En la actualidad la ovnilogía profunda ha traspasado los parámetros en
los que se mueven tanto la ciencia como la lógica humana, y adentrarse en el
estudio del fenómeno extraterrestre es entrar por el resbaladizo y perturbador
mundo de lo paranormal y de lo mitológico. Perturbador y resbaladizo pero real,
con un tipo de realidad que trasciende las fronteras de la engolada ciencia y
hasta del normal sentido común.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 4
Decía el vidente Parravicini que la Tierra es «un
planeta de castigo». Él tenía la impresión de que nuestro mundo es el lugar
donde envían a los que se han portado mal en vidas anteriores o en otros
lugares del Cosmos. Viendo el estado caótico y suicida de la sociedad humana de
todos los tiempos y su manera salvaje y semirracional de actuar, cada vez me
convenzo más de que lo que parecía la fantasmada de un iluminado tiene mucho de
realidad.
Salvador Freixedo
Teovnilogía, página 4
Cuando echamos una primera mirada a las grandes
autoridades que se supone dirigen el mundo, lo primero que nos llama
poderosamente la atención es la canalla gobernante. ¡Qué gentuza! Ladrones,
mafiosos, buscones, chulos, rijosos, criminales, mentirosos, psicópatas,
prevaricadores, visionarios, traidores con sus propios conciudadanos y
fantoches de toda ralea son los que en estos momentos —y creo que así ha sido
siempre— tienen las riendas de este enorme rebaño humano extendido por toda la
superficie del planeta. Muchas veces, cuando he visto la «foto de familia»
publicada con gran despliegue en todos los periódicos tras alguna de las
cumbres en las que cada cierto tiempo se divierten, me he parado detenidamente
a identificar cada una de las caras y en voz alta he ido diciendo: «Este
tendría que estar en la cárcel por prevaricador, este por estafador, este por haber
ganado las elecciones haciendo trampa, este por borrachín, este por tener a su
país en la miseria cuando dedica la mitad del presupuesto al ejército, este por
haberse llevado a Suiza el dinero que robó, este por no haber cumplido nada de
lo que prometió antes de las elecciones, este por haber comprado la presidencia
con dinero del erario público, este por haber ayudado a sus amigos banqueros a
blanquear ingentes cantidades de dinero, este por haber asesinado a sus
enemigos políticos, este por indecente pues usaba a sus secretarias debajo de
la mesa presidencial, este por tener tratos con la mafia, y a este habría que
bajarlo de la presidencia sencillamente por incompetente o por haberse sentado
a pactar con una banda de asesinos, contra el parecer de la mayoría de los
ciudadanos de su país». Se me dirá que exagero, porque no todos los presidentes
de las naciones merecen estas descalificaciones, y es cierto. Pero lo triste es
que un gran número de ellos sí las merecen, cuando lo lógico sería que por estar
colocados en puestos de tanta responsabilidad fuesen unos ciudadanos
ejemplares. Como también es cierto que la lista de expresidentes que han sido
condenados por los tribunales —y si no lo han sido es porque previamente habían
amordazado al poder judicial — es abundantísima: desde monstruos como Stalin,
Mao, Hitler, Idi Amín, Bocassa, Pol Pot, Hafez al Assad y su hijo Bashir,
pasando por trápalas, visionarios, borrachos, locos y dictadores de medio pelo
más o menos sanguinarios y ladrones como Fidel Castro, Yeltsin, Milosevic,
Pérez Jiménez, Batista, Chávez, Somoza, Ortega, Pinochet, Than Shwe, Ríos
Montt, Ceauchescu, Duvalier, Perón, Sheid Arhmed, Hassan II y su hijo, Mubarak,
