"Sr. Spencer.— Este... Volveremos luego sobre ese punto, señor Houghton. Quiero aclararlo todo... este... ¡ doctor Cordón! ¿Hay algún informe del Cuerpo Médico para esta junta?
Gordon.— ¡Nombramientos! Dos años de internado, caballeros, concedidos sobre la base de exámenes de competencia. (Comienza a revisar papeles para buscar la lista.) Internos... Ah, sí. (Encuentra la lista y la lee.) ¡Aubert, Dickinson, Flickers, Cordón, Kern, Monroe! El Cuerpo Médico espera la aprobación de estos hombres.
Sr. Houghton (rápidamente).— ¿Dónde está Ten Eyck?
Sr. Spencer.— ¿Aún no puede usted hacer algo en favor de Ten Eyck?
Gordon.— ¿Ten Eyck? (Hojea las listas, murmurando.) Ten Eyck, Ten Eyck, Ten Eyck. Oh, sí: aquí está, caballeros! Charles Arthur Ten Eyck terminó cuarto, contando desde el último de una lista de trescientos hombres examinados.
Sr. Houghton.— El senador Ten Eyck se pondrá furioso como mil demonios.
Larrow (pedante, pomposo, cortado casi por la misma tijera que el doctor Cunningham).— Conocí al muchacho. Parece bien educado. Buena familia...
Wren.— No sabe nada. Le tomé el oral en medicina. Un ignorante.
Larrow.— ¡Exámenes! ¡Bah! Se graduó en un colegio médico conocido, ¿verdad? (El doctor Wren y el doctor Gordon hablan al mismo tiempo.)
Wren.— Para mí es un misterio cómo se las arregló.
Gordon.— Le tuvimos especial consideración, señor Spencer. Pero no hubo caso.
Sr. Spencer.— Bien, su tío armará un alboroto mayúsculo, pero si el muchacho es tan malo... Después de todo, ustedes saben cómo deben obrar. Los nombramientos están en sus manos. Lo cual me trae al verdadero propósito de esta reunión especial. (Ordena sus papeles, se aclara la garganta, y los mira un momento. Luego, dándose importancia.) El señor Houghton acaba de... este... leer las malas noticias.
Wren.— Generalmente incurrimos en un déficit mucho mayor.
Sr. Spencer (sonríe ante esta ingenuidad, tan típica del médico cuando trata negocios).— Sí... pero éstas son épocas insólitas, doctor. Como usted habrá oído, sin duda, hubo una depresión.
Gordon.— "¿Hubo?" Me gusta eso. Pruebe a cobrar algunos de mis honorarios.
Larrow.— Sí. La gente está demasiado pobre para enfermarse en estos días.
Hochberg.— Sin embargo, por más pobre que sea un hombre, siempre puede enfermarse! (Gordon y Wren sueltan una carcajada ante el desconcierto de Larrow.)
Sr. Spencer.— ¡Eh... doctores! ¡Por favor! ¡Este es un problema muy importante! (Callan, y se inclinan hacia adelante. No hay modo de eludir el presagio de malas noticias que se manifiesta en la actitud de Spencer.) Dos de nuestros síndicos protectores están pasando por dificultades, y podrían no estar en condiciones de pagar su suscripción usual. Ya me han hablado de renunciar. (Los doctores se miran unos a otros.) Esto anda "mal". Así que he estado buscando, cuidadosamente, un nuevo síndico protector, y créanme, doctores, ha sido una búsqueda extremadamente penosa. Pero, finalmente... (Sonríe.) Encontré a alguien que levantará nuestro déficit. (Suspiros de alivio y aprobación de parte de los doctores.) Un hombre bien conocido por su filantropía, su alma generosa, sus servicios civiles y sociales, John Hudson, el de los Bienes Raíces Hudson. (Hochberg refunfuña.) ¡Un amigo suyo, creo, doctor!
Hochberg.— Sí. Pero no lo reconocí por la descripción. (El señor Spencer ríe.) Nos será útil. El único propietario de bienes raíces de quien oí que haya hecho dinero en los últimos años. Buena cabeza para negocios. Él pondrá a St. George sobre una base de progreso.
Sr. Spencer (ríe).— Si puede hacerlo, es un brujo. Mañana el señor Houghton renunciará en favor de él.
Sr. Houghton.— Con mucho gusto.
Sr. Spencer.— Yo le hablé de este asunto, y está definitivamente interesado. (Coro de aprobación de parte del comité.)
Sr. Houghton.— Si pudiéramos conseguir que suscriba para...
Sr. Spencer.— ¡Señor Houghton! ¡Por favor!
Sr. Houghton.— ¡Perdonen!
Sr. Spencer.— Ahora bien, sucede que uno de nuestros internos se casa con la hija de John Hudson, dentro de pocas semanas, según creo. Por supuesto, doctores, los nombramientos quedan completamente en sus manos, pero consideramos que aquí tenemos una oportunidad. Sugerimos que el cuerpo médico le ofrezca al doctor Ferguson una asociación."
Sidney Kingsley
Hombres de blanco
No hay comentarios:
Publicar un comentario