Mikel Azurmendi

“Cada vida individual se muestra como una obra del arte del vivir.”

Mikel Azurmendi


"Colaborar con ETA sin queriendo colaborar nunca más con ETA."

Mikel Azurmendi


"Cuando en París me consideraba a mí mismo fuera de ETA muy a finales de los 60, era muy difícil decirles a tus conmilitones que se fueran al carajo cuando te pedían ayuda para sacarle a un herido una bala del hombro o para que colaborases en un proyecto cultural en el que desde Semprún hasta Tápies ya estaban comprometidos. Salirse de ETA es cortar radicalmente con su mundo, es cortar con todas tus amistades y arrostrar persecución. Por eso estás diciéndote que no, pero sin decírselo a los otros con esa rotundidad."

Mikel Azurmendi


"Dios es necesario."

Mikel Azurmendi


"Estuvo muy bien aquello de expulsarme del seminario y mis decisiones posteriores lo han corroborado. Y que mi padre me expulsara de casa para no ser yo mal ejemplo ante mis otros siete hermanos también estuvo muy bien. Nada de perdonarles, pues, sino agradecerles. Y así en muchas otras circunstancias. En otras muchas no, claro, como cuando ETA me persiguió porque yo trataba de vaciar gente de sus filas o cuando Arzalluz dijo que yo me había marchado del País Vasco porque lo quería. Recordar el pasado para buscar la verdad de uno mismo es ajustar cuentas, con uno mismo pero también con los demás."

Mikel Azurmendi



"Existen vascos de cuyos escritos jamás habla la radiotelevisión vasca y el mero hecho de mentar su nombre provoca náusea, si no odio, entre los abertzales."

Mikel Azurmendi



"La sociedad moderna ha dejado al individuo en una precaria soledad al privarle de los contornos sociales tradicionales donde entender la vida como un trayecto en común para alcanzar bienes que mejoren a la comunidad y en los que uno alcance la excelencia mediante prácticas virtuosas. Un ciudadano actual es lo que vaya decidiendo por su cuenta y riesgo, son sus desnudas elecciones las que van construyéndolo, sea que forme una familia o no. Y cada miembro de la familia está educado a ser mero individuo, otro ser en soledad."

Mikel Azurmendi



"Lo que yo soy se lo debo a mis maestros, la mayor parte merced a sus libros. Sin libros, sería como mis padres."

Mikel Azurmendi



"Si uno escribe sobre sí mismo para encontrar la verdad de la unidad de su vida nunca quedará satisfecho porque verá que pudo haber sido una persona mejor."

Mikel Azurmendi


“Siento una mirada alucinante que entra en mí y se queda en mí. Fue mucho más que un enamoramiento. Era como si me perdonara. Yo veía que era una mirada que me estimaba. Me sentí como nuevo.”

Mikel Azurmendi



"También el juez DeLancre, que no era inquisidor sino autoridad civil, pero creía en el diablo tanto como cualquier inquisidor y se hallaba investido por el rey Henri IV de la autoridad para perseguir, torturar y ejecutar a gente maléfica, había estado escudriñando las pupilas de centenares de niños para detectar en ellas la señal diabólica oculta.
Coetáneo de ellos, el guipuzcoano Lope Martínez de Isasti, doctor y presbítero de Lezo, escribió una Relación de las Maléficas de Cantabria (1618) dando pábulo a cuantos disparates había ido él recogiendo de oídas en su entorno a propósito del aquelarre. Esta actividad la realizó tras haber pasado un período de varios años consumiendo lo más granado de los libros de demonología. Él da cinco nombres de autores que había leído, entre los que destacan Martín Delrío y Sprenger, el autor del Malleus, a quienes confiere veracidad absoluta. Tan gran indigestión de diablo poseía este erudito cura guipuzcoano que ante la noticia de que se habían presentado en Lezo dos muchachos —uno, navarro, y el otro, francés— a postrarse ante el Cristo, confesarse con el cura y exigirle alguna cédula en la que constase que habían declarado ser brujos «con tormentos de cordeles» pero que no lo eran, pide «gran cautela, porque el diablo les persuade que nieguen la verdad en la confesión por que se hagan más graves sus delitos con el sacrilegio que cometen». A Lope de Isasti le hubiese bastado con investigar si habían sido o no torturados para así saber si era verdadero o falso su supuesto de que el diablo les hacía mentir a aquellos muchachos en la confesión a fin de multiplicar sus pecados. Por desgracia, aquel guipuzcoano prefirió amarrarse a su creencia en el diablo, que era apodíctica, a fajarse en la búsqueda de pruebas empíricas que la verificasen.
De este presbítero guipuzcoano procede la primera pista no proveniente de los documentos inquisitoriales de Logroño, que nos da cuenta de un hecho tan extraño como que la Virgen Santísima se introducía en el sabbat para arrebatarle al diablo algunos niños. Según él, un niño de Lezo le había informado de que estando presente en una de las juntas diabólicas adonde era llevado con frecuencia por una bruja francesa, que vivía en Pasajes,
… una noche llegó poco antes del alba una mujer hermosa y bien ataviada que venía poco a poco adonde estaban los niños y viéndola las otras comenzaron a maldecir de ella «Noramala venga la pechilinguesa», y preguntado por él quién era aquélla, respondieron que Nuestra Señora, y ella, llegando a los niños, dijo: «¿Cómo os traen a este lugar engañados? Veníos conmigo, que os volveré a vuestras casas». Y los llevó sobre los hombros.
Como se verá enseguida, el verdadero milagro consistió en que la devoción a la Virgen subía de grados merced a la credulidad en el pacto de los brujos con el Diablo. Es decir, que la devoción a la Virgen medraba entre los fieles euscaldunes conforme el medrar de su conocimiento sobre el demonio."

Mikel Azurmendi
Las brujas de Zugarramurdi


"Uno no es nada sin amigos. Nadie, sin los demás."

Mikel Azurmendi



“Yo diría que con la libertad se puede arriesgar la vida; hay que atreverse a ser libres.”

Mikel Azurmendi











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