Juan Velarde Fuertes

"Creo que soy el funcionario más viejo de España; entré en 1951, y sigo y sigo."

Juan Velarde Fuertes



"En estos momentos, un ministro de economía tiene que hacer como mínimo cuatro cosas:

La primera es escapar radicalmente de la tentación proteccionista. España se ha convertido en el país muy abierto. Su grado de apertura es de los mayores de Europa, por detrás de Alemania pero por delante de Francia. La relación entre la actividad exterior y el PIB es altísima. Y como consecuencia de esto intentar escapar de la política proteccionista es básico, porque si no nos haríamos otra vez pequeñitos.

Segundo mandato: eliminar radicalmente las diferencias de tratamiento intervencionista que tienen las Autonomías. ¿Por qué? Porque rompen el mercado interior y la homogeneidad del mercado interior es fundamental y una de las bases, por ejemplo, del desarrollo de EEUU.

El gran mercado es uno que llega desde el Atlántico hasta el Pacífico. Y ahí no hay diferencias fundamentales de ningún tipo y aquí nos encontramos con que las Autonomías están partiendo el mercado todo el rato.

La tercera cuestión: es necesario eliminar todo lo posible los grados de intervención que hacen que la economía española sea en su conjunto una de las más intervenidas en Occidente. El Banco Mundial publica trimestralmente las facilidades que hay para hacer negocios en los distintos países del mundo, y España tiene tremendas dificultades.

La cuarta cuestión a mi juicio, en este caso hipotético y absurdo de ser yo ministro de Economía, es que el conjunto de las infraestructuras españolas tienen que estar vinculado con un hecho nuevo:

España era un país que en conjunto del tráfico mundial estaba en una esquina, pero de pronto se ha desarrollado el mundo asiático. Y quién está en medio, por muy malas que sean sus condiciones, pasa a la riqueza. Piense usted en Suiza, un país que no tiene nada, pero que es riquísima porque tiene al norte Renania, al oeste Lyon y la gran llanura, al sur el Piamonte y al este el valle del Danubio.

España tiene que aprovechar que el mundo asiático se ha desarrollado de una manera extraordinaria, China, Japón, la India,… se conecta con la Europa del Norte a través del Índico, Mediterráneo y hay que aprovechar esa situación. Puertos, conexiones, tecnologías, eso puede dar un impulso enorme a la economía española."

Juan Velarde Fuertes



"Entre España y Bruselas, prefiero que las órdenes vengan de Bruselas."

Juan Velarde Fuertes




"Existen ciertas expresiones que, cuando se generalizan, coadyuvan a crear reacciones colectivas que en una democracia sirven para bloquear una política económica racional. Es preciso, por eso, combatirlas una y otra vez. Recientemente, con motivo de una reunión en Intereconomía, una persona, inteligente por otro lado, me dijo: "El papel fundamental del empresario es crear empleo". Le repliqué de inmediato que el papel fundamental del empresario era intentar obtener los mayores beneficios posibles. El papel complementario y obligatorio del Estado era el que eso lo hiciese en el marco de una economía libre de mercado, y que, en último caso, eso es lo que provocaría el aumento del empleo. Añadí que el empresario –y sobre esto existe un precioso artículo periodístico de Milton Friedman– no es en muchas ocasiones dueño de su negocio. Los dueños son los accionistas –recordemos el trabajo de Berle y Means sobre las disparidades entre la propiedad y el control de las empresas un poco importantes– y tiene que proporcionarles los mayores dividendos posibles. Otra cosa es que, de su dinero, y llevado de su buen corazón, pueda hacer lo que desea, lo mismo que todos y cada uno de los accionistas.

Otra frase –esta vez leída en unas declaraciones de un catedrático de Estadística Actuarial de la Universidad Complutense– me preocupa: "La situación está mal pero no podemos caer en el derrotismo. La historia demuestra que de todas las crisis se sale". O no se sale. Ejemplo próximo: España, en el siglo XVI, logró una opulencia creciente e incluso –había razones para ello, como señaló Tomás de Mercado– parecía que iba a asumir el liderazgo económico mundial. Pero desde finales de ese siglo, y a lo largo del XVII, se hicieron tan mal las cosas que la crisis se hizo permanente. Habría que decir que ésta llegó hasta 1959. Otro ejemplo es el ruso. Sigue sin regenerarse de la crisis que se instauró en su economía cuando, tras Witte y compañía en el Ministerio de Hacienda, y a pesar de las afirmaciones de Mackinder sobre "la isla mundial", abandonó el camino posible para ser una gran potencia económica, y hace un siglo pasó a tener tal conjunto de conmociones económicas y sociales que aun no se ha recuperado.

¿Y qué decir de Japón? Como consecuencia de una especulación inmobiliaria fortísima –que alcanzó cifras tales como que la superficie en Tokio del Palacio Imperial valía tanto como el suelo de todo el estado de California–, de una especulación bursátil que hizo creer a muchos nipones que las cotización podían llegar al cielo, y de un sistema financiero y un Ministerio de Industria y Comercio Internacional no precisamente perfectos, después de la crisis de hace veinte años aun no se ha repuesto. Y no podemos ignorar el caso de Argentina: en 1942, Colin Clark profetizaba en The Economics of 1960 un porvenir espléndido. Su crisis, iniciada en 1930 –caída de Yrigoyen y llegada de Uriburu– perdura aun bajo Kirchner.

No quiere decir esto que la humanidad, en su conjunto, y gracias a la Revolución Industrial, no viva ahora en 2011 mejor que en 1961, y en 1961 mejor que en 1911, y así sucesivamente; y esto igual en Estados Unidos que en Tanzania. Pero esto nada tiene que ver con salidas, o no, de las crisis.

La liquidación de las frases peligrosas, que orientan hacia direcciones populistas, fáciles, aparentemente cómodas, es una de las obligaciones de los economistas. Y no debe importarnos hacer de aguafiestas. Aunque se les llame antipatriotas o servidores de una "ciencia lúgubre", no deben cejar en esa tarea."

Juan Velarde Fuertes
Del artículo Las frases peligrosas en https://www.libremercado.com/2011-06-14/juan-velarde-las-frases-peligrosas-60068/



"Los libertinos sostienen que una vez que algo entra dentro del orden de la naturaleza, ese algo marca el sendero de la conducta humana, y si las leyes morales la contradicen, son éstas las que están equivocadas."

Juan Velarde Fuertes
El libertino y el nacimiento del capitalismo














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