Guylaine Lanctôt

"A lo largo de los años empecé a ver cosas que no me parecían sensatas, que no tenían lógica, como por ejemplo seguir dando medicamentos aunque no funcionaran, aunque no se curara la persona. Yo no entendía, por ejemplo, como en un cáncer se aplicaba la quimioterapia si lo que hace es enfermar aún más a la persona que acaba por morirse de todos modos.

Cuando aparecieron las medicinas suaves pensé que eso era interesante, y yo he ido a encontrarme con personas que practicaban la medicina alternativa y entonces me di cuenta de que lo que hacían ellos era muy interesante, incluso mejor que lo que hacíamos nosotros en la medicina convencional. Esas personas me acogieron, me mostraron lo que hacían, cómo actuaban. Y yo pensé: ¿por qué no nos han enseñado esto a los demás médicos? ¿Cómo puede ser que no lo enseñen en la facultad y que además a estas personas las tachen de charlatanes y de estafadores?

Yo me encontré con ellos y vi que eso no era cierto, no eran charlatanes. Así fue como me empecé a plantear cosas. Cuando acabé la carrera de Medicina yo estaba convencida de que hacia el año 2000 ya no habría más enfermedad en el mundo, tenía una confianza ciega en la medicina que me habían enseñado. Sin embargo, yo veía que el tiempo pasaba y que la salud de las personas iba empeorando. Me percaté también de que medicamentos que no funcionan se siguen recetando, y que se practicaba una guerra en contra de las medicinas alternativas. Además yo era flebóloga y había abierto centros de flebología en distintos lugares del país, lo que me llevó a experimentar de cerca el negocio de la medicina tradicional. Y ahí sí que entendí muchas cosas."

Guylaine Lanctôt



"Comencé a Darme cuenta del control y de la manipulación a la que están sometidos los médicos -y los futuros médicos, es decir, los estudiantes- me hizo entender claramente que la Medicina es, ante todo, un negocio. La Medicina está hoy controlada por los seguros -públicos o privados, da igual- porque en cuanto alguien tiene un seguro pierde el control sobre el tipo de medicina al que accede. Ya no puede elegir.
Es más, los seguros determinan incluso el precio de cada tratamiento y las terapias que se van a practicar. Y es que si miramos detrás de las compañías de seguros o de la seguridad social… encontramos lo mismo, y es como un gran laberinto."

Guylaine Lanctôt



"En medicina, buscaba la salud ilimitada: sabía, en el fondo de mí, que existía una manera de que todo el mundo tuviera una salud perfecta con un coste mínimo.
En política, quería descentralizar el poder y volver a ponerlo en las manos de las personas, allí donde debe estar.
En cuanto a la espiritualidad, continuaba mi búsqueda de lo absoluto y descubría el mundo invisible así como su  primacía sobre el mundo visible."

Guylaine Saint-Pierre Lanctôt anteriormente Ghislaine Lanctôt


"Es el dinero quien controla totalmente la Medicina. Y lo único que de verdad interesa a quienes manejan este negocio es ganar dinero. ¿Y cómo ganar más? Pues haciendo que la gente esté enferma…. porque las personas sanas no generan ingresos.
La estrategia consiste, en suma, en tener enfermos crónicos que tengan que consumir todo tipo de productos paliativos, es decir, para tratar sólo síntomas; medicamentos para aliviar el dolor, bajar la fiebre, disminuir la inflamación… pero nunca fármacos que puedan resolver una dolencia. Eso no es rentable, no interesa.
La medicina actual está concebida para que la gente permanezca enferma el mayor tiempo posible y compre fármacos; si es posible, toda la vida."

Guylaine Lanctôt



Estoy griposo, ¿qué me receta?

–Nada.
 

¿Ni un poquito de Frenadol?

-¿Para qué? ¿Para tapar síntomas? No. ¡Atienda a sus síntomas, escúchese! Y su alma le dará la receta.
 

Pero, ¿me meto en la cama o no?

–Pregúnteselo usted mismo, y haga lo que crea que le conviene más. ¡Crea en usted!
 

¡A los virus les da igual lo que yo crea!

–Ah, ya veo: elige usted el papel de víctima. Su actitud es: “He pillado una gripe. Soy víctima de un virus. ¡Necesito medicinas!”.

 
Pues sí, como todos...