Hugo Banzer, Trujillo, Niyazov, Hamad Bin Hamdan, Macías, Kim Il Sung y su hijo,
Gadafi, Stroessner, Sukarno, Suharto, Mobutu, Mugabe, Videla, Ben Alí, Obiang o
Jacob Zuma, hasta personajes tan «honorables» y «demócratas» como Andreotti,
Putin, Craxi, Clinton, Nixon, Carlos Andrés Pérez, Mitterrand, Berlusconi, Bush
padre e hijo, Menem, el irresponsable Zapatero, Kirchner y señora, Echeverría,
López Portillo y todos los presidentes del PRI, etc. La lista de buscones,
aprovechados, incompetentes, listillos o indeseables que han llegado a
presidentes de sus respectivos países podría hacerse larguísima. Y todos los
citados son ¡contemporáneos míos! Con esta gentuza al frente de los destinos de
la humanidad, es totalmente lógico que esta esté como está. Pero una vez más
nos asalta una pregunta: ¿cómo es posible que individuos de esta calaña lleguen
a esos puestos? Porque la realidad es que muchos de ellos son presidentes de
países que aparentemente tienen regímenes democráticos y donde las elecciones
se celebran limpiamente. Efectivamente, se celebran elecciones, y en la mayor
parte de los casos aparentemente limpias, pero la manipulación de las masas por
parte de los medios de comunicación, la escasez de políticos honestos y
evolucionados y el atontamiento y borreguismo de nuestra sociedad son tales que
es como un cáncer sistémico que ha invadido ya la esencia de muchas de las
instituciones que constituyen el meollo de una verdadera democracia y en las
que se basa nuestra convivencia. La independencia de los tres poderes es una
pura utopía. La democracia de muchos países, y por supuesto la de España, es en
estos momentos una farsa y una total mentira. El Cuarto Poder (la prensa y los
masivos medios de comunicación), que debería ser un gran instrumento para que
los ciudadanos estuviesen bien informados, ha sido siempre un medio de
manipulación de las masas en manos de los políticos y de los poderosos.
Salvador Freixedo
Teovnilogía, página 6
Los pueblos se pudren por la cabeza y la corrupción de
los mayores dirigentes de este planeta alcanza ya niveles de espanto. Y
paralelo a ello está el borreguismo de los ciudadanos de los países
desarrollados que, engañados por los grandes medios de comunicación y
especialmente entontecidos por la televisión, engordan más o menos satisfechos
con su nivel de vida y con la paja endulzada con la que las pantallas de
televisión alimentan a diario su cerebro. Al mismo tiempo, las masas
depauperadas africanas y las de los países no desarrollados arrastran su
hambre, su malaria, su sida y su asco de vivir, amedrentadas por algún gorila
con estrellas de general o gobernadas por algún político ratero con cuentas en
Suiza. El país helvético, tan modélico y tan desarrollado, ha sido por muchos
años la cloaca donde ha ido a parar todo el estiércol monetario que enviaban
los ladrones de los pobres de todo el mundo.
Salvador Freixedo
Teovnilogía, página 9
El fenómeno hoy en día tiene que ser considerado
sociológica y psicológicamente y relacionado con la evolución o involución
física y espiritual de la raza humana.
Salvador Freixedo
Teovnilogía, página 23
Hoy, una de las principales tareas de la ovnilogía
debería consistir en tratar de averiguar hasta qué punto los secretos
dirigentes del planeta (entre los que prevalecen los militares y que no son
necesariamente los que aparecen en los periódicos) están en connivencia con
estas inteligencias extrahumanas y cuáles son sus propósitos finales.
