"Inútil es la pugna ante el eterno destino. El cruel demonio persevera, pero teme la razón de la amistad, a la cual desprecia. La palabra agudiza la profética mortalidad y acelera el sino. Oscuro es tu voz y tu rostro ante quienes revolotean turbias sombras que fenecen en la sangre de los dioses. No pienses que los sueños mienten, que los fantasmas de la noche desconciertan. El azar crece misterioso en el valle de la noche y porta una rama que puede matarte."
Johannes Ewald
La muerte de Balder
La noche
Envuelto en el triste y hueco aliento
de su tormentoso horror, la hostil visión
fugaz proyecta la sombra de la naturaleza
muerta. El áureo arbusto, héroe del corazón
se desvanece en una oculta esperanza antes
de que duela la negra parca, tras la cual
tañe sus lágrimas la viuda.
Johannes Ewald
Oda a las delicias de Rungstedlund
En las sombras refrescantes que hurtan
a las rosas las oscuridades que anidan el
murmullo de las Musas resuena el corazón.
El tesoro de la abundancia siega la pila
bronceada y corona la esperanza. El día
extranjero ayuna su olvido en cuarto
menguante, el bálsamo de la soledad
alivia el dulce sueño, cuando el dolor
y la aflicción hallan huella en Rungsted,
los mil tonos del alma tiemblan llegados
a la arcilla de su morada divina.
Johannes Ewald
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