Vernon Lee

 “Ayer por la mañana, al ir en bicicleta hacia el interior, había suficientes de ellos a lo largo de un camino en ascenso por el que se alternaban pastos verdes y el mar; bosques tupidos de mirto y lentisco cubiertos de encinas y alcornoques; plantaciones compactas, pequeños campos de labor, como los de narcisos cultivados. Masas unidas por suaves colores salmón y gris y hojas de color verde grisáceo; cada flor distinta sobre el campo o el cielo, en salientes de roca y en bancales escalonados. Las flores rara vez son perfectas cuando las recoges; algunas de las corolas estrelladas se marchitan y en cambio dejan una franja desordenada; pero a esta distancia, su decaimiento les da una distinción singular, pues hace que la luz caiga sobre las puntas, los capullos plateados, hundiendo las ramas que se estiran y contrastando el color rosa con el gris. La belleza está en el empuje de las ramas como velas. La flor tiene un ligero olor a cebolla, pero fresca como un seto de boj.”

Vernon Lee



"Ciertas personas, que vivían en la parte del pueblo más próxima a la iglesia, informaron de que se despertaron en mitad de la noche por lo que les pareció entonces un fuerte estallido de truenos, pero que sin duda se trataba del golpe de la Cruz de piedra al caer, o tal vez, ¿quién sabe?, el ruido que produjo la terrible Efigie al liberarse de la cruz ajena y lanzarla contra el suelo. Porque ese era el secreto: la Efigie, creada por un santo y traída a Dunes por un milagro, había encontrado evidentemente algún rastro de sacrilegio en la piedra a la que había sido sujetada. Tal era la explicación que rápidamente aportó el Prior de la iglesia en respuesta a una furiosa citación del Abad de Saint Loup, el cual expresó su desagrado por tan inusuales milagros. En efecto, se descubrió más tarde que el trozo de mármol empleado en la cruz no había sido limpiado del pecaminoso toque humano con los rituales necesarios antes de colocar la figura, un error excusable pero sumamente grave. Así que se encargó una nueva cruz, aunque se tomaron mucho tiempo en tenerla preparada y la consagración tuvo lugar unos años más tarde.
Mientras tanto el Prior había construido la cámara del guarda, con la chimenea y el pequeño espacio de descanso, y obtuvo permiso del propio Papa para que un clérigo ordenado vigilase día y noche, con el fin de evitar que una reliquia tan maravillosa fuera robada. Y es que dicha reliquia para entonces ya había superado a todos los crucifijos similares, y el pueblo de Dunes, por la gran concurrencia de peregrinos se convirtió rápidamente en una ciudad, propiedad del ahora fabulosamente rico Priorato de la Santa Cruz."

Vernon Lee seudónimo de Violet Paget
Marsias en Flandes



"El mayor placer de leer consiste en releer."

Vernon Lee


"Hay muy poco cortejo en el mundo."

Vernon Lee


"Mi mente parece un viejo libro emborronado, papel secante, lleno de fragmentos de frases, palabras que sugieren algo, y se niegan a absorber más tinta."

Vernon Lee



"Sentí muy claramente que el pasado es sólo una creación del presente."

Vernon Lee










































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