Franz Hinkelammert

"Frente a la idea del progreso histórico, se intenta ahora volver a la visión griega de una historia circular y oscilante. Cuando Freud analiza el complejo de Edipo, desemboca ya en esta visión. El padre mata al hijo, el hijo mata al padre, el Papa así sucesivamente hasta la eternidad. Parece ahora lo verdaderamente realista. Nietzsche lo transforma en una nueva metafísica del eterno retorno: todo ya ha ocurrido y todo volverá a ocurrir. Una vida idílica
en la cual el fuerte se coloca arriba y el débil pierde, pero en la cual nadie tiene que reclamar. No se reclama porque es así. Eso parece ser ahora lo realista, la lucha entre enemigos reales que ya no se transforman mutuamente
en enemigos ideológicos. Parece ser la vuelta a los griegos y a los romanos.
Sin embargo, antes de llegar a esta situación idílica hay que exterminar al universalismo humanista y a sus portadores. En nombre de la salida de la solución del problema surge la forma más agresiva de caer en él: la forma del nazismo. Es el ilusionismo mayor y más destructor: asegurar violentamente un
mundo sin utopías e ilusiones. Y este mundo sin ilusiones que se promete, es el mundo sin universalismos humanistas. Se presenta como la recuperación de lo humano por la destrucción del humanismo. Y como este universalismo tiene mucho que ver con sus raíces judías, esta agresividad en contra de él se
transforma rápidamente en una agresividad en contra de los judíos. Hay que eliminarlos, para que sea posible este mundo sin humanismo. De ellos vino, con ellos se va. Ellos tienen la culpa de la miseria del Edipo occidental.
Es el levantamiento en contra de Dios y de la humanidad.
Se trata de un levantamiento que se mantiene, aunque el nazismo haya terminado. Llega hoy al límite de la prueba empírica de que el universalismo humanista no es viable. Si la tierra ya no puede sostener a todos los hombres, el reclamo del derecho a la vida de todos los hombres y con eso el universalismo humanista en todas sus formas, pierde su sentido realista. Se transforma en irreal e ilusorio. Cuanto más se destruye a la naturaleza, cuanto más se aumenta el número de seres humanos más se acerca el momento en el cual los hombres ya no cabrán en el planeta. En el día en el cual ya no quepan, el Dios judío y cristiano es refutado. Para que unos vivan, otros tienen que morir. Cualquier reclamo de igualdad humana deja de ser realista, es empíricamente refutable. Para que un hombre viva, este tiene que matar a
otro. De esto se sigue: Dios no existe porque dejó de ser posible seguir su mandamiento. Entonces, el universalismo humanista es efectivamente ilusorio, un utopismo sin más. La humanidad se acerca a este momento. Es el regreso de Nietzsche, pero ahora como único filósofo realista.
Si no hay mediación entre dominación y liberación, este es el destino. Es la sociedad occidental in extremis. Ganó la lucha con Dios."

Franz Hinkelammert
La fe de Abraham y el Edipo occidental


"La libertad en términos de preferencias debe estar condicionada a la libertad en términos de satisfacer necesidades, que es la libertad fundamental. El respeto por las preferencias hace la vida más o menos agradable. El respeto por las necesidades hace la vida posible o imposible."

Franz Hinkelammert
En una entrevista


"La relación mercantil, hoy totalizada, produce distorsiones de la vida humana y la naturaleza que amenazan esta vida, y precisamente la vivimos como amenaza. Experimentamos el hecho de que el humano es un ser natural con necesidades que van más allá de simples propensiones a consumir. Satisfacer necesidades resulta ser la condición que decide sobre la vida y la muerte, mas la relación mercantil totalizadora no puede discernir entre la vida y la muerte, sino que es una gran máquina aplanadora que elimina toda vida que se ponga en el camino por el que avanza. Pasa por encima de la vida humana y la naturaleza sin ningún criterio, salvándose sólo quien logra quitarse de su paso."

Franz Josef Hinkelammert 




"Los cálculos de utilidad de grupos constituyen solidaridades, lo que demuestra que la solidaridad es un valor formal y no puede constituir el bien común. Pero solamente dentro de solidaridades se puede hacer presente el bien común -pero de solidaridades especificadas por el bien común. Así, a partir del postulado de la razón práctica se accede a la ética, pero no se trata de una ética normativa y absoluta, sino del principio de generación de la ética en cuanto ética necesaria, cuyos presupuestos son el postulado de la razón práctica asesinato es suicidio y el sujeto que se afirma como sujeto concreto vivo. Dado el postulado, de la afirmación del sujeto sigue una ética, que no consiste en un conjunto de normas, sino en una historia de la producción de normas. Las normas se descubren como normas que corresponden al principio de la generación de la ética. Por eso esta ética puede ser histórica. En cada momento histórico hay que decidir de nuevo cuál es la ética que corresponde a la situación. Pero nunca se trata de normas como deber de cumplimiento, sino de normas como mediación entre el sujeto y una realidad, en la cual asesinato es suicidio; no se trata solamente de un principio de la generación de la ética, sino de la generación de la religión, incluido el ateísmo. Por esta misma razón el reino de Dios no es una sociedad más justa ni su anticipación, sino la realidad trascendente que empuja desde el interior de la realidad empírica hacia la constitución de sociedades justas. Escuchar el llamado que viene de esta realidad trascendente es condición de posibilidad de la propia realidad empírica. El resultado es que quien no quiere el cielo en la Tierra deja el infierno en ésta, el que estamos viviendo."

