Francisco Abril

A solas

‪En sombra quedó la casa,‬
‪en sombra quedó el amor, ‬
‪más encendida que nunca‬
‪la hoguera del corazón.‬
‪Cerrad todas las ventanas,‬
‪que quiero quedarme a solas‬
‪con la paz de mi dolor.‬

Francisco Javier Martín Abril


Fracaso

Si yo pudiera decir
lo que me pasa aquí dentro,
traducir esta nostalgia 
que me columpia en el tiempo, pintar el perfil del aire 
de este mi estado atmosférico...
Pero no tengo palabras.
Sólo tengo sentimientos. 
El río pasa cantando.
Y yo me quedo en silencio.

Francisco Javier Martín Abril


Geografías de amor

 España limita al Norte con la líquida esmeralda
rugiente y brava.
Al Oeste con la ilusión y aquellos sueños
de horizontes nuevos, nuevas vidas, nuevas tierras,
añoranzas nuevas.
Al Este con el paternal azul cúprico del mar Mediterráneo,
que es Madre de nutritivas, históricas luces.
Al Sur con tus ojos minerales,
con tu vientre, perfumado de azahar y hierbabuena
y tus brazos maternales
que templan todas las tormentas.

Francisco Javier Martín Abril


Hispanoamérica

Tres triángulos blancos sobre un azul brillante:
Un alma que al sentirse sueña un idealismo;
Después, un pueblo nuevo flotando en un abismo
De palta, con el lujo sagrado de un diamante.
América nacía y en sus ricos pambiles,
Fulgían las estrellas de su virgen quimera,
Y el ritmo arrebatado de aquella cabellera
Daba a la vida un ramo de flores juveniles.
Flores que eran el eco de romántica hazaña:
Que tomaban su aroma de una semilla vieja;
Y al hender en sus hojas el arado la reja,
Iban vistiendo forma los delirios de España-.
Y aun se escuchan las espuelas,
De las frágiles y airosas carabelas,
Que aquel día venturoso cincelaron en el mar;
Con alientos celestiales eran hinchadas las velas,
Pues las guapas carabelas
no iban solas,
 eran bellas barcarolas
del Barquero del Altar.
Era un hilo invisible y sagrado
Que el Destino trazó con sonrisa,
Porque a América fuese una brisa
Llena en besos de trigo dorado;
Y por él vino a España la risa
Juguetona del fruto soñado.
Y si España vio en su frente
la cicatriz de los días,
sintió en su pecho un torrente
de potentes energías;
y al mirar el vino añejo
de su sangre hecha ya vida,
su cabeza encanecida
se veía en el espejo
de una cara parecida.
América, ánfora virgen de ilusiones españolas;
coro de niñas que alegra con sus gráciles tonadas
las espaldas de su madre que ya viven inclinadas
pero llenas de laureles y de vivas aureolas.
Y en el aire del mar libre de Francisco de vitoria
Se repite el entusiasmo del sentir aventurero,
Y en la frente calurosa del simpático pampero,
Suena un beso que se estampa en el cuento de la Historia.
No es sonrisa de etiqueta, no es afecto de ficciones,
Lo que vibra en lo más hondo de mi España y de mi América
Son las dos, como dos notas de una música quimérica,
Que gravita en el terruño de sus cálidas naciones.
Vedlas todas reunidas en Rosario inquebrantable,
Cómo llenan de caricias verdaderas la mejilla
De su madre, que, embriagada de cariño perdurable,
Las ofrece el azul denso de su cielo de Sevilla
Y contándose consejas al amor del rancio hogar,
Mientras sienten en sus ojos, del nido propio la luz,
Recuerdan aquel romance que escribió un día en el mar,
Un gentil aventurero con la punta de la Cruz. 

Francisco Javier Martín Abril



Hoy es un día de silencio
(fragmento)

No será un silencio cualquiera.
Es el silencio del que carece de palabra
Porque los hechos, luctuosos, le superan.
Le callan la voz
Y hasta el aliento.
La ruindad, la bárbara vileza, el vilipendio,
Carecen de nombre,
Si acaso un solo alias de hijo malnacido.

La palabra hoy gira en el cielo...
Y calla.
Pero llegará el día en que en voz alta clamará
Y ese día habrá justicia.

Porque no hay impunidad para este horror,
Ni habrá olvido,
Ni perdón...

Francisco Javier Martín Abril


Mis venas

Estoy atado con cuerdas
llenas de sangre por dentro, 
que me repican a vida 
y que están doblando a muerto

Francisco Javier Martín Abril


"Se nos pegan al corazón las casas donde vivimos."

Francisco Javier Martín Abril









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