Salvador Freixedo
Teovnilogía, página 29
Da la impresión de que, valiéndose de los grandes
medios de comunicación y sobre todo de la televisión, nos están imponiendo ideologías,
costumbres, tecnologías, alimentos, diversiones y sistemas económicos que son
un auténtico veneno para la humanidad. Los líderes de las naciones (que en gran
parte son deshonestos, corruptos y apegados al poder) están ciegos ante los
gravísimos problemas que amenazan a la raza humana y torpe e inconscientemente
están obedeciendo las consignas de alguien que quiere destruir a la humanidad o
convertirla en esclava.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 29
El nivel en el que actualmente se encuentra la
ovnilogía avanzada es el de averiguar cuáles son las intenciones de esos seres
(vengan o no vengan en ovnis) y ver qué es lo que, de una manera muy
disimulada, están haciendo en nuestro planeta.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 32
Cuando uno se adentra en la interioridad del fenómeno
llega a límites en los que no solo se bordea la credibilidad de los hechos sino
la propia capacidad de la mente humana para comprenderlos.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 36
La conclusión de todo esto es que la humanidad está en
un momento crítico en su milenaria historia. Después de haber pasado miles de
años en una especie de infancia intelectual, creyendo en los «dioses» de las
diversas religiones, hemos despertado y caído en la cuenta de que aquellos
«dioses» son los mismos personajes que en la actualidad estamos viendo surcar
los cielos en unas misteriosas naves, dibujando complicadísimas y preciosas
figuras encima de las cosechas de nuestros campos, presentándose en forma de
apariciones religiosas o introduciéndose sin haber sido invitados en nuestros
domicilios. Pero ahora ya no nos pueden engañar pidiéndonos adoración y
diciendo que son dioses o espíritus. Y no solo eso, sino que también hemos
caído en la cuenta de que nuestras mentes han sido desde siempre totalmente
manejadas por ellos porque nos consideran su rebaño. Nos manipulan y nos usan
de mil maneras, al igual que nosotros usamos a los animales «inferiores», por
mucho que nuestro amor propio se resista a creerlo. Es cierto que esta
manipulación ha existido siempre, pero en este último siglo, y especialmente en
los últimos sesenta o setenta años, debido a los modernísimos instrumentos que
estas malvadas inteligencias han puesto en nuestras manos —auténticos juguetes
envenenados para los que la humanidad no estaban preparada—, hemos entrado en
un estado de agitación y alienación suicida que nos está llevando a toda
velocidad a una etapa donde la convivencia entre los pueblos va a ser mucho más
difícil.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 36
La espantosa historia humana lleva el sello de la
constante intromisión de estos malévolos seres extrahumanos en las mentes de
los grandes líderes de la humanidad en todos los tiempos.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 41
Por desgracia, y debido a una estrategia de los
tripulantes de estos misteriosos aparatos que vemos en los cielos, los ingenuos
ufólogos han estado entretenidos en la variadísima casuística de apariciones,
contactos y abducciones de todo tipo y no han sabido que se trata de una treta
para que no descubramos la tremenda realidad y el enorme misterio que hay
detrás de todo el fenómeno de los ovnis, un misterio que nos acerca a otros
posibles niveles de existencia, a la vida después de la vida, al origen y la
dinámica del Universo y en definitiva a ese enorme misterio que todos los
pueblos han llamado desde siempre «Dios».
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 44
La directa influencia de estas inteligencias negativas
en la mente de las grandes autoridades mundiales es la verdadera y profunda
causa del mal que reina en el mundo.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 54
En realidad, la ovnilogía está en la raíz de todas las
religiones y en el fondo de la mayor parte de la casuística anormal o
paranormal con la que están todavía tan entretenidos tantos ovnílogos,
psicólogos, psiquiatras y parapsicólogos. Comprendo que al decir esto hago
enemigos, no solo entre los muchos cristianos de vía estrecha sino también en
la ciencia oficial y entre los amantes del misterio.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 54
Es una regla general que en los mensajes de los
contactados las verdades están muy mezcladas con las mentiras, predominando en
gran medida estas sobre las primeras.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 59
Esta es una deducción que tenemos que hacer, a juzgar
por sus muy diferentes formas físicas o parafísicas y sus maneras de actuar,
que no acabamos de explicarnos, porque muchas veces nos parecen completamente
absurdas y contradictorias. Esta contradicción en su manera de actuar es parte
de su estrategia para que la humanidad siga en su eterna confusión y duda
acerca de la existencia real de ellos y de su activa presencia entre nosotros,
y específicamente para que científicos e intelectuales desprecien todo el
fenómeno y no caigan en la cuenta de lo que hay detrás de él.
Son varias las conclusiones de índole general a las
que tras más de sesenta años de observaciones hemos podido llegar. He aquí unas
cuantas:
· 1. Parece que algunos están en desacuerdo con la
manera de actuar de otros y de alguna manera les obstaculizan su trabajo,
impidiéndoles hacer todo lo que ellos quisieran. Hay testimonios de auténticas
batallas entre ellos.
· 2. Por el contrario, hay alianzas entre bastantes de
ellos, pues aun teniendo formas físicas completamente diferentes, en muchas
ocasiones se los ha visto actuar juntos.
