Louis-René des Forêts

"¿Cómo comprometerse a dar lo que no se posee, algo que en cualquier momento puede faltarnos?" 

Louis-René des Forêts


"Finalmente el silencio es la única vía de acceso al silencio — un silencio muy opuesto al de la muerte en lo que tiene por efecto, no como parecería conducirnos allí por anticipación, sino liberándonos de las formas verbales — siempre excedentarias, a menudo oprimentes — llevándonos a lo más cercano del estado de naturaleza, en una relación de intensidad que es el maravilloso privilegio de la infancia."

Louis-René des Forêts


¿Hay entonces que callar o decir algo distinto
que pueda escapar al destino común.
No somos capaces de defendernos,
el propio silencio dice más que las palabras
y todo lo que habla está hecho de carne mortal.

Louis-René des Forêts
Poemas de Samuel Woods



"La palabra que lo dice todo, ¿no revelaría a fin de cuentas más que la vacuidad de su inagotable caudal? Tal vez incluso sólo apunta a perderse en la insignificancia, el fracaso debidamente comprobado para terminar teniendo a partir de allí el valor de un éxito, si es cierto que semejante noción puede servir para designar aquello que, negado cuando no rechazado como desprovisto de consistencia, debería proscribir su uso.
Pausa, reanudación, pausa y reanudación de nuevo, éxtasis pánico, principio de reanudación jadeante, últimos sobresaltos de la máquina ahogada, detención esta vez sin reanudación. Cabeza vacía, ojos cerrados, boca cosida, sueño subterráneo ad infinitum, despojo en descomposición, sustraído de la mirada de los vivos. Un punto, es todo."

Louis-René des Forêts
Paso a paso hasta el último


"¿No están cansados de hablar para no decir nada?"

Louis-René des Forêts


Ostinato

También hay que añadir que la búsqueda escrupulosa de la verdad, la absurda pretensión de decirlo todo, son instancias a las que el sometimiento equivaldría a encerrarse en los límites de un objetivo y, por lo tanto, a perder, por ese afán de probidad, lo que sólo las fuerzas del azar, continuamente cuestionadas mediante el lenguaje y condicionadas por él, designan en el punto más alejado como el centro activo, la sustancia subterránea de la que se alimenta el ser, sea cual sea la pérdida de intensidad que conlleva u representación aproximada que, relacionada con la duración cambiante de la vida, debe variar sus trayectos y confiar para cada uno de ellos, en las oportunidades de la suerte, fuera de toda atadura a un orden preestablecido o de conformidad respetuosa con la realidad de los hechos detrás de la cual se disimula, como las ascuas debajo de las cenizas, lo que las palabras tienen la misión de reavivar.
(...)
Todo, sin embargo, lo llevaría a apartarse de ese caos desolado, si no fuera porque significaría arruinar el movimiento que lo condujo hasta ahí, firmar su derrota incluso antes de fracasar. Tiene, pues, que seguir su camino hasta los límites extremos de lo soportable, aunque tenga que desgarrarse cruelmente con las espinas, atravesar sofocado todos los fuegos del infierno para rendirse justo la víspera de llegar a la meta, que será el momento de morir como cada cual sin haber realizado su prueba.
(...)
Cualquiera que niega el hecho consumado entra en con­flicto consigo mismo y, sometido sin remisión a todos los refinamientos de la conciencia y de su desgracia, nunca vol­verá a encontrar la calma, a no ser que confíe, mediante un cálculo cobarde, en los efectos terapéuticos del tiempo pa­ra impedir que la conciencia lo rija y lo destruya, pero, aunque la necesidad de tomarse un respiro debiera llevar un día a eso, ¿cómo aceptar esa tregua que sería sinónimo de traición?

Más vale no curarse si es para volver dócilmente a la vida y sus deberes, donde, al desaparecer toda visión, no habría entre ellos otra relación que la distancia infranqueable que los separa, ni otros recursos contra las lágrimas que una voluntad de indiferencia, una oscura renuncia, la sumisión a las realidades inflexibles de las que la mente profundamente afectada se había apartado, oponiendo al mundo es­trecho de la razón su dolor infinito.

Louis-René des Forêts
Versión de Maryse Privat



"¿Será pues una apariencia lo que nos enseñe lo que somos, a nosostros que buscamos ávidamente nuestra verdad secreta?"

Louis-René des Forêts


"Sería interesante saber si el hecho de que hubiera obtenido su primer éxito y sufrido su primer fracaso en el papel de Don Juan no respondía a una voluntad suya de premeditación y como a un deseo de desarmonía. Yo no me contaba entre los espectadores especializados que sintieron desde las primeras escenas una suerte de malestar del que hicieron primero responsables a su mala disposición personal o a la acústica defectuosa de la sala; quizás se debía a que Molieri volvía a ejercer sobre mí una fascinación que me impedía prestar atención a las insuficiencias de su voz, a las alteraciones cada vez más flagrantes que le imponía la partitura animándose a brindar récords injustificables."

Louis-René des Forêts
La habitación de los niños









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