–Pues allá usted... Mi actitud sería: “Me he regalado una gripe. ¡Soy la única responsable! Debo cuidarme un poco”. Y me metería en cama, reposaría, me relajaría, meditaría en cómo me he maltratado últimamente...
 

¿Se ha “regalado” una gripe, dice?

–¡Sí! Tu enfermedad viene de ti, no viene de fuera. La enfermedad es un regalo que tú te haces para encontrarte contigo mismo.

 
Pero nadie desea una enfermedad...

–Tu enfermedad refleja una desarmonía interior, en tu alma. Tu enfermedad es tu aliada, te señala que mires en tu alma, a ver qué te sucede. ¡Dale las gracias: te brinda la ocasión de hacer las paces contigo mismo!
 

Quizá sea más práctica una pastillita...

–¿Hacer la guerra a la enfermedad? Eso propone la medicina actual, y las guerras matan, traen siempre muertes.

 
No me dirá ahora que la medicina mata...

–¡Un tercio de las personas hospitalizadas lo son por efectos medicamentosos! En Estados Unidos, 700.000 personas mueren al año a causa de efectos secundarios de medicamentos y de tratamientos hospitalarios.

 
Morirían igual sin medicamentos, oiga.

–No. No si cambiamos el enfoque: la medicina actual ha olvidado la salud, ¡es una medicina de enfermedad y de muerte! No es una medicina de salud y de vida.
 

¿Medicina de enfermedad? Acláremelo...

–En la antigua China, un acupuntor era despedido si su paciente enfermaba. O sea, ¡el médico cuidaba de la salud! ¿Ve? Toda nuestra medicina es, pues, el fracaso total.

 
Prefiere medicinas alternativas, pues...

–Respetan más el organismo que la medicina industrial, desde luego: homeopatía (¡será la medicina del siglo XXI!) acupuntura, fitoterapia, reflexoterapia, masoterapia... la practica del yoga… la meditación... Son más baratas... y menos peligrosas.
 

Pero no te salvan de un cáncer.

–¡Dígale eso a la medicina convencional! ¿Te salva ella de un cáncer?

 
Puede hacerlo, sí.

–Lo que hará seguro es envenenarte con cócteles químicos, quemarte con radiaciones, mutilarte con extirpaciones... ¡Y, encima, cada día aparecen más cánceres! ¿Por qué? Porque la gente vive olvidando su alma (que es divina): la paz de tu alma será tu salud, porque tu cuerpo es el reflejo material de tu alma. Si te reencuentras con tu alma, si la pacificas..., ¡no habrá cáncer!

 
Palabras bonitas, pero si un hijo suyo tuviese un cáncer, ¿qué haría usted?

–Alimentaría su fe en sí mismo: eso fortalece el sistema inmunitario, lo que aleja al cáncer. ¡El miedo es el peor enemigo! El miedo mina tus autodefensas. ¡Nada de miedo, nada de sumisión al cáncer! Tranquilidad, convicción, delicadeza, terapias suaves...
 

Perdone, pero lo más sensato es acudir a un oncólogo, a un médico especialista.

–La medicina convencional debiera ser sólo un último recurso, y muy extremo... Y si tu alma está en paz, eso jamás te hará falta.


Bien, pues tengamos el alma pacificada... pero, por si acaso, pongámonos vacunas.

–¡No! Las fabrican con células ováricas de hámster cancerizadas para multiplicarlas y cultivarlas en un suero de ternera estabilizado con aluminio (eso la de la hepatitis B, con su virus): ¿inyectaría usted eso a sus hijos?

 
Les he hecho inyectar ya varias...

–Y yo a los míos: fui médico, y por entonces no sabía aún todo lo que hoy sé... ¡Pero hoy mis hijos no vacunan ya a sus hijos!

 
Yo creo que seguiré vacunándolos...

–¿Por qué? La medicina actual mata moscas a martillazos: no siempre muere la mosca, pero siempre rompe la mesa de cristal. Son tantos los dañinos efectos secundarios...

 
¿Por qué abominó usted de la medicina?

–Yo me hice médico para ayudar. Me dediqué a la flebología, a las varices. Llegué a tener varias clínicas. Pero fui dándome cuenta del poder mafioso de la industria médica, que atenta contra nuestra salud, ¡que vive a costa de que estemos enfermos! Lo denuncié... y me echaron del Colegio de Médicos.


O sea, ya no puede usted recetar...

