Fulvio Tomizza

"Alta y huesuda, con una nariz pronunciada en su rostro gris sonriente, la mujer era la primera persona seguramente de raza diversa que he conocido, y tal encuentro positivo quizá no resultó extraño a mi destino. Me parecía todo lo contrario que mi madre, ni eslovaca ni italiana como todos nosotros, la cual acaso había encontrado en su taberna una permanente confidente. En los siguientes años, siempre que me fuera posible regresaría a Gorizia, buscaría en vano la exacta ubicación de la trattoria, cuyo rastro innegable y mi completa culminación serían el bondadoso reencuentro con una señora eslovaca."

Fulvio Tomizza
Franziska



"La mano me tiembla como en aquella remota mañana de Pascua, cuando mi padre, ocupado con las dos misas y la bendición de los huevos, me mandó a mí, de unos doce años, a verter el agua bendita en los cuatro conijales de la parroquia para preservarla del pedrisco estival. En la botellita del agua, bautizada el día antes en la tina al pie de la fuente, había añadido una lágrima del cirio pascual, un trocito de hostia que aún era pan en la sacristía, un hilo de oro arrancado de la capa pluvial y uno de plata caído de la casulla. Yo seguía temblando mientra él, de pantalones y con sus bigotes amarillos, volvía a cosagrar, y para mí profanaba, el agua con la que uno se santigua en la frente."

Fulvio Tomizza



"Soy un escritor de frontera."

Fulvio Tomizza













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