Raúl Leis

“A la hidra la venció Heracles con una hoz, pero nosotros lo que necesitamos es crear un nuevo principio de legitimidad, que supere la idea que la democracia es solo las mayorías electorales surgidas al calor del momento electoral, por una participación activa y cotidiana de la ciudadanía vigilantes de una dirección gubernamental que se preocupe por enfrentar la corrupción, los déficit sociales, la degradación y depredación ambiental, el incumplimiento de los derechos humanos, con el mismo cuidado con que impulsa el crecimiento económico.” 

Raúl Leis


Aire

Mientras escucha las noticias sobre la economía, Federico Sánchez se duerme en la hamaca que sigue quejumbrosamente su impulso por inercia, hasta que se detiene. Era lo último que quedaba por privatizar.

La idea la tenía desde hace mucho tiempo, y la estrategia ya estaba planificada cuidadosamente. Cuando llegó el momento oportuno y se dieron Las condiciones necesarias, no dudaron en tramitar la patente e inscribirla debidamente en el registro de la propiedad. Los otros referentes de la telaraña empresarial multinacional se encargaron de hacer lo mismo en cada país, al poner a funcionar los mecanismos de producción y distribución, preparados desde hacía buen rato. Los gobiernos se lavaron las manos: no tenía nada de malo que el aire se rigiera por el libre mercado, afirmaron.

El aire. Apareció con marcas diferentes para hacerlo competitivo. Graduado según porcentajes de pureza, con su equivalente en precios. Anunciado llamativamente en campañas publicitarias. Parcelado en bolsas plásticas y botellas desechables. Teñido de varios colores para hacerlo más atractivo. Provisto de distintos olores de frutas, agradables a todos los gustos. Para los niños, ornamentado de lazos y dibujos de sus personajes favoritos de cuentos y películas.

¡Pobre aire! El de baja calidad vendido a dos bolsas por dólar. Rebajado en baratillos y ventas de patio. El aire «de luxe» importado de los Alpes, los Urales y los Apeninos, ofrecido como aire de marca en las «boutiques» y en parques para ejecutivos. A punto que el último éxito de librería eran los manuales para hacer el amor con menos oxígeno.

Se anunciaban novedades. Se anunciaban novedades como escafandras irrompibles para niños y jóvenes hiperactivos, especiales para deportes y aventuras.

El aire privatizado es absorbido por grandes succionadoras que los procesan y comercializan. Las personas y los animales domésticos autorizados a vivir portan burbujas personalizadas controladas comercialmente por una filial de la empresa, que además acondiciona casas y edificios como espacios sellados para acomodar el aire que se les compra.

La pena de muerte se realiza simplemente por asfixia y el suicidio es un acto tan sencillo como quitarse la escafandra o la burbuja. Los políticos prometen más aire con los colores de sus partidos para obtener votos. El robo de aire se convierte en el principal delito penado por la ley.

Existe un aire ilegal, que se trafica por todo el mundo, pues viene mezclado con drogas y estupefacientes. Los ladrones de aire son los delincuentes más buscados en cada país. Los pordioseros piden una limosna de aire y las cometas que antes revoloteaban en la atmósfera son artículos de museo.

¡Pobre mundo! En los zoológicos, sólo sobreviven sus burbujas ejemplares de las especies silvestres que probadamente consumen menos aire. La superficie de la Tierra y los mares están desolados, saturados de la contaminación. Los cultivos se realizan con químicos y manipulación genética en esferas especiales, y sólo existen peces criados en estanques cerrados. Pobres, pobres! Hacen malabarismos para respirar menos, porque el costo de la vida sube. Perdieron lo único que era gratis, pues el que no-paga, no-respira, así como el que no trabaja no come. Se hinchan las mansiones como globos aerostáticos y, en cambio, desfallecen las casuchas desinfladas.

Federico despierta de la pesadilla con una sensación de ahogo. Casi no puede respirar. Se levanta y se quita la camiseta mojada de sudor. Todo está en silencio en la habitación. Va al baño y se asea. Se viste y busca algo para desayunar en la cocina. Continúa la sensación de ahogo. Enciende el abanico eléctrico en el nivel más fuerte.

Escucha a lo lejos los vendedores callejeros, cuyas voces suenan como el cruzar de espadas: ¡Bollos! ¡Sandías! ¡Pesca’o! ¡Melones! ¡Prensa! ¡Se afilan cuchillos! ¡Aire, aire barato!

Un jadeo caliente en la cara lo despierta. Es su perro que lo olfatea. Se pellizca los brazos para estar seguro que es de verdad. Se asoma al portal y acaricia al can. Una cometa coloreadacabecea en el azul del cielo.

Raúl Leis



"Ambos apelaban a este tribunal del trabajo exigiendo el pago de horas extras a favor de Celso, luego de que anteriormente otro tribunal había fallado contra el obrero y en favor de la fábrica de Fósforos y Cerillos "La luminosa".
El conflicto provocó un gran estruendo y llamó la atención por sus particularidades. Según el expediente, Celso Santos fue despedido porque en horas laborales se ponía a cantar con una voz tan fuerte que tapaba el ruido de las máquinas que jadeaban a su alrededor. ¡Imagínense! El tronar de las manivelas, tuercas, manubrios y engranajes. El humo y el polvo del taller. Las horas de cansancio de los turnos de la noche que hacen pensar al obrero que las máquinas le gritan estribillos sin fin. ¡Y en medio de todo eso la voz de un hombre cantando, elevándose sobre el barullo ensordecedor en un mano a mano espectacular!
Pero Celso Santos se rindió después de mucho bregar y aceptó el fallo del otro tribunal, y ahora sólo busca una compensación secundaria por la vía del reclamo de horas extras. Y me toca a mí -uno de los tres jueces- decirle a estos dos nerviosos hombres manchados por las sombras de la pobreza, que tampoco esta apelación marcha, pues les fue negada. Aunque yo, en minoría, no estuve de acuerdo con el fallo. Es que Celso no recuerda cuando hace bastantes años lo vi llegar al vecindario proveniente del interior, cargando sus trastes viejos, su mujer y el chorro de sus hijos. Es decir, conozco el fusil del hambre diciéndole a uno: ¡Arriba las manos! y despojando a sus víctimas hasta de la piel y las palabras!"

Raúl Leis
Viaje alrededor del patio


"El olvido es la peor forma de matar a los que mueren por los demás."

Raúl Leis



El incendio

"Muchas de las mujeres del vecindario están piponas. Andan orgullosas con sus vientres en ristre, que dibujan formas geométricas cambiantes. Las de barriga en punta como nave espacial. Las redondas como bola de baloncesto. Las oblongas como dirigibles. Las casi cuadradas. Las piramidales. Las rectangulares. Pero en todas se adivina la suave venganza de la fertilidad de estas tierras, donde el machete abre la trocha en el monte y al mirar atrás ya la vegetación inunda el claro formando una muralla impenetrable. Un día el fuego amenazó con arrasar con todo el edificio al estallar un tanque de gas e incendiarse un cuarto. Las preñadas se reunieron alrededor del conato; todas juntas rompieron fuentes y arrasaron al siniestro con sus aguas maternales. La población de la casa aumentó notablemente ese día, y entre llantos de recién nacidos el incendio murió en su cuna."

Raúl Leis








No hay comentarios: