Friedrich Gottlieb Klopstock

A Fanny

Cuando algún día me sorprenda la muerte, cuando mis huesos en el polvo
se hundan, cuando vosotros, mis ojos –desde hace tanto
arrojados a la tumba sobre el destino de mi vida,
y ahora deshechos en lágrimas

oren allí silenciosamente– no volverán a mirar hacia lo alto,
donde está el futuro; mi pretérita fama
–fruto de la fuerza de mi juventud
y de mi amor por el Mesías–

ahora se ha disipado, o sólo por algunos
en este mundo es conservada:
entonces cuando también tú, mi Fanny,
hayas muerto y la alegre y tranquila sonrisa

de tus ojos y su animada mirada se hayan igualmente extinguido;
y tú, desconocida por la muchedumbre,
a pesar de que toda tu vida
esté repleta de excelsos actos

dignos de fama póstuma en una inmortal canción…
¡Ah, entonces –si has sido tan dichosa
como yo lo he sido amando– no dejes que el orgullo
prevalezca sobre la nobleza!

¡Así llegará el día en que vuelva a despertar!
¡Así llegará el día en que vuelvas a despertar!
Entonces ninguna fatalidad podrá separar las almas
que la naturaleza destinó a ser una.

Dios ponderará así felicidad y virtud por partes iguales
en la balanza que sostiene en su mano soberana,
y lo que en el tumulto de las cosas parece discordante
se mostrará en eterna armonía.

Allí donde te erijas jovialmente
acudiré presto hacia ti. Que yo no vague errante
hasta que algún serafín me conduzca directamente
a tu presencia inmortal.

Vosotros, hermanos, me recibiréis
con un fraternal abrazo. ¡Mis ojos se llenarán de lágrimas,
lágrimas de alegría por estar junto a ti,
llamarte por tu nombre

y poder abrazarte! Entonces, ¡oh inmortalidad!,
nos pertenecerás por entero. ¡Ven, que la canción ya no suena!
¡Venid, placeres indeciblemente dulces!
Tan indecibles como lo es ahora mi dolor.

Igual que el río, discurres, ¡oh vida! Se aproxima
la hora en la que nos encontremos bajo el ciprés.
Y todos vosotros, bendecid melancólicamente el amor.
De súbito, ¡nubes y oscuridad!

Friedrich Gottlieb Klopstock
Traducción literaria de Carlos Javier González Serrano, inédita en español



"Aquel que tiene una opinión de sí mismo, pero depende de la opinión y los gustos de los demás, es un esclavo,"

Friedrich Gottlieb Klopstock




"El lenguaje de los sueños es el mismo, un polvo gris que nace de la tierra hacia el largo tiempo de la muerte, cuando el árbol del amor derrama la fruta cubierta de las hojas de la alegría. Sólo la pura sinceridad del corazón está a la espera, en medio de la pena que aflige y permanece muda ante el altar de la palabra, que es sentimiento y anestesia del solitario deceso."

Friedrich Gottlieb Klopstock
La muerte de Adán



"El sufrimiento y el anhelo de consuelo ante la lúgubre tristeza brilla en el futuro próximo. La flor de la unción vierte lágrimas que nutren los indicios del crepúsculo viniente, a la espera de la aurora. El dolor mece el frío de la mañana, cuando las almas se apresuran a la vida y sellan la túnica de la muerte."

Friedrich Gottlieb Klopstock
El Mesías



Hermann y Thusnelda

¡Decir ah! se llega a él, con el sudor, la sangre de los romanos,
y con el polvo de la lucha manchada! O, nunca se
vio que yo Hermann tan hermosa!
Nunca como fuego en sus ojos!

¡Ven! Tiemblo de alegría; pásame el Águila,
y el rojo, espada gotea! venir, respirar y descansar de ti;
Haré descansar aquí en mi pecho;
Descansar de la terrible lucha!

Te descansar, mientras que de tu frente me limpie las gotas grandes,
y la sangre de la mejilla! — esa mejilla, cómo brillante!
Hermann! Hermann! Thusnelda
nunca tan te amó antes!

No, no es entonces cuando te en primer lugar, en los viejos robles sombras,
Con esa viril hiciste brazo moreno violentamente mi alcance!
Deletreo de ruedas leí en tu mirar
que la inmortalidad, entonces,

¿Qué tienes ahora ganaron. Envía a los bosques,
Gran Augusto, con temblor, en medio de sus dioses ahora,
bebe su néctar; Hermann,
Hermann inmortal se encuentra!

‘Por lo cual curl’st tú mi pelo? No radica nuestro padre
fría y silenciosa en la muerte? O, tuvo Augusto
Sólo se dirigió a su ejército, —
mienta más sangrienta allí!’

Permítanme alza tu cabello; ‘Tis hundimiento, Hermann;
Con orgullo tu velo debe encresparse encima de la corona ahora!
Sigmar es con los inmortales!
Seguir, y lo llorar no más!

Friedrich Gottlieb Klopstock




La fiesta de la primavera

¡No quiero lanzarme
al océano
que abraza los cuerpos celestes todos!
¡No elevarme hasta donde los primeros que fueron creados,
los coros jubilosos de los hijos de la luz,
adoran, adoran con profundo fervor,
y pasan su existencia embargados en el éxtasis!
Sólo quiero flotar
y adorar,
en derredor de la gota del cubo,
en derredor de la tierra.
¡Aleluya! ¡Aleluya!!
¡También la gota del cubo
fluyó de la mano del Todopoderoso!
Cuando de la mano del Todopoderoso
Surgieron las Tierras más grandes,
Cuando los torrentes de luz
surcaron, veloces, el espacio, y se convirtieron en Oriones:
¡Entonces fue cuando la diminuta gota
Salió de la mano del Todopoderoso!
¿Quiénes son los miles y miles,
los centenares de miles de miríadas
Que pueblan la gota?
¿Y los que la poblaron?
¿Quién soy yo?
¡Aleluya al Creador!
¡Más veces que cuantos planetas hay que por él surgieron!
¡Más veces que Oriones hay,
Surgidos al confluir y fundirse los rayos de la luz!
Pero tú, luciérnaga primaveral
que juegas a mi lado,
dorada y verdosa:
¡Tú vives
Y quizás. no eres
Ay, inmortal!
He salido a fuera
A adorar,
¿y lloro?
Perdónale, perdónale a este ser finito
También estos sus sueños,
¡Oh tú, que siempre serás!.
Tú desvanecerás
Todas mis dudas
¡Oh tú, que me guiarás
Por el obscuro valle de la muerte!
Será entonces cuando lo sepa:
¿Tenía alma
la dorada luciérnaga?
Si tú, luciérnaga,
Sólo eras polvo moldeado
¡entonces vuelve a convertirte de nuevo
En polvo volátil
O en lo que quiera el Eterno!

Friedrich Gottlieb Klopstock



Su sueño 

Ella duerme. O verter su sueño, alas
la vida suave a través de su gentil corazón!
De Eden fuente sin nubes
Cucharada de la clara, krystallnen a caer!

Y le deje en la mejilla huyó del Röth ‘
Hay hinthaun fragante! Y usted, o mejor,
La virtud y el amor de la paz,
Grazie su Olympus cubre,

Con su Fittig Cidli. Como latente,
Al igual que en silencio! Estar en silencio, oh cadena silenciosa sí mismo!
Se welket que su Lorbersprößling,
Si le susurro a usted desde el letargo Cidli!

Friedrich Gottlieb Klopstock















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