerger en el presente, en el medio que supuestamente lo precede. El tiempo se tambalea y cae. El antes y el después no pueden ordenarse en secuencias concretas. En este cuestionamiento implícito de la linealidad de la historia resuena el concepto de «historia trastornada».
Existen por lo menos tres áreas diferentes en las que se ha discutido el retorno del pasado al presente. En primer lugar, hemos sido testigos de un reciente fluir de respuestas a las figuras supervivientes o resurgentes del pasado de Aby Warburg en reapariciones desiguales en el arte moderno. En segundo lugar, en su volumen The Fiction of Narrative (2010), White analiza la concepción de Kierkegaard de la repetición como el cumplimiento de una prefiguración, al modo de Northrop Frye. Esta idea se acerca al consistente interés de Michael Holly por la manera en la que las obras de arte, en su organización visual, estilo y composición, u otras consideraciones visuales, predicen el tipo de crítica que recibirán más adelante. En tercer lugar, en parte siguiendo los pasos del renovado interés por Warburg, pero también en otros contextos, se ha postulado la idea de un anacronismo productivo. Lo que quiero decir con historia tras-tornada es ligeramente diferente a estas tres aproximaciones a la noción de que el tiempo no es ni lineal ni singular.
Por decirlo sin rodeos y de manera muy simple, veo en la supervivencia de Warburg un deseo de permanencia, como si todo permaneciera en clandestinidad hasta que llega el momento, mientras que el trastornamiento consiste en una nueva presencia que conecta con una presencia más antigua, y no necesariamente una re-aparición de esta última. La idea de consumación (fulfillment), de manera similar, sugiere la permanencia de algo que todavía no ha sido revelado, pero que ya está ahí, algo que a mis oídos suena demasiado a redención. El anacronismo es un concepto de inspiración menos religiosa, pero plantea la cuestión de quién performa la actividad que lleva a cabo la conexión. En el caso de la obra de Torfs, por ejemplo, no se trata de un motivo histórico presente de forma permanente, aunque invisible, que retorna en su obra. En cambio, la artista crea una nueva obra cuya materia prima es un conjunto de corrientes históricas, como la misoginia, la fotografía, la violencia y el dolor."

Mieke Bal
Tiempos trastornados



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