Jenaro Prieto

"Ciertamente que el amor, la fama y el talento pueden proporcionar algunos goces; pero esta admiración estúpida de los hombres, las mujeres y hasta los árboles ante esa cosa aún más estúpida que es el dinero, tiene un encanto de índole especial. Y es que el oro es una manifestación del triunfo. Un millonario es un poeta de las cifras. Es natural que despierte interés, que se le trate de conocer, que se le admire."

Jenaro Osvaldo Prieto Letelier
El socio



"El amor tiene también su trayectoria. Vuela, se eleva, se pierde entre las nubes, parece que va a tocar el cielo... choca de pronto en un objeto extraño y cae pesadamente a tierra."

Jenaro Osvaldo Prieto Letelier
El socio


"Hay el prejuicio de que el pesimismo lleva a la tristeza y de que sus adeptos gozan de menos alegrías que el resto de los individuos.
Profundo error: el pesimista sin duda ve todo negro y anuncia calamidades a destajo; pero al propio tiempo experimenta una íntima satisfacción cuando ellas se realizan. Y como en el mundo las desgracias se presentan con más frecuencia que las dichas, el pesimista tiene un amplio y fecundo campo de felicidad."

Jenaro Prieto
El pesimista contento





"La gente trata de prolongar la juventud, ese periodo de las ilusiones, las locuras, la inexperiencia y los errores perdonables. Pero la juventud estilo Voronoff, la juventud a base de mono, la juventud quirúrgica, carece de todos esos defectos, que son precisamente sus encantos. Porque una juventud sin ilusiones ni locuras, experta, precavida, desconfiada y prudente, no es juventud ni cosa que lo valga."

Jenaro Prieto
El socio


"La lámpara chinesca, los cojines, el narguilé, bailaron una danza cubista. Todo el trabajo de arreglo del diván desapareció en pocos instantes y Julián no vio ya sino los ojos entornados de Anita, sus labios entreabiertos y las alas de su nariz que palpitaban con un latir de corazón.
Horas después, al salir, con el cuello del sobretodo hasta la boca y las manos en los bolsillos, Pardo no pudo dejar de detenerse ante la ventana de visillos verdes en los cuales se destacaban algunos figurines y un cuadro de papel.
La indecisa claridad de la calle, permitía aún adivinar los angulosos caracteres del aviso: «Madame Duprés. Modes».
Permaneció algunos segundos como clavado en la acera.
Esa sencilla hoja de papel le evocaba una severa e imponente plancha de bronce «Davis y Cía. Corredores». Esa Madame Duprés que no existía ¿no sería acaso la mujer de Davis?
Apretó el paso y se perdió en las sombras. Habría jurado que la puerta de la garçonnière se había abierto y que alguien lo llamaba desde lejos:
-¡Phs! ¡Phs! Míster Pardo ¿con qué derecho sale Ud. de la casa de mi amiga?
Que alegre era la nueva casa. Un «cottage" del más puro estilo inglés, con sus ventanas azules que se abrían con el ingenuo asombro de unos ojos de miss, bajo las revueltas crenchas de las enredaderas.
-¡Hija de Davis al fin! -pensó Julián. Ha heredado los ojos de su padre.
El recuerdo del socio, sin abandonarlo un instante, no le molestaba ya como antes. Se había familiarizado poco a poco con «ese hombre» a quien debía su prestigio comercial, su bienestar y sobre todo esa casita, tan distinta de la sombría y triste que antes ocupara."

Jenaro Prieto
El socio


"Los únicos seres reales, son los que nunca han existido."

Jenaro Osvaldo Prieto Letelier
El socio



"Primero las miradas; luego, las manos; después los besos a escondidas... ¡ah, si no fuera por esa salsa algo picante del peligro, del temor a la sorpresa del marido, todos los besos tendrían un sabor muy semejante."

Jenaro Osvaldo Prieto Letelier
El socio



"Si pasa un tranvía, tómalo; si tarda en pasar, espéralo; si no pasa, sigue a pie. De todos modos, en tus ratos de ocio ejercítate en la práctica del abordaje, por si algún día el destino te depara cualquier medio de transporte colectivo."

Jenaro Prieto
Meditación optimista













No hay comentarios: