Joan Fontcuberta

"Ahora que todos llevamos un móvil dotado de una cámara fotográfica, hemos integrado las imágenes de una manera espontánea a nuestras vidas. Prácticamente ya no sabríamos comunicarnos, interaccionar con los demás sin utilizar, mandar, recibir fotografías. La fotografía está ocupando un lugar primordial como elemento de lenguaje, ya no de escritura."

Joan Fontcuberta i Villà


"Antes la fotografía era escritura. Hoy es lenguaje."

Joan Fontcuberta



“Cindy Sherman se interroga sobre la identidad femenina y su conclusión es que la mujer no es más que un montón de clichés generados por los telefilmes y la publicidad.”

Joan Fontcuberta


“Como el sol, como la luna, como el agua, como el oro, sé claro y brillante y refleja lo que hay en el fondo de tu corazón.”

Joan Fontcuberta



“Crear equivale a manipular, y el mismo término de «fotografía manipulada» constituye una flagrante tautología.”

Joan Fontcuberta



"Creo que no hay buenas o malas fotos, sino buenos o malos usos de las fotos. La historia de la fotografía está llena de ‘errores' y de fotos ‘defectuosas'... La fotografía en sí puede ser igual o muy parecida a la que se hacía años atrás; lo que cambia es lo que hacemos con ella. O sea, es en el ámbito de los usos donde se está produciendo una revolución. Incluso la importancia de los cambios no subyace en la novedad de esos usos, sino en la intensidad con que se aplican. Hace años ya enviábamos postales: una combinación de fotografía y texto que componía un mensaje. Hoy no cesamos de repetir ese gesto con los emails, whatsapps y todo tipo de mensajes electrónicos. Lo hacemos con tanta profusión que al final hemos adoptado la fotografía como una forma de lenguaje con el que nos expresamos corrientemente. Antes, la fotografía era escritura; hoy es, sobre todo, lenguaje."

Joan Fontcuberta




“Cuando me siento observado por el objetivo, todo cambia: me constituyo en el acto de posar.”

Joan Fontcuberta




“El acto fotográfico es como un instante decisivo, sobrenatural, epifánico, de comunión entre el mundo y el espíritu.”

Joan Fontcuberta


"En postfotografía. Es un término que aparece en los textos teóricos a finales de los 80 y que se ha empleado con distintos significados. Yo propongo entenderlo no tanto como la fotografía que llega después de la fotografía, sino de la fotografía que se agazapa detrás de la fotografía. No es una cuestión cronológica sino más bien filosófica. La postfotografía se refiere a la fotografía que fluye en el espacio híbrido de la sociabilidad digital. Ahí, la imagen pierde dimensión mágica y se seculariza, el documento se repliega en la inscripción autobiográfica. En fin, la dictadura de las pantallas impone un nuevo orden visual."

Joan Fontcuberta




"Hace tiempo que diversos teóricos reclaman una ecología visual. Estoy de acuerdo pero, ¿cómo aplicarla? La masificación no nos lleva a la hipervisibilidad y a la transparencia como con candidez podría pensarse sino a estrategias distintas de control de la información, habitualmente orientadas al consumo y propaganda. Me permitiría, en esa tesitura, introducir dos reflexiones: ante el exceso de imágenes hemos de identificar más que nunca cuáles son las que faltan; y, por otro lado, hay que tener presente que no todas las imágenes tienen el mismo valor."

Joan Fontcuberta




“La fotogenia no es una propiedad exclusiva de la realidad, ni es un simple efecto del dispositivo óptico ni resulta de un truco del operador; brota en cambio de una alianza necesariamente a tres partes entre el modelo, la cámara y el fotógrafo.”

Joan Fontcuberta



“La fotografía como constatación de la experiencia, la fotografía como evidencia.”

Joan Fontcuberta



“La fotografía digital es consecuencia de una economía que privilegia la información como mercancía, los capitales opacos y las transacciones telemáticas invisibles.”