· 3. Algunas «razas» son menos avanzadas y parecen
estar supeditadas y al servicio de otras. Hay claras jerarquías entre ellas (lo
mismo que la teología cristiana dice que las hay dentro de los ángeles y los
demonios).
· 4. Las «razas» más avanzadas tienen el poder de
fabricar entidades a las que pueden dotar de una inteligencia rudimentaria.
Pueden también clonar o fabricar copias perfectas de seres humanos.
· 5. Las «razas» más avanzadas tienen la capacidad de
cambiar temporalmente de forma a voluntad, de modo que pueden presentarse como
individuos humanos y convivir con nosotros, o también pueden influir en nuestra
mente y hacer que los veamos como seres humanos normales. La mayoría de los que
comúnmente se llaman grises, aunque también pueden influir en nuestra mente y
hacerse invisibles, no pueden cambiar de forma.
· 6. Bastantes de ellos parecen tener un gran interés
en todo lo que se refiere a la multiplicación de la especie y por ello observan
muy de cerca cómo es la nuestra e interfieren en ella de muchas maneras. Aunque
parezca extraño, la actividad sexual entre los humanos y con humanos les interesa
grandemente y por diversas razones a muchos de estos seres. (Igual que vemos en
el Génesis y en las historias de los dioses mesopotámicos).
· 7. No todos los visitantes tienen formas humanoides.
En muchas ocasiones se han visto formas animalescas capaces de interactuar
inteligentemente con los humanos. Ciertos seres reptilianos de gran estatura
son unos de ellos y, al parecer, los de mayor categoría y peores intenciones
hacia los humanos.
· 8. Una cosa en la que parece que están todos de
acuerdo, por muy diversos que sean sus orígenes, sus capacidades y sus
intenciones, es en no manifestarse claramente. La finalidad es que los humanos
no caigamos en la cuenta de que no somos los únicos seres inteligentes que
pueblan este planeta. Se dejan ver aisladamente, pero dejando siempre tras de
sí algún dato o circunstancia que induzca al testigo o a los investigadores a
dudar de la realidad de lo visto.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 70
Esta variedad en las formas y en las actuaciones —a
veces contradictorias— de los «extraterrestres» la vemos reflejada en la
multiplicidad de las creencias religiosas, que también con gran frecuencia son
contradictorias entre sí. Si admitimos que estos seres que se nos aparecen en
ovnis son los mismos que se les aparecían y se comunicaban con los fundadores
de todas las religiones, y si son tan diferentes unos de otros, no tiene que
extrañarnos que las religiones acusen en sus creencias todas estas diferencias
y contradicciones. Las diferencias entre todos estos visitantes, si son grandes
en cuanto a lo material y visible (por ejemplo, en las formas de sus
vehículos), son aún mayores en lo mental y en lo espiritual. Como dijimos,
algunas «razas» tienen mucho más poder que otras. Las menos evolucionadas, y
por lo tanto menos poderosas, se ocupan preferentemente de cosas materiales y
físicas (obtención de productos, energía, reproducción, etc.), e interfieren
con los humanos para obtener las cosas más o menos materiales que les podemos
brindar. Las «razas» o los «pseudodioses» más evolucionados y de un desarrollo
mental muy superior al nuestro y al de estas «razas» inferiores buscan en
nosotros algo mucho más sutil y por otra parte mucho más difícil de obtener,
como es la energía mental que producimos con nuestro cerebro mediante el miedo,
la excitación, el entusiasmo, la adoración o el dolor. Estas «razas» más
«avanzadas» son las que nos interesan, porque son las que tienen una relación
más profunda con nosotros, aunque sea mucho menos visible que la que tienen
otros «extraterrestres» más conocidos, como son los grises. De estos conocemos
muchas variedades y parece que son los que componen la mayoría de nuestros
misteriosos visitantes. Probablemente son más abundantes que los seres más
avanzados; sin embargo, su influencia con los humanos es menos importante. Digo
seres «más avanzados» y me abstengo de llamarles «más evolucionados» porque la
realidad es que su evolución ha sido más bien una involución. Han evolucionado
hacia la maldad y hacia la perversión. Estos son los auténticos demonios a los
que la Iglesia se ha referido siempre. Son los «espíritus malignos» a los que
se refería san Pablo cuando en su carta a los efesios dijo: «Nuestra lucha no
es contra la carne ni contra la sangre, sino contra los Dominadores de este
mundo, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas» (Efesios 6, 12).
Es el mismo personaje al que veíamos que Cristo llamaba repetidamente «príncipe
de este mundo» y al que vemos en el evangelio apareciéndosele y tratando de
engañarlo y hasta incitándolo al suicidio (Mateo 4), tal como hacen con muchos
contactados de nuestros días. La razón de que en la moderna ovnilogía se llame
«reptilianas» a estas malignas inteligencias es porque no pocos contactados o
abducidos aseguran que los rasgos faciales de los seres que trataban con ellos
eran como de ofidios.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 72
Es muy curioso que, en el Paraíso, Satanás también se
les apareciese a Adán y Eva como un ofidio, y es también altamente extraño que
en la Biblia veamos cómo Yahvé le dice a Moisés que mande hacer una serpiente
de bronce y que la ponga encima de una asta, de modo que todos los que hubiesen
sido mordidos en el desierto por una serpiente la invocasen. «Y sucedía que
cuando los que habían sido mordidos la miraban, se curaban» (Números 21, 8-9).
Y también es altamente extraño que ya en el Nuevo Testamento, en el
Apocalipsis, a Satán se le llame «la Gran Serpiente» y «la Serpiente Antigua».
El culto a serpientes, reptiles, batracios y saurios es muy común en todas las
mitologías. En Oriente lo tenemos en forma de dragones, y en América está de
una manera eminente y central en la mitología de los hopis y lo podemos ver en
enormes cabezas de serpiente o de lagarto en las pirámides mejicanas y en los
templos de Palenque. Egipcios y griegos creían en cacodaimons y agazodaimons
(malos y buenos espíritus) y ambos eran representados con cuerpos de serpiente
y cabeza humana. El Demiurgo de los gnósticos, del que hablaremos enseguida,
era representado con cuerpo de serpiente y cabeza de león. En Galicia existe la
tradición de ancestrales cultos da serpe, y yo he visto en la primitiva base de
más de un cruceiro formas semiborradas que hacen sospechar de la presencia de
viejas figuras de serpes.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 74
En la teovnilogía no hay problema para explicar la
existencia y la personalidad del Yahvé del Pentateuco. Sencillamente, es un
«espíritu maligno» más, a juzgar por lo que la misma Biblia nos dice de él. Se
disfrazó de Dios al igual que hicieron la mayoría de las divinidades de las
otras religiones. En cambio, la persona de Jesús de Nazaret, a juzgar por sus
hechos, se nos muestra como todo lo contrario.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 77
La teovnilogía tiene una explicación muy lógica para
explicar la figura de Cristo porque sabe que nuestros visitantes
extraterrestres tienen intenciones muy desiguales y contrarias y que los hay
que abiertamente quieren ayudarnos, aunque, por desgracia, su injerencia en
nuestras vidas sea mucho más respetuosa y menos abundante que la de los que nos
quieren perjudicar. A esta desigual injerencia y disponibilidad parece que iban
dirigidas las palabras de Cristo cuando les dijo a sus apóstoles: «Los hijos de
las tinieblas son más audaces [o más activos] que los hijos de la luz».
