Luis Magrinyá

"El tratamiento del sexo es complicado, es cierto. Pero está bien que sea así. Una de las claves del sexo es la dificultad de representación. Tampoco es preocupante, aunque es verdad que a veces tenemos que hablar de ello. El lenguaje sexual es muy creativo, hay innovaciones constantes, tanto por la parte malsonante como por la parte eufemística, y hay que vigilar un poco el contexto. En el coloquial no hay problema, claro. El sexo nunca va a pasar al nivel neutro, no queremos, nos gusta así. Tiene que ser así. Pero es complicado. La literatura erótica es de un cursi espantoso; con expresiones como "gotas de semen perlaban, ¡perlaban!, la cabeza de su pene". Claro que esa especie de cientificismo que leemos otras veces también da mucha risa."

Luis Magrinyá


"Eran las diez y algo, yo acababa de salir de la ducha e iba en albornoz; entre su llamada y el aviso del portero –suele avisarme, con iniciativa fiscal– de que «uno de esos jóvenes» acababa de entrar en el ascensor no debieron de pasar veinte minutos, en los que apenas encontré el modo de ponerme algo presentable. A estas horas aún no me desenvuelvo bien ni con la impaciencia ni con la familiaridad. Ahora iba a tener que vérmelas, además, con lo clandestino: Markus sabía que Benjamín está en Málaga, en uno de esos trabajos relámpago en los que es especialista (y gracias a los que, por cierto, lo conocí), esta vez en una muestra de cine oriental, y en su llamada ya había anunciado que venía en secreto. Y excitado.
–Será sólo un minuto.
Me había puesto una falda y una blusa minimal,en dos tonos de gris, una elección que había dejado sólo medio resuelta por la noche, ante la perspectiva de mi cita con las Ringuelet a media mañana. Pero también tenía que considerar mi cita para comer, algo más delicada, porque con la madre de Benjamín nunca sé qué quiero que piense de mí, pero me parece que no lo mismo que piensan las Ringuelet. Por otro lado, ante los amigos de Benjamín, y el resto de Las Preocupaciones muy en particular, siempre procuro dar la impresión de ser deseable, dado que lo que tengo con ellos, o me convendría tener, es una relación de tipo erótico, como una princesa árabe –de mediana edad– que se hubiera colado en el recinto de sus músicos; y todo para que no crean que Benjamín es el único raro. Mucho me temo que no lo consigo, o sólo parcialmente –podría decir que me miran y se preguntan, y desde luego ninguno de ellos me ha llamado «abuela» a la cara-, pero lo que está claro es que con el minimal gris no iría, entre esas juventudes musicales, a ningún sitio. Así que Markus me ha encontrado vestida de editora asexuada, a toda prisa y sin recapacitar. He tenido varias razones para considerar su visita muy inoportuna.
Pero venía empujado por la ansiedad y las ganas de conspirar, dos fuerzas muy poderosas."

Luis Magrinyá
Habitación doble



"Hay que defender algo que nunca se ha defendido en España: que lo ideal es escribir sin que se note, sin que se vea... ¡esto es estilo!"

Luis Magrinyá


"La cultura española está todavía pensando en el Siglo de Oro. La literatura española hasta el Siglo de Oro es innovadora, inventa cosas: la novela picaresca, el Quijote, el Renacimiento es interesantísimo, y más atrás La Celestina... pero después del XVII la tradición española no inventa nada. Es una perpetuación de las antiguas glorias cada vez con más caspa y más gusanos. Frente a esto, a partir del XVIII, parece que no nos quedó otro remedio que mirar fuera y copiar, y siempre con retraso. Pero, cuando los pobres escritores de ese siglo empezaron a importar las nuevas corrientes literarias europeas, los insultaban y los llamaban «afrancesados»."

Luis Magrinyá



"La lengua está llena de cosas que no se pueden tocar. Y hay que saber reconocerlas. El estilista -en el mal sentido- mete la pata constantemente en esto; es decir, "dar que hablar" es "dar que hablar" y tú, por muy estupendo que quieras ponerte, no puedes decir "proporcionar que hablar" como no puedes decir "poseer ganas"."

Luis Magrinyá


 "La riqueza léxica ostentosa no es más que una cursilería."

Luis Magrinyá


"Las sustituciones que yo propongo para evitar el estilo pobre no son especialmente cultas ni técnicas: son términos y usos que están en nuestro hablar diario, pero que nos cuesta recordar porque estamos viciados por una serie de fórmulas horribles."

Luis Magrinyá



"Pues creo que le daría dos. El primero es que escribir es sobre todo una labor artesanal: se trabaja con la lengua, con las palabras; pensar un poquito en eso, tener conocimiento del material, del instrumento del que nos servimos. El segundo, ya más orientado a la búsqueda de un estilo personal, es pensar de dónde ha sacado uno las palabras, las expresiones, los usos lingüísticos que va eligiendo. Si piensas un poquito eso, te das cuenta de cuántas veces imitas inconscientemente el estilo de otros."

Luis Magrinyá

























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