Joan Fontcuberta



"La fotografía, más allá de las características de sus procedimientos, encapsulaba una experiencia visual caracterizada por los valores decimonónicos de la cultura tecnocientífica y de la revolución industrial. Valores como la verdad y la memoria constituían su andamiaje ideológico. Cuestionar este discurso autoritario ha sido mi mayor reto desde que empecé. Con la fotografía no se puede hablar de verdad, sino de interpretaciones, de puntos de vista. Cuando se desvincula de esos valores para abrazar otros, como la comunicación y la conectividad, se desnaturaliza de sus esencias y se convierte en otra cosa."

Joan Fontcuberta



"La Fotografía no es un procedimiento ni un instrumento. Es una forma de pensar. Todos somos fotógrafos porque somos pensantes. La Fotografía rebasa el ámbito del arte y de la comunicación. Permite radiografiar cómo estamos. Es como un termómetro que puede darnos una temperatura del momento actual."

Joan Fontcuberta



"La objetividad es un mito, por tanto no podemos sino mentir, entendiendo la mentira en un sentido extramoral, porque la fotografía puede ser verosímil pero no verdadera. Si esa mentira es extramoral es inevitable, lo importante será entonces el sentido que le demos."

Joan Fontcuberta



“Las fotografías analógicas tienden a significar fenómenos, las digitales, conceptos.”

Joan Fontcuberta



"No se elige la fotografía, la fotografía elige a sus operadores. Los azares de la vida nos llevan ahí. Pero hay datos concretos que pueden dar ciertas pistas. Por ejemplo, mi padre tenía una agencia de publicidad y yo de pequeño en mis ratos libres en vez de irme al parque me gustaba meterme en el estudio gráfico, en el laboratorio con los fotógrafos… y el gusanillo de la imagen y de la comunicación visual para mí era un entretenimiento muy creativo y apasionante. Ahí había ya un punto de arranque."

Joan Fontcuberta



“Nos encontramos frente a la necesidad de confirmar la realidad y dilatar la experiencia.”

Joan Fontcuberta



"Para el público profano algunas de las secuencias de Gone with the Wind (Lo que el viento se llevó) o antes The
Birth of a Nation (El nacimiento de una nación) plasman el cliché de lo que debió de ser la guerra de Secesión americana. Para un público más culto, la fabulación hollywoodiense se complementa con los documentos gráficos legados por reporteros pioneros que, como George N. Barnard, siguieron el desarrollo de la contienda. Las tomas de éste sobre la destrucción de Atlanta, como otras anónimas de las ruinas de Richmond o Gettysburg, aúnan el dramatismo documental con un cierto romanticismo nostálgico y wagneriano.
Parecidas cualidades aparecen en los trabajos de Martí Llorens, un fotógrafo barcelonés que documentó con ahínco desde el verano de 1987 hasta la primavera de 1992 la demolición de una vasta zona industrial, destinada a convertirse en la futura sede de la Villa Olímpica. Sus imágenes poseen también esa cualidad trágica de la cosmología wagneriana. Aunque no nos hablen de la devastación ocasionada por la colisión entre dos ejércitos, sí se refieren al choque de ideologías y de intereses económicos, al pretexto justificador del "progreso", y a una conflictiva relación con la historia. Más de un centenar de edificios industriales fueron abatidos, al igual que las viviendas de medio millar de familias modestas, que debieron trasladarse forzosamente a otras zonas. Y todo debido al empeño arrollador y visionario de una modalidad actualizada de despotismo ilustrado.
El Poble Nou (Pueblo Nuevo) es hoy un barrio del litoral de Barcelona, pero a mediados del siglo pasado era considerado suficientemente apartado del núcleo urbano para erigir allí grandes factorías, almacenes, depósitos y todo aquello que por miedo a los eventuales estallidos obreros y a la contaminación, o simplemente por requerimientos de expansión progresiva, no convenía dejar cerca del centro de la ciudad. El barrio albergaba, en consecuencia, los vestigios de la revolución industrial, edificaciones otrora generadoras de riqueza, que fueron quedando poco a poco abandonadas y desprovistas de otra función que no fuera la de testimoniar la pujanza económica de otra época y deleitar a los aficionados a la arqueología industrial."

