Henry Cauvain

"Conocí al señor Maximilien Heller el tres de enero del año 1845, a las ocho de la tarde.
     Días antes había sido abordado en plena calle por uno de sus amigos. Jules H…, quien, tras un intercambio inicial de cumplidos me dijo con particular insistencia:
     – Hace tiempo que quería visitarle en su casa, querido doctor, para pedirle un gran favor. Uno de mis antiguos colegas abogados, el señor Heller, quien reside muy cerca de aquí, se encuentra en un alarmante estado de salud."

Henry Cauvain
Maximilien Heller


"Permanecí algún tiempo pensativo tras leer esta nota escrita con mano firme. Apenas lograba comprender el singular propósito que guiaba al filósofo al seguir los pasos del criminal. ¿Qué secretos esperaba descubrir? ¿No era más sencillo y menos peligroso denunciarle ante la justicia y dejar que ésta se encargara de desentrañar el misterio y desenredar la madeja?
Una empresa tan peligrosa, ¿no podía malograrse bruscamente? Este disfraz, esta simulación constante me parecía por encima de toda capacidad humana. El señor Bréhat-Kerguen podía sorprenderle un día con las manos en la masa, concebir la más mínima sospecha, y acabar con su vida. Estaba a su merced en aquel lejano castillo en Bretaña, y el asesino no recularía ante la idea de un asesinato para salvaguardar su impunidad. Con Maximilien muerto, todo aquel andamiaje de pruebas tan laboriosamente construido sucumbiría con él, y Louis Guérin acabaría en la horca.
Para cumplir con los deseos que me había expresado Maximilien, me dirigí hacia su buhardilla, empaqueté una enorme cantidad de libros y manuscritos, y ordené que los trasladaran a mi casa. Así mismo, aparté la pila de papeles que contenían sus Memorias y las deposité en un cajón de mi escritorio."

Henry Cauvain
Maximilien Heller

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