Agua de canela
Agua de canela tiene tu piel
miro tus ojos en el espejo del agua
miro tu pelo en las rejas de mi alma
Agua de canela tiene tu piel
toco tu cuerpo con la brisa de mi calma
tengo mi vida presa en tu morada
Agua de canela tiene tu piel
cubro mi cara con la forma de la tuya
tomo tu mano con los nervios de la mía
Agua de canela tiene tu piel
sigo las veredas que dejan tu silueta
siento mi pecho latiendo en libertad
Agua de canela tiene tu piel
Marcabrú
I. Ahora que mi corazón está en calma de nuevo por la alegría que gozo, y ya que Amors quiere separar y escoger y yo espero que me toque buena suerte; debo afinar mis canciones de modo que no sea acusable; hasta por poca cosa un hombre puede quedar desmentido.
II. Aquel a quien Amors distingue es feliz, cortés y sabio, y aquel a quien Amors rechaza quedará sujeto a la fuerza destructiva, porque cuando se rechaza al fin’ Amors, él rechaza a su vez y enajena a quien mancha su nombre.
III. Así son los falsos jueces, y los ladrones, los esposos falsos y los falsos testigos, los embozados y los que calumnian, los que venden su lengua, los saltaconventos y las putas ardientes que toman a los maridos de otras: todos estos serán premiados con el infierno.
IV. Los asesinos y los traidores, los simoniacos y los charlatanes también, los disolutos, los usureros, los que viven de trabajos que dañan a otros; los que se entregan a los encantamientos y las hechiceras de mierda, todos serán pasto de las llamas.
V. Los borrachos y los extorsionadores, los abates falsos y los falsos presbíteros, las falsas monjas, los falsos monjes también tendrán ahí su tormento, se los dice Marcabrú, porque esa gente tiene ahí reservación; así lo promete fin’ Amors, y ahí será el llanto de los desesperados.
VI. Ay fin’ Amors, fuente de todo bien que iluminas al mundo, ten misericordia y defiéndeme desde ahora de los aullidos y el miedo de estar ahí; yo soy tu prisionero en todas partes y espero que seas mi guía.
VII. Mediante estos versos domeñaré a mi corazón, voy a reprenderme más que al resto: porque si uno quiere culpar a otros mejor que se guarde de no ser culpable de lo mismo que acusa y pueda advertir a los demás sólo si está seguro.
Marcabrú
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