Franz Hinkelammert
El cálculo de utilidad 



"No es muy fácil, porque las imaginaciones que se produjeron en el siglo XIX, en cuanto al socialismo, hoy no funcionan. Hasta la palabra socialismo, no funciona. Se dice: “¡queremos socialismo!”, pero nadie sabe lo que es eso. Hace 100 años todo mundo sabía, pero ahora no, entonces, “socialismo del siglo XXI”… yo nunca he hablado del socialismo del siglo XXI porque no hay ninguna concepción que diga cuál es. Entonces, hay una base para una nueva sociedad, que primero es negativa. No se puede basar ningún paso al socialismo con la desaparición del mercado, no se puede, ni se puede abolir en Estado, ni el mercado, ni el matrimonio, eso son los tres, se puede cambiar el matrimonio, hacerlo entre hombres o entre mujeres, todo eso, pero no se puede eliminar el matrimonio. ¿No es curioso? ¿Por qué se tienen que casar? Porque el matrimonio es algo “diferente”, es una institución, tú no puedes hacer sociedad sin una institución matrimonio, tú puedes cambiar el matrimonio pero tú no lo puedes quitar. Entonces, en el anarquismo era Estado-dinero-matrimonio lo que había que abandonar y, ¿sabes dónde está eso también, que hay que abolir esos tres?... en El Apocalipsis. Eso tenía que venir ya en este tiempo, al final del Apocalipsis viene la “nueva tierra”, es la nueva tierra sin matrimonio, sin dinero, sin oro, el oro es para asfaltar la calle, y sin Estado. Han pasado mil años, y se ha leído este Apocalipsis, que hoy es un libro de la derecha, y no se ve que eso es a donde va El Apocalipsis, es comunista. Claro, es algo que “no se puede hacer”, Dios lo va hacer, ahí hay una diferencia muy grande, pero cuando yo leí eso de que se va a abolir el dinero y se va asfaltar las calles [con oro] a la gente se les enseña, y dicen: ¡qué maravilloso! No se dan cuenta de que es la abolición del dinero, ni se habla de eso. A Lenin le preguntaron: “¿en el comunismo qué se va a hacer con el oro?” Y entonces dice”: “Los urinarios públicos”. Es lo mismo que dice El Apocalipsis, porque la calle, en este tiempo, son urinarios, y la gente que lee El Apocalipsis por supuesto no se da cuenta, orinan encima, y Lenin se dio cuenta ¡Quizá es de lo único de lo que se ha dado cuenta! Y eso es también El Apocalipsis.

Franz Hinkelammert
En una entrevista


"Si seguimos con esta política, con este sistema de expulsión y de exclusión, de abandonar a los "losers", a los perdedores, abandonarlos sin importar quien sigue en la lista ( quizás yo mismo), el propio sistema se devora a sí mismo, y al final no habrá escapatoria para nadie por este camino, ni siquiera para los incluidos o ganadores. Y ahora retoma el punto de vista del Sujeto, del Sujeto vivo, del Sujeto necesitado que reflexiona su situación frente a esta racionalidad de la lucha a muerte -winners y losers- que establece: "los resultados eficientes y racionales se alcanzan luchando a muerte con el otro, y el que de esta manera logra imponerse al otro es el que alcanza la mayor racionalidad".
Frente a esta irracionalidad de lo racionalizado (la racionalidad de la ley absoluta), la racionalidad del Sujeto es una racionalidad de mutua comunicación, una racionalidad que, podríamos decir, es de mutua identificación y reconocimiento. Por eso, al Sujeto nunca lo podemos concebir como "yo soy Sujeto y el otro no lo es", pues tampoco podemos afirmar el punto de vista del Sujeto si no es en relación con los otros. Por eso, la expresión: "si tu no vives, yo tampoco vivo", me parece una formulación que lo hace presente, una racionalidad contestataria, pues la racionalidad fundamental es aquella que es condición para que la vida humana sea posible. Y este otro fundamento de la realidad: "yo no puedo vivir si tu no vives", "tu no vives si yo no vivo", tiene su extensión a toda la naturaleza externa al ser humano: "si la naturaleza entera no vive, el ser humano no puede vivir tampoco". Después de todo, también somos un ser natural, lo que condiciona toda nuestra existencia.
La relación afirmativa con la vida del otro, sea el otro un ser humano, sea el otro la naturaleza externa al Sujeto, "si tu no vives yo no vivo tampoco", es una racionalidad contraria a la racionalidad de la eficiencia abstracta, pero es -insisto- la racionalidad fundamental. En este sentido, la raíz de toda racionalidad, es decir la raíz inclusive de la racionalidad del individuo y de la libertad contractual es, en última instancia, esta racionalidad de Sujeto: "Si tu no vives, yo tampoco vivo"."

Franz Hinkelammert
En una entrevista





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