Joan Fontcuberta
El beso de Judas


"Probablemente, el corpus más completo para dilucidar esas cuestiones es el proyecto Beijing Silvermine; se trata de una selección de medio millón de fotos recopiladas por el fotógrafo francés Thomas Sauvin, que trabaja como «ojeador» en China para The Archive of Modern Conflict, una original iniciativa para generar fondos fotográficos de carácter heterodoxo y al margen de los criterios museísticos institucionalizados. Sauvin obtenía las fotos de una empresa de reciclaje que compraba negativos y diapositivas a peso para recuperar el nitrato de plata, con total indiferencia hacia lo que las imágenes representaban. Gracias a la inquietud de Sauvin, ese material se ha salvado de una destrucción insensata. La mayoría de las imágenes fueron tomadas entre 1985 y 2005, es decir, en el lapso entre el momento en que la economía china permitió a la mayoría de los ciudadanos poseer su propia cámara fotográfica y la irrupción de la fotografía digital. Pero tales imágenes rehúsan monumentalizar ese periodo épico en que China dejó atrás las sombras de la Revolución Cultural para convertirse en la segunda potencia económica mundial; por el contrario, en ellas laten los distintos registros de la extensa gama de la photo-trouvée: lo insólito, el humor, lo banal, lo ridículo, el azar, los accidentes, la imperfección técnica, la degradación química... Pero más allá de esa contextualización histórica, esas fotos cumplen el requisito previo de la photo-trouvée en la medida que nos son completamente ajenas; mi perspectiva occidental me impulsa a percibirlas dentro de un marco de exotismo, como ilustraciones de una civilización «otra». Esa distancia facilita mi neutralidad y favorece que pueda considerarlas como una materia prima maleable en la que escrutar los aspectos que me convengan. Es lo que hicieron, por ejemplo, los historiadores franceses Michel Frizot y Cédric de Veigy en 2006 cuando intentaron recapitular una antología de la photo-trouvée basándose en la sensación de maravilla que las imágenes seleccionadas les producían; luego siguió una voluntad de compartir ese placer visual. El denominador común debía ser la sorpresa. Ambos interpretaban que «en manos de fotógrafos amateurs, la cámara es impredecible; captura las cosas que desearíamos preservar, pero no siempre como lo intentamos. Estas imágenes revelan tanto la intención de la persona que toma la fotografía como aquello que a través de la torpeza o el descuido parece haberlos eludido»."

Joan Fontcuberta
La furia de las imágenes



"Pienso que una fotografía vale más que mil mentiras. Me gusta tender trampas, provocar desconfianza, hacer un juego de ilusiones, prestidigitar, lograr que el espectador mire a otro lado ¡y colársela! Pretendo desenmascarar los mecanismos del engaño. Esa duda no debe ser un mecanismo de parálisis."

Joan Fontcuberta


"Siempre he estado dando vueltas al lenguaje, a la tecnología y a la naturaleza. Las circunstancias me han llevado a trabajar el tema de los Gabinetes de curiosidades en contraposición a la visión enciclopedista de los museos. Sobre ello preparo un libro de artista y varias exposiciones, la más cercana, una intervención en el Musée de la Chase et de la Nature en París, con el tema de los safaris. Barajo varias ideas en la línea de los memes que se prodigaron en internet con las fotos del rey Juan Carlos cazando elefantes, o con el caso del dentista que mató al león Cecil y provocó una revuelta monumental en las redes."

Joan Fontcuberta


"Toda fotografía es una ficción con pretensiones de realidad."

Joan Fontcuberta












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