María del Carmen Iglesias

"Con la independencia, la América hispana simplemente dejó de existir; y lamentablemente hubo una división, una fragmentación que perjudicó mucho a aquel territorio. Trabajaron intensamente los agentes británicos, y otros, para que fueran naciones fragmentadas, dieciséis provincias de lo que había sido una gran unidad. Y con un empréstito, con una deuda con los ingleses concretamente, que no se pudo acabar de pagar, debido a los grandes intereses, hasta mediados del siglo XX, hasta los años 50.
Los máximos perjudicados fueron los indios, porque se hizo una desamortización de las tierras comunales y se quedaron sin protección. Además, hubo una gran concentración de tierras, unos latifundios que antes no existían.  [La independencia] favoreció fundamentalmente a los criollos que luchaban por ciertas capas sociales, y que lo que querían era tener el poder."

María del Carmen Iglesias



"[En la Real Academia de la Historia] hemos escrito montañas de artículos diciendo que la memoria histórica no tiene nada que ver con la historia. Es otra cosa: la memoria es individual; y los académicos hemos insistido en ello. Igual que hemos hecho las alegaciones respecto a la última Ley de Educación, diciendo que no estábamos de acuerdo en todo; unas alegaciones de casi 30 páginas que las tenemos colgadas en internet. Hicimos esas alegaciones con lealtad institucional, pero no hemos recibido nunca ninguna contestación. Pero por nosotros que no quede.
El español es, desde luego, el primer imperio global, porque los otros imperios que hubo antes del descubrimiento de América no eran globales, todavía no se conocía el globo. La primera globalización es la de la monarquía hispánica, que se hizo uniendo las partes del mundo: Europa, América, Asia, África y hasta Oceanía."

María del Carmen Iglesias



"En la monarquía hispánica tanto los españoles americanos como los españoles peninsulares son súbditos del rey de España en igualdad de condiciones."

María del Carmen Iglesias


"La característica de este imperio que se llama la monarquía hispánica, que no tiene nada que ver con la imperialista, es que tanto los españoles americanos como los españoles peninsulares son súbditos del rey de España en igualdad de condiciones. No hay ninguna diferencia entre ellos."

María del Carmen Iglesias



"La historia de España y la historia de América no se pueden comprender por separado, sino en la interrelación entre una y otra. Han formado uno los conglomerados más importantes que ha habido porque cambió el mundo; es decir, no se puede conocer la historia del mundo sin conocer la historia de España. Y la historia de España está unida a la historia de América."

María del Carmen Iglesias




"La nostalgia de los orígenes, la imagen de un paraíso como un estado de felicidad en el que la humanidad no conocía "ni la vejez, ni la enfermedad, ni el dolor" se vincula a la fábula hesiódica de una primitiva Edad de Oro que simbolizaría tanto un recuerdo pasado como una esperanza futura para aquellas culturas que parten básicamente de una concepción del mundo relativamente pesimista, de una concepción de la historia del hombre como una sucesiva degradación.
Esta idea de decadencia, vinculada indefectiblemente a la creencia en una perfección originaria, preside todavía el mundo de los ilustrados de la Francia del siglo XVIII, a pesar de las tendencias "transformistas" de un Buffon o un Maupertuis en el terreno de las ciencias naturales; pese al análisis que Montesquieu "mejor que ningún autor" hace de la relación de las instituciones humanas con su medio, "relación cambiante como el propio medio", ofreciendo, "en estado de formación", una explicación dinámica de la historia, una dialéctica de la "forma" y del "principio", del "evolucionismo pesimista" de un Rousseau; inclusive a pesar del paso de gigante que representa Diderot, en quien se entrecruzan todas las corrientes materiales y naturalistas de su tiempo, y que intuye una noción dinámica de la naturaleza de verdadero impulso revolucionario desde el punto de vista epistemológico, pero de influencia tardía. La fuerza de una concepción estática del universo y de que, por tanto, todo cambio supone una decadencia de la perfección original, forma parte del contexto mental del siglo XVIII, guiado intelectualmente por la autoridad del pensamiento newtoniano, para quien sólo la voluntad activa de Dios mantenía el mundo y corregía constantemente sus desviaciones, y de la doctrina cartesiana que partía de la imagen apriorística de la existencia de Dios como perfección."

María del Carmen Iglesias
Razón y sentimiento en el siglo XVIII


"No hay que pedir perdón por el pasado."

María del Carmen Iglesias














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