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 77
Si los ovnílogos quieren estar en la vanguardia de las
investigaciones de tan misterioso, profundo y trascendental fenómeno, sin dejar
de estar atentos a la casuística puntual pero secundaria, deberían fijarse más
en el creciente estado caótico —en el fondo antihumano y suicida— en que
rápidamente está cayendo la humanidad, que es producto de la agenda y de las
inteligentísimas estrategias de estos seres malignos. Estos seres son llamados
«nefilim» según el Génesis, «Satanás» o «demonios» según el cristianismo,
«demiurgos» según los gnósticos, «jinas» o «eblis» según el islam, «Ariman» o
«asuras» según los zoroastrianos, «reptilianos» según los ovnílogos, «deros»
según Shaver, «annunaki» según Zecharia Sitchin, «teócratas» según Kyle
Griffith, «arcontes» según Gurdieff, Baines y otros autores, «loas» según el
vudú, «la Hermandad» según Brambley, «nagas» según los hindúes, «xibalbá» según
los mayas, «chitauri» o «imanuhila» según los zulúes sudafricanos, o «malos
espíritus» en todas las religiones sin excepción.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 86
La historia del ser humano sobre la Tierra tiene
muchos misterios que mientras estemos metidos en esta carcasa de carne no
seremos capaces de desentrañar por completo.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 87
Los dioses mesopotámicos contemporáneos de Abraham, el
padre de la religión judaica. Estos dioses tienen muchísimo que ver con el tema
que estamos tratando. De su existencia y de la relación que tenían con aquellos
pueblos, tenemos muchos documentos, y por ellos podemos saber que eran unos
seres: — reales, — físicos; — visibles; — muy crueles; — amantes de la sangre;
— muy sexuales; — semizoomorfos. Algunos de los documentos pétreos en los que
podemos ver la inmediata presencia de estos dioses son la estela de Mesá, el
cilindro de Ciro, el obelisco de Salmanasar o los códigos de Hamurabi, en los
que hay unos «mandamientos» y leyes anteriores a las de Moisés, y los del rey
Lipit-Ishtar o los hallados en Tell Harmal. Pero la fuente más importante de
noticias sobre las creencias de aquellos pueblos y sobre sus dioses son las
famosas tablillas de Ur y Ugarit, traducidas por Arno Poebel, Edward Chiera y
Zecharia Sitchin y muchos otros especialistas en escritura mesopotámica, y más
aún las de Ebla, en Siria, en las que Paolo Matthiae, de la Universidad de
Roma, encontró una biblioteca con más de 20.000 tablillas de arcilla.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 88
Llegados a este punto no tenemos más remedio que
adentrarnos aún más por los campos de una conspiranoia que, si bien tiene
partes dudosas, tiene también muchos hechos que la corroboran. Estos hechos son
que aquellos «dioses», que según nos dice la Biblia se unieron a las hijas de
los hombres, al hacerlo parece que dejaron unas «líneas de sangre» que se han
conservado a lo largo de los siglos y que constituyen las familias de las que a
lo largo del tiempo han salido los más importantes líderes de la raza humana.
En palabras más de acuerdo con la terminología moderna, estos «dioses» dejaron
en el ADN de sus descendientes unos genes que los dotaban de una inteligencia
superior, al mismo tiempo que hacían sus mentes más penetrables y más
manipulables. Muy probablemente los niños índigo de nuestros días tienen mucho
que ver con todo esto, al igual que el desproporcionado número de genios y
personas inteligentes que desde siempre se han dado entre los hijos de Israel.
En mi libro Israel pueblo-contacto intuí algo de esto, aunque entonces me quedé
muy lejos de llegar hasta la raíz de los hechos. Con el paso de los siglos,
estos genes, aparte de conservarse, se han ido expandiendo y ramificando entre
todos los pueblos de la Tierra, y los individuos que los poseen han ido siendo
seleccionadamente elegidos por estas inteligencias extraterrestres para ocupar
puestos importantes en el liderazgo de los pueblos. El fin último de esta
elección es el mantener el dominio sobre toda la raza humana, valiéndose de
estos inconscientes testaferros. Y debido a que los antiguos «dioses» sumerios
—los actuales ovninautas reptilianos — no han cambiado nada en su malignidad ni
en su odio a los seres humanos, se han ocupado muy bien a lo largo de los
milenios de ir poniendo al frente de las naciones a individuos «de su sangre»
que, en vez de construir una sociedad pacífica, hiciesen de este mundo una
constante batalla campal y un auténtico valle de lágrimas y desgracias. Esa es
la razón de la triste historia de la humanidad y la causa honda del mal en el
mundo. A lo largo de los siglos vemos a personas con un extraordinario poder al
