Douchan Gersi

"¿Es posible que todos los mitos y leyendas surjan de la realidad? ¿Es posible que los mitos no sean tales, sino historias reales basadas en los antiquísimos poderes del hombre? Hoy más que nunca, creo que esto es cierto. Y tal vez sea la idea más fascinante de todas, al menos para mí, ya que significa que todo es posible."

Douchan Gersi
Tomada del libro Viajes inexplicables de Chris Aubeck y Jesús Callejo, página 151



"La victoria siempre comienza por la cabeza. Es un estado de conciencia. Luego se expande en forma tan radiante, y desencadena tales afirmaciones, que el destino no puede hacer otra cosa que obedecer."

Douchan Gersi


"Vi desaparecer a dos fieles ante mis ojos. Uno era varón y bailaba con otros miembros de la secta, todos en trance profundo, cuando de repente se volatilizó. Una hora después desapareció una mujer. Terminada la ceremonia, los dos creyentes aún no habían aparecido. Saint-Germain explicó que sólo los más iniciados son capaces de volar sin necesidad de una ceremonia. Los otros, como aquellos dos creyentes ausentes, tienen que regresar por otros medios, como personas normales –a pie, en autobúsdesde el lugar al que les han llevado sus vuelos...
Dicen que primero desprenden un brillo intenso y después se desvanecen de inmediato, dejando tras de sí una estela luminosa. Todo lo cual, por supuesto, no prueba que verdaderamente se produzca el vuelo. Lo que sí sucede es que cuando la gente ve o cree ver a alguien que se desmaterializa, la imagen visual es siempre la misma."

Douchan Gersi
Tomada del libro Viajes inexplicables de Chris Aubeck y Jesús Callejo, página 151




"Yo he visto gente volar, es decir, desmaterializarse y materializarse de nuevo en otro lugar. Si alguien dijera que ha visto a un hombre atravesar una pared, seguro que pensaríamos que no está en su sano juicio. Pero yo he oído un relato de estas características de labios de un sacerdote católico que me dio su palabra de honor sobre la veracidad de la historia. He aquí lo que ocurrió: su sacristán se precipitó hacia la pared y, en vez de estrellarse contra ella, desapareció como si la estuviera atravesando; apareció al otro lado y prosiguió tranquilamente su carrera. El sacerdote que me contó la historia es un respetado profesor con titulación equivalente a un doctorado norteamericano en filosofía y en sociología. Pasó muchos años de misionero en Haití; además de ser experto en vudú, es autor de dos libros que relatan ciertos misterios que tuvo oportunidad de presenciar. Este sacerdote es francés y se llama Jean Kerboull. Creí la historia del padre Kerboull porque cuando pregunté al lama al que había visto levitando en el monasterio budista acerca de la posibilidad de hacer viajes astrales, el lama respondió: –Sí, es posible desplazarse físicamente a través de los objetos sólidos y del espacio. Yo lo he hecho y puedo hacerlo cada vez que lo necesito. –¿Cómo puede desplazarse el cuerpo humano a través del espacio y atravesar objetos sólidos? Respondió con otra pregunta, tal como hacía a menudo: –¿Cómo puedes hacer pasar un trozo de hielo a través de una túnica? –No lo sé –repuse. –Es fácil. Cambiando la naturaleza del trozo de hielo. Caliéntalo y se convertirá en agua; calienta el agua y será vapor. El vapor puede pasar a través de la túnica. Luego invierte el proceso. El vapor refrigerado se convierte en agua; el agua sometida al frío vuelve a ser hielo. –Comprendo –dije–. Pero ¿pero cómo se puede cambiar la naturaleza del cuerpo humano? –El ser humano está compuesto por dos cosas: un cuerpo físico, el que vemos, y un cuerpo invisible, al que llamamos cuerpo astral o etéreo. Cuando quiero ir a un lugar determinado que puede estar a muchos kilómetros de aquí, tan sólo tengo que pensar que estoy allí: el pensamiento puede engendrar acción; esto envía y sitúa allí al cuerpo invisible de manera instantánea. Si aumento la frecuencia de onda del cuerpo físico, el cuerpo se hace invisible; si aminoro la frecuencia de onda del cuerpo invisible, vuelvo visible el cuerpo. De este modo puedo desplazarme por el espacio y atravesar objetos sólidos al instante. Por todo ello creí la historia del padre Kerboull, pero deseaba verla con mis propios ojos. Desafortunadamente estábamos en París y él no podía volver a Haití. –La próxima vez que vayas a Haití –aconsejó– intenta localizar a mi sacristán; debe de estar trabajando en otra parroquia. Si no lo consigues, tendrás otras oportunidades de ver este tipo de fenómenos; en Haití existe una sociedad secreta de hombres voladores que se dedica a estas cosas. La sociedad tiene muchas logias por toda la isla, pero sus miembros son muy reservados con respecto a la pertenencia a esa secta. Sé paciente e intenta infundir confianza antes de hacer preguntas."

Douchan Gersi
Sabidurías invisibles
Tomada del libro Viajes inexplicables de Chris Aubeck y Jesús Callejo, página 148
























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