Washington Delgado

Conducta razonable

Porque la libertad es un fuego
que pule, afina, organiza
y destruye la vida.
Porque a un lado está el bien
y al otro el mal y yo no sé
cuál es la conducta razonable.
Porque después de todo, nada
importa sino es el amor,
sino es el odio.
Yo estoy aquí para vivir o para morir,
para cantar o para morir,
para respirar, comer y amar.
O para morir.

Washington Delgado


Dioses

Amo a los pequeños dioses
que no tienen nombre ni patria
ni estatura.

Amo a los dioses oscuros
que viven sólo un día.

Amo a los dioses sencillos:
el viento amarillo del verano,
el verde viento de la primavera
y las iluminadas mariposas
que al fuego vuelan
y en el fuego mueren.

Washington Delgado



Para vivir mañana

Mi casa está llena de muertos
es decir, mi familia, mi país,
mi habitación en otra tierra,
el mundo que a escondidas miro.

Cuando era niño con una flor
cubría todo el cielo.
¿De qué cuerpo sacaré ahora sombra
para vivir con un poco de ternura?

Escucharé a los muertos hablar
para que el mundo no sea como es
pero debo besar un rostro vivo
para vivir mañana todavía.

Para vivir mañana debo ser una parte
de los hombres reunidos.
Una flor tengo en la mano, un día
canta en mi interior igual que un hombre.

Pálidas muchedumbres me seducen;
no es un instante de alegría o tristeza:
la tierra es ancha e infinita
cuando los hombres se juntan.

José Washington Delgado



Río del olvido

Se detiene Artidoro
para escuchar la voz
de los tiempos pasados.
Vocaliza el pasado con voz pura
una canción fugaz,
río que viene del profundo olvido
y regresa al olvido.

Viejas calles de terciopelo y sombra,
árboles melodiosos,
celajes incendiados del otoño
y la pesada nube
donde la vida acaba,
río cordial que viene del olvido
y parte hacia el olvido.

Mínima luz apenas ilumina
las sonrisas del tiempo
¿De qué se nutre el tiempo?
De fuentes, de muchachas,
de volutas de yeso,
de duros azulejos.
Río tenaz que viene del olvido
y corre hacia el olvido.

En estas viejas calles silenciosas
abiertas de repente
al viento del recuerdo,
se percibe la queja
de un débil clavicordio,
un distante galope de caballos,
el rumor apagado
de unos besos furtivos.
Dulce río que viene del olvido
y se va hacia el olvido.

Washington Delgado


Te estoy perdiendo

Te estoy perdiendo
en cada voz que escuchas,
en cada rostro que contemplas,
en cada gesto tuyo,
en cada lugar
que recibe a tu cuerpo.
Ser como la luz
que te envuelve, por la que dejas
un retazo de sombra.
Ser como la noche que te obliga
a un pensamiento, a un deseo,
a un sueño.
Ser una materia leve,
una corriente extensa
que te persigue siempre.
No ser esto que soy
y que te está perdiendo.

Washington Delgado
















No hay comentarios: