Grité en el cuerpo de las fieras,
bailé desesperada en los desiertos,
me clavó sus agujas la lluvia
y sentí vehementes corazones de pájaros. (…)
Me llamaban con su voz sin sonido
en ciudades dormidas, casas deshabitadas,
nidos vacíos, cauces secos,
árboles mutilados, pozos sin agua.
Margarita Ferreras Lorenzo
Huelo estas lilas
y desandan mis venas
la mitad de mi vida.
Era mi carne intacta
desnuda transparencia
incolora del agua.
Y removéis el poso
siervas de los sentidos
de los ecos remotos
en delicia presente.
Margarita Ferreras Lorenzo
"Las cosas viven con la vida que les damos, hablan nuestro idioma, realizan nuestros mismos actos."
Margarita Ferreras Lorenzo
Ni argolla ni dogal
quiero ser en amor.
Prefiero seguir
la lección de la rosa.
Si una mano me hiere
le daré mi aroma.
Margarita Ferreras Lorenzo
No moriré mientras tú vivas
Desesperadamente
mis raíces se alargan
Eres agua y te busco
Me revuelco como un pez en la tierra
cuando tú pasas.
Margarita Ferreras Lorenzo
Por la verde, verde oliva
Por la verde, verde oliva
y el verde, verde limón,
llegaron los ojos negros
que te embrujaron de amor.
por la verde, verde oliva
y el verde, verde limón.
La sombra color cuchillo
que da el arco de una puerta
cobijaba a una mujer
en largas horas de espera.
El cielo es azul añil
de pincelada violenta,
mientras la cal en el patio
de blancura reverbera.
La calle arriba y abajo
la blanca Muerte pasea
con la guadaña en el hombro
y en la boca una azucena.
Por la verde, verde oliva
y el verde, verde limón,
se acercan los ojos negros
con un hechizo de amor.
Por la verde, verde oliva
y el verde, verde limón.
Llega y abraza con furia
a la mujer deseada
y le da en el corazón
el hielo de las entrañas.
Los martillazos del pecho
la van poniendo amarilla,
las piernas se le desmayan
y le amarga la saliva.
Enroscándose ella misma
el cuerpo de la culebra,
dice con voz de martirio
y al mismo tiempo de entrega.
Yo he visto unos ojos negros
en una cara morena,
si no han de ser para mí
que se los coma la tierra.
por la verde, verde oliva
y el verde, verde limón,
ya se van los ojos negros
arrastrando un corazón.
Por la verde, verde oliva
y el verde, verde limón.
Margarita Ferreras Lorenzo
Por un torrente turbio de lágrimas y sangre
se abre mi corazón en grietas de desprecio.
Margarita Ferreras Lorenzo
Revuelto en oleadas de agonía
trepa por mis raíces
y florece en sonrisa,
este instinto
que araña como un topo
en las sombras amargas
que me entierran en vida.
Margarita Ferreras Lorenzo
Se abre la mañana como una rosa plena.
Ciñe el cielo a la tierra con sus brazos de aire.
Hora caliente.
Vibración nerviosa
Sangre salpicada.
Rosas, rosas, rosas. […]
Los pájaros, los árboles, las rosas,
las bocas encendidas y entreabiertas
pierden su vida, gota a gota.
La lengua corrosiva del sol
ha comido la sombra.
Crepitan en la hoguera de la luz
las horas
Margarita Ferreras Lorenzo
Soy una fruta de oro
ácida y dulce,
fría y ardiente.
Revoloteas
como una mariposa
con un alfiler grande
atravesado el cuerpo.
¡En el arranque de la nuca
La aguja fría del deseo!
Margarita Ferreras Lorenzo
Y deseo la muerte
por amor a la vida.
Margarita Ferreras Lorenzo
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