–¡Mejor! Los medicamentos están fabricados pensando en la lógica industrial del máximo beneficio económico, y no pensando en nuestra salud. Al revés: si estamos enfermos, ¡la mafia médica sigue ganando dinero!

 
¿Y a quiénes tilda de “mafia médica”?

–A la Organización Mundial de la Salud (OMS), a las multinacionales farmacéuticas que la financian, a los gobiernos obedientes, a hospitales y a médicos (muchos por ignorancia)... ¿Y qué hay detrás? ¡El dinero!
 

No escoge usted enemigos pequeños...

–Lo sé, pero si me hubiera callado, hubiese enfermado y hoy estaría ya muerta.

 
¿Cuál ha sido su última enfermedad?

–Hace dos días, ja, ja... ¡una diarrea!

 
Vaya: ¿qué reflejaba eso de su alma?

–Oh, no sé, no lo he analizado... Me he limitado a no comer... ¡y ya me siento bien!

 
Pero se pasa mal, ¿eh...?

–Ja, ja... Si la enfermedad te visita, ¡acógela, abrázala! ¡Haz la paz con ella! No salgas corriendo como loco en busca de un médico, de un salvador... Tu salvador vive dentro de ti. Tu salvador eres tú. ¡Dios esta en ti!

Guylaine Lanctôt



"Experimenté toda clase de avenidas: enseñanzas, publicaciones, redacción de artículos, conferencias, creación de una asociación de empresarias. Al mismo tiempo, desarrollé varios centros de flebología, en Canadá y en USA. Y allí comprendí el negocio de la medicina.

Toda esta evolución me llevó a la solución que buscaba: la soberanía individual. Me di cuenta de que la única autoridad verdadera es interior; que la autoridad suprema, la soberanía, está en el interior de cada individuo; que tan sólo la persona es soberana… y divina.

Dejé entonces de pelearme con las autoridades exteriores y de querer cambiar el mundo. Terminé con mi papel de salvadora. Y aprendí a cambiarme a mí misma y a obedecer a mi alma y conciencia.

Llegué a la conclusión que la verdadera divinidad es interior, inherente a todo. La vibración original, creadora del universo, está en el interior de cada persona. La llamé Diesa."

Guylaine Lanctôt


"Hay informes acerca de la colaboración entre estas dos organizaciones en 1970 para estudiar las consecuencias de ciertos virus y bacterias introducidas a los niños durante las campañas de vacunación. En 1972… [se centraron]… en los virus que habían provocado una caída del mecanismo inmunitario. Wolf Szmuness dirigió los experimentos contra la hepatitis B realizados en Nueva York. Tenía estrechos vínculos con el Banco de Sangre donde tenía su laboratorio, el Instituto Nacional de Salud, el Instituto Nacional del Cáncer, la Administración de Drogas y Alimentos, la Organización Mundial de la Salud y las Escuelas de Salud Pública de Cornell, Yale, y Harvard (todas controladas por los Illuminati). En 1994 tuvo lugar en Canadá una vasta campaña de vacunación contra la hepatitis B. Es inútil, peligrosa y costosa. ¿Y para qué? ¿Hay un plan oculto? Casualmente estaba allí en 1993, y me inquietó ver que estaba dirigida a una generación entera (de uno a veinte años) en una sola provincia (Quebec). ¿Desde cuándo los virus respetan las fronteras, y especialmente las provinciales?"

Guylaine Lanctot
Tomada del libro Hijos de matrix de David Icke


"La vacunación diezma las poblaciones. Drásticamente en países del Tercer Mundo. Crónicamente en los países industrializados. A este respecto, Robert McNamara [Bil, CT, CFR], el expresidente del Banco Mundial, exsecretario de Estado en Estados Unidos, quien ordenó el bombardeo masivo de Vietnam y miembro del Programa Extendido de Inmunización, hizo algunos comentarios muy interesantes: como ha informado una publicación francesa, “j’ai tout compris”, él ha sido citado afirmando: “Uno debe tomar medidas draconianas para la reducción demográfica contra la voluntad de las poblaciones. Reducir la tasa de nacimientos ha demostrado ser imposible o insuficiente. Por consiguiente, se debe aumentar la tasa de mortalidad. ¿Cómo? Por medios naturales. El hambre y la enfermedad (traducción del francés)”

Guylaine Lanctot
Tomada del libro Hijos de matrix de David Icke
















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