El lamento de Dido
Tu mano, Belinda; la oscuridad me envuelve.
En tu seno déjame descansar. Más quisiera,
pero la muerte me invade; La muerte es
ahora una bienvenida visita.
Cuando yazga, yazga en la tierra,
que mis errores no causen cuitas a tu pecho;
recuérdame, pero ¡ah! olvida mi destino; recuérdame, recuérdame, pero ¡ah! olvida mi destino.
Nahum Tate
La contemplación de los pastores
Mientras los pastores contemplan los
rebaños tras el crepúsculo, el ángel
divino descendió para disipar
todo temor en el tiempo
vacuo de la humanidad,
en paz perenne para la tierra.
Nahum Tate
La penitencia
La más sedosa limpieza
es desterrada en la mitad
de la noche por el canon
de la severa penitencia
en horas perpetuas de incienso
y pecado.
Nahum Tate
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