José Cardoso Pires

"Corrijo mucho, demasiado, y eso es algo que sí debería corregir; tanta corrección sobre lo ya creado me parece un vicio pequeñoburgués."

José Cardoso Pires


"Desde la iglesia de Arrolos ya no vuelan ángeles sobre los borrachos, pero hay misterios que siguen animando a la ciudad y el Don Pedro del Raslo es uno de ellos. Verdad o mentira, aún no se ha podido saber por qué el escultor francés encargado de representar a nuestro rey en bronce de primerísima calidad no tuvo escrúpulos en despachar a Portugal uno de los Maximilianos que tenía arrinconados en el taller. Enigmas como éste, sinceramente, comprometen el paisaje y, no sólo impresionan mal a las personas sentimentales, sino que además son difíciles de disculpar a la luz de la inteligencia."

José Cardoso Pires
Lisboa, diario de a bordo




"Era el segundo ataque en tres días de viaje, y el más serio. Nadie podía acallar a los demonios o los gusanos de la sífilis que se revolvían en su cuerpo, sin gobierno, y Aníbal lo sabía. Lo único que podía hacer era ampararle la cabeza para evitar que se hiriera en las revueltas y sacudidas que hacía al debatirse.
João Pórtela se revolcaba de espaldas y se desgarraba el rostro con los uñas. Se estremecía como una culebra, agarrada, surcando la polvareda del camino, pero sin salir del mismo sitio, y vibrando.
Poco a poco, los asaltos violentos se fueron haciendo más espaciados, más breves, más blandos. Después, con mucho esfuerzo, consiguió sentarse y quedó con la boca abierta, mirando vagamente al compañero y el compañero mirándole a él.
Lo que más impresionaba era el silencio y la resignación con que dos personas, una sana y otra enferma, aguardaban el nuevo ataque que iba fermentando en el cuerpo de una de ellas y que surgiría de un instante a otro sin que se le pudiera dar combate. João Pórtela, muy tenso, parecía escuchar lo que le iba en la sangre. Se preparaba para recibir ese momento, ese castigo de su naturaleza infeliz, triste y conformado como una víctima a merced de una orden de la que no puede huir. El viejo también.
El golpe vino con un estirón tan rápido que, cuando Aníbal quiso agarrar al amigo, ya éste se había retorcido en el aire con un aullido, y quedó tumbado en el polvo, rígido. Echaba espumarajos por la boca y aún peor, se iba quedando frío. Alarmado, el viejo se agarró a él como loco. Le refregó los pulsos, le calentó la piel hasta que le ardieron las manos."

José Cardoso Pires
El huésped de Job


"Fe para los pobres. Educación para los ricos."

José Cardoso Pires


"La literatura no puede ser el adorno del poder sino el remordimiento de las imperfecciones de una sociedad; el factor de corrección de la situación económica y social."

José Cardoso Pires


"La maternidad no es una necesidad de mera afirmación, sino que se convierte en fundamento de la identidad femenina."

José Cardoso Pires



"Mi influencia cultural es anglosaxónica."

José Cardoso Pires


“(...) porque la memoria, como aprendí por mí mismo, es indispensable para que se pueda no sólo medir el tiempo, sino también sentirlo.”

José Cardoso Pires


"¿Qué soy entonces? Bueno, admitamos que practico un cíerto realismo crítico, pero tampoco es exactamente así; en realidad, pueden llamarme como quieran."

José Cardoso Pires



"Tengo demasiada basura dentro de mí."

José Cardoso Pires
El render de los héroes


"Toda literatura es un ejercicio de identidad."

José Cardoso Pires


"Un hombre suspendido en una pajita, un hombre que, a la menor distracción, ni siquiera el alma se aprovechó de él."

José Cardoso Pires






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