frente de los destinos de los diversos pueblos. En muchas ocasiones, eran
generaciones enteras de la misma familia las que se mantenían el poder a lo
largo de muchos años. Naturalmente no tenemos pruebas de que estos poderosos
personajes históricos tuviesen genes heredados de los «dioses» sumerios,
acadios y babilonios o de que perteneciesen a las «líneas de sangre»
originarias de los elohim de las que nos hablan algunos autores. Sin embargo,
sí es muy curioso que personajes contemporáneos nuestros, que tienen el control
de países muy importantes, tengan entre ellos muchos vínculos familiares y en
cierta manera se pueda decir que provienen todos de un tronco común; y más
curioso todavía es que de algunos de ellos sepamos con certeza que son
descendientes de ciertos personajes históricos muy poderosos. Ateniéndonos a
nuestro tiempo, apellidos como los norteamericanos Bush, Clinton, Cheney,
Poindexter, Morgan, Warburg, MacNamara, Rockefeller, Brzezinski, Dulles y
muchos otros de la élite industrial y financiera de Wall Street, o los europeos
Rothschild, Rhodes, Milner, Soros, Kissinger, Albright, Carrington, Heath,
Churchill, Mountbatten, Rettinger (no confundir con Ratzinger), más los de las
tradicionales familias reales y nobles de Europa, según expertos genealogistas,
tienen sospechosamente muchos ancestros comunes muy poderosos, y las
genealogías de algunos de ellos se remontan a la alta Edad Media, siempre en
puestos de mando. A esto tenemos que añadir que todas estas mismas familias y
personajes, a pesar de ser una ínfima minoría comparados con el total de la
población mundial, tienen a través de la industria farmacéutica,
armamentística, petrolera y bancaria el control de las finanzas de la humanidad.
Y aunque a algunos les parezca increíble, muchos de estos famosos y
«honorabilísimos» personajes son los grandes responsables del tráfico de drogas
a nivel mundial,
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 96
Yo me considero un agnóstico que cree en Dios. Más
propiamente, diría que soy un semiagnóstico. Etimológicamente hablando, no soy
agnóstico en cuanto que sé que hay Algo que está por encima de la Creación y de
mi inteligencia; pero sí soy agnóstico en cuanto que no sé cómo es ese Algo.
Reconozco humildemente que mi pequeño cerebro no da para tanto; no da para
hacerse una idea de cuál puede ser la Causa Primera del Infinito Universo.
Dicho en términos de un creyente, cómo puede ser la esencia del Creador de
millones de galaxias, y dicho en términos de un agnóstico, cuál puede ser la
Razón Primaria del Cosmos.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 105
Sigo pensando que todas las religiones fueron y siguen
siendo una gran estrategia de los «extraterrestres» para mantenernos desunidos.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 109
Sé que lo que voy a decir a muchos les sonará a
herejía y a otros a ingenuidad, y ciertamente no me hubiese atrevido a decirlo
hace años, cuando desconocía todo lo que hay detrás del mundo de los ovnis.
Hoy, curado ya de un izquierdismo miope que me aquejó durante un tiempo, y
habiendo recuperado mi respeto y mi apego a la prédica del misterioso Jesús de
Nazaret, me atrevo a decirlo, aunque con ello me gane el distanciamiento de
amigos de los dos bandos. Considero a Jesucristo como a uno de esos buenos
espíritus que ese SER que los humanos llaman «Dios» ha ido mandando a la humanidad
a lo largo de los siglos para contrarrestar las influencias de los espíritus
malignos. Reconozco que no entiendo algunas de sus maneras de actuar, pero
reconozco también que yo no soy nadie para juzgar y comprender las obras de un
ser tan extraordinario. Acepto totalmente los valores esenciales de su doctrina
basados en la fundamental igualdad de todos los seres humanos y en la justicia,
en el respeto mutuo y en el amor, que son los únicos que pueden traer la paz y
la convivencia pacífica entre nosotros y que son radicalmente opuestos a los de
los espíritus reptilianos que dominan el planeta.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 110
¿Por qué existen estos malos espíritus? Repito: no lo
sé. Pero sí sé que esta profunda antipatía, junto a su gran superioridad con
respecto a nosotros, es la causa de todos los males que siempre han aquejado a
la humanidad. Y también que el ser humano que use bien su inteligencia y que
obedezca a lo que le dice su conciencia estará más libre de los ataques de
estas malignas entidades y mucho mejor preparado para pasar a otras dimensiones
cuando le llegue su hora.
Salvador
Freixedo
Teovnilogía,
página 113
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