Francisco Fernández Villegas

"El doctor López nunca había sido joven: su alma era como esas flores prensadas entre las hojas de los libros. En la edad en que otros niños juegan á la peonza ó al marro, López aprovechaba las horas de recreo resolviendo problemas de matemáticas. Pasó los días de su adolescencia en los anfiteatros de Medicina, en los laboratorios, en las bibliotecas y en las archivos. Antes de cumplir los diecisiete años había publicado obras magistrales, y aun estaba su rostro virgen de la navaja del barbero, y había ya derrotado en ruidosa polémica teológica á dos obispos y no sé cuántos doctores.
Desconocía en absoluto los goces del amor. El sentido de esta palabra era una incógnita que nunca había tratado de resolver. Casto como un anacoreta, indiferente á la belleza femenil, se hubiera creído que no era hijo de mujer, sino una especie de homunculus fabricado por arte mágico en la retorta de un alquimista."

Francisco Fernández Villegas conocido también por su pseudónimo Zeda
Ciencia y vida

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