Lya Luft

Éstos son mis objetos 

Éstos son mis objetos:
tienen una pátina que no es del tiempo,
es mi dolor
que roza en ellas su mano afligida.
Éste es mi rostro:
unos ojos que por buscar de más miran
sólo hacia dentro. Y si todo desemboca en la muerte,
ése es mi destino. Es hacia allá que voy,
esperanza y protesta,
aferrando el candelabro de los amores
que me iluminaron en la vida. 

(¿Resistirá, singularmente,
a mi último aliento?)

Lya Luft




"Estoy fascinada por el lado complicado. Tengo un ojo alegre y vivo: Soy una buscavidas, amor de la familia, de la naturaleza del amor. Pero tengo otro ojo que observa el lado difícil, sombrío. Mi literatura nunca será «se casaron y vivieron felices para siempre». Mi literatura siempre nace de un conflicto, la dificultad, el aislamiento."

Lya Luft




"La expresión de mis ojos apenas había mutado en los últimos años, pero nunca fui realmente consciente de ello. Tendía a contemplarme en el espejo en los momentos más álgidos para ver ante mí la faz de mi propia aflicción, pero la imagen facial que me devolvía el espejo era siempre idéntica, la misma. No podía dejar de sentir cada vez que debería haber cambiado enormemente, que no se puede ser la misma después de tantas y tantas vicisitudes, de tanto dolor. Sin embargo, aquella persona era yo misma.
[...]
¿Por qué no sufrimos la muerte en ese instante? Antes de que todo comience a resultar ripioso. Ignoro si es en el fondo o en la superficie donde comienza la erosión. La primera tristeza no compartida. La soledad primigenia que posterga nuestro ánimo y, al tratar de regresar, no hallamos ya ninguna presencia reconfortante. Sólo otras soledades que nos alienan. La consciencia permanece alerta, advirtiéndonos el próximo epílogo. Tal vez ni siquiera se trate del amor, sino de una alegría efímera. El resto acontece después. Todo el solemne cortejo."

Lya Luft
As parceiras


"La vida que fluctúa en nuestra fantasiosa imaginación no es otra cosa que un transparente lar, sin ventanas ni salida alguna, edificada con palabras y silencios, abrazos y tristes despedidas, un conato de vida que transcurre paralelo al quehacer cotidiano. Allí no puede entrar el ser amado, la persona amada ha de permanecer ausente, como refulgentes y danzantes sombras.
[...]
Recuerdos o invenciones, palabras e inquisiciones en torno a quién o qué dijo. ¿Una voz de hombre o de mujer? La voz de un infante: el anillo que tú me entregaste. Pero toda mi vida se ha roto.
[...]
Cuando estaba de buen humor, los dioses abrían sus manos vertían sobre la tierra los océanos con sus recónditos secretos, los campos donde corre el viento, los árboles con sus mil voces, las vacas, las ovejas y para sembrar la confusión, la humana grey. ¿Pero dónde está ahora todo el mundo? A la búsqueda de un elixir anestesiante o de la obtención de respuestas, vinculadas a las mismas y urgentes preguntas, cómo, cuándo, cuánto, por qué, por qué yo."


Lya Luft
O tigre na sombra








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