Marie-Dominique Chenu

"El “más allá” de la historia, los “novísimos”, hacían caduco y digno de desprecio el desenvolvimiento de la misma; el espíritu escapaba al materialismo del tiempo; el único progreso auténtico se situaba en la “vida interior”; la verdad era definida y calificada por la inmutabilidad; la historificación, sobre todo la historificación deliberada, constituía un síntoma de descristianización. Por todas estas razones, la Iglesia condenaba no solamente las revoluciones, sino la evolución. Frente a lo cual, el ateísmo, bajo todas sus formas, se presenta como el liberador de todos los valores terrestres, en la realidad histórica del hombre, en la verdad humana de la historia."

Marie-Dominique Chenu


"… el progreso de la civilización científica e industrial –“la civilización del trabajo”– proporciona al hombre la esperanza y el medio de construir el universo. La toma de conciencia de este poder demiúrgico obliga al hombre a que llegue a tomar conciencia de sí mismo y, por ello, a procurarse el justo equilibrio en su sentimiento de criatura."

Marie-Dominique Chenu


"En nuestro tiempo, el trabajo ya no tiene tan solo la finalidad de hacernos ganar el pan; crea en cierto modo energía social puesta inmediatamente al servicio de la humanidad entera. En su miseria tiene el obrero, a través de sus amargas reivindicaciones, una conciencia confusa de esta eficacia admirable."

Marie-Dominique Chenu


" “La Iglesia de los pobres”, “la Iglesia pobre”: esta fórmula doble y única expresa excelentemente uno de los rasgos del rostro que la Iglesia quiso adoptar en el Concilio Vaticano II para ser fiel a sí misma, en la viva toma de conciencia de su propia naturaleza. Por una parte, la pobreza vivida se impone a la Iglesia, contra toda tentación de poder, como testimonio de la Iglesia de Cristo: es “la Iglesia pobre”; por otra parte, la primera preocupación de la Iglesia debe dirigirse a los pobres, a quienes tiene que anunciar la Buena Nueva en la liberación del Mesías."

Marie-Dominique Chenu


"La pobreza evangélica se presenta siempre como una ruptura económica controlada por una ruptura espiritual: seguir a Cristo, es primero romper con la rutina del mundo y sus instituciones. Se define entonces por un doble y único movimiento: apego místico al Cristo, rechazo de un desorden establecido…"

Marie-Dominique Chenu


"La toma de conciencia de la historicidad del hombre, en el curso de los dos últimos siglos, que hubiera debido aparecer como cosa homogénea a una religión que se remite a la venida de Dios en la historia, ha entrado en juego, de hecho, contra una institución eclesiástica totalmente preocupada por el sostenimiento del orden, en una visión inmovilista de la verdad, de la moral, del comportamiento social, del depósito de la fe."

Marie-Dominique Chenu


"Lo característico de San Agustín no es una actitud anti-intelectual, sino el sentido que concede a la labor racional en el campo de la fe. La ciencia es una ayuda, porque da medios de información en cuanto a la doctrina y firmeza de la conducta, y es además una propedéutica, porque la cultura humanista literaria habilita para leer la Escritura."

Marie-Dominique Chenu
La teología como ciencia en el